En la sección anterior estuvimos viendo como David fue
al desierto dos veces. La primera vez fue para adquirir la formación que lo
llevó a ser un mejor rey que Saúl. Pero al olvidar el propósito para el cual
Dios lo hizo rey, pecó peor que Saúl. Esto me recuerda unas palabras de mi
amigo y pastor Tony Plenero; “Cuando nos desenfocamos de Dios, nos desenfocamos
de sus promesas.” David se desenfocó totalmente. No tuvo misericordia, tuvo en
poco la Palabra de Jehová. “Me menospreciaste” le dice el Señor. “hiciste
blasfemar a los enemigos de Jehová.
¿Qué nos enseña esto? Lo que he venido repitiendo; “el
desierto facilita el aprendizaje, pero no garantiza la enseñanza”. Por otro lado,
el que Dios te complazca en todo no garantiza que no le vas a fallar.
Entonces surge la gran pregunta; que atormenta a los
creyentes; ¿hay forma de no fallarle a Dios? La Palabra, el ES, el cuerpo de
Cristo, la oración, el ayuno; ¿nada de eso garantiza una vida en donde no
fallemos? La respuesta es no. "Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros
mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es
fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Si
decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en
nosotros. Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno
hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. Y él
es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino
también por los de todo el mundo. Y en esto sabemos que nosotros le conocemos,
si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus
mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; pero el que
guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado;
por esto sabemos que estamos en él. El que dice que permanece en él, debe andar
como él anduvo." 1 JUÁN 1:8 - 2:6
No hay garantía de que no vamos a pecar. La garantía
es el verso 1:9, el perdón está garantizado “si confesamos”. Los que quieren
seguridad de salvación, ésa es la seguridad. La cruz trajo solución al pecado
ya que el hombre era incapaz de vencer al pecado. Dos cosas se interponen entre
Dios y el hombre; el pecado ("pero
vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y
vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír."
ISAÍAS 59: 2) y la incredulidad ("Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es
necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de
los que le buscan." HEBREOS 11: 6). Dios resolvió el pecado, pagó
por él en Cristo ( "Al
que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos
hechos justicia de Dios en él." 2 CORINTIOS 5 : 21)
Los que quieren seguridad de salvación alegan que no
se puede perder, aunque pequemos pues el que “ofendiere en un punto, se hace culpable de todos”, Stgo
2:10.
En otras palabras, nadie se salva por cumplir con
todo. Y eso es perfectamente correcto. Por eso la obediencia perfecta del
hombre no podía ser el requisito para salvación porque si no, nadie se salvaba.
Por eso Dios reveló desde antes de la ley que el requisito de salvación es la
fe. Cuatro veces en la Biblia dice que el justo vivirá por la fe. Hab. 2:4, Rom.
1:17, Gal. 3:11 y Heb. 10:38. Entonces, si la fe es el requisito de salvación y
no el no pecar; ¿por qué Dios pagó por el pecado? Primero, el pecado se
interpone entre Dios y el hombre, segundo el hombre no podía quitarlo del
medio.
¿Y por qué no resolvió de una vez el problema de la
incredulidad? Porque el hombre puede creer o no por su propia voluntad. "Este vino por testimonio,
para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él."
JUAN 1: 7, "El
que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no
verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él." JUAN 3: 36,
"para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que
también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me
enviaste." JUAN 17: 21, "Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a
los profetas, tampoco se persuadirán, aunque alguno se levantare de los
muertos." LUCAS 16: 31. Por eso las advertencias tan severas contra
la incredulidad. "Bien;
por su incredulidad fueron desgajadas, pero tú por la fe estás en pie. No te
ensoberbezcas, sino teme. Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti
tampoco te perdonará. Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la
severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si
permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado. Y aun
ellos, si no permanecieren en incredulidad, serán injertados, pues poderoso es
Dios para volverlos a injertar.” ROMANOS 11: 20-23, "Mirad, hermanos, que
no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del
Dios vivo;" "Y vemos que no pudieron entrar a causa de
incredulidad." HEBREOS 3: 12 y 19. Por eso la importancia de creer.
"Respondió Jesús y
les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado." JUAN
6: 29
Por eso la importancia de que las obras ocurran con y
para la fe. "Así
también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma." SANTIAGO 2: 17.
Por eso las obras son importantes en nuestra vida en relación con la fe y no
con la salvación. "¿No
ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por
las obras?” “Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe
sin obras está muerta.” SANTIAGO 2 :22 y 26. Todas nuestras obras tienen
que ser resultado de nuestra fe. La fe nos consigue el “paquete” de la gracia,
no necesariamente el no pecar. "Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y
todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por
él." "En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos
a Dios, y guardamos sus mandamientos." "Pues este es el amor a Dios,
que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos."
"Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la
victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe." "¿Quién es el que
vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?"
"Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de
Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre
del Hijo de Dios." "Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no
practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el
maligno no le toca." 1 JUÁN 5 :1-5, 13, 18. Aquí vemos que si crees,
eres nacido de Dios, si eres nacido de Dios, amas a tu hermano, guardas sus
mandamientos y vences al mundo. Si crees, tienes vida eterna (13), no practicas
el pecado, Dios te guarda y el maligno no te toca (15). Todo por creer.
Cuando miramos en el NT, nos damos cuenta de que el
pecado ya no es una amenaza excepto cuando amenaza nuestra fe. Por ejemplo, si la fe se perfecciona con las
buenas obras, cuando pecamos amenazamos nuestra fe pues en el creyente el
pecado ya no es un acto de rebeldía sino de incredulidad. "De cierto, de cierto os
digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aún
mayores hará, porque yo voy al Padre." JUAN 14: 12 "Palabra fiel es
esta, y en estas cosas quiero que insistas con firmeza, para que los que creen
en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles a
los hombres." TITO 3: 8 "Y en esto sabemos que nosotros le conocemos,
si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus
mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él;" 1 JUÁN 2
:3- 4 En éstos pasajes creer, conocer y obrar van juntos. "Y nosotros hemos creído y
conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente." JUAN 6: 69
No puedes conocerlo sin creerle ni creerle sin conocerle. El caso de Abraham,
su fe la vemos no solo porque obedeció sino también porque él y Dios se
conocieron. Vimos en el pecado de David que Dios no lo acusa de rebelde como a
Saúl sino de no creerle a Dios.
¿Qué tiene que ver toda ésta disertación sobre el
pecado y la incredulidad con el desierto? Partimos de que no hay garantía de
obedecer perfectamente a Dios y ésta corta exposición sobre el pecado es para
aclarar que no hay por qué pensar que cada vez que pecamos perdemos nuestra
salvación. Dios ha sido propicio a nuestros pecados en Cristo. "Y él es la propiciación
por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de
todo el mundo." "En esto
consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos
amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados." 1
JUÁN 2:2 y 4:10 Ya el pecado no
va a interrumpir nuestra relación con Dios, la incredulidad sí. Lo que sí nos
tienen que preocupar es cuando actuamos en incredulidad, negando con nuestros
hechos su Soberanía, su Provisión, su Voluntad, Su Propósito y cuando
permitimos en nuestras vidas todo aquello que sea contrario a su naturaleza y
su santidad.
Y ¿qué tiene que ver todo esto con el desierto? El
desierto es el lugar que Dios escoge para restablecer una relación rota o
interrumpida. Es donde Dios hace que te enfoques en él nuevamente, “no queriendo que ninguno
perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento." 2 PEDRO 3: 9
Por eso el desierto es otro recurso más para mantenernos creciendo y dando
fruto.
De ahí pasamos a la cuarta forma de ir al desierto; tú
decides ir. "Levantándose
muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y
allí oraba." MARCOS 1: 35
Les decía en una enseñanza anterior, que hay santos
que se someten a la muerte, a la renuncia de todo y a la intimidad con Dios con
tanto placer y dedicación, que Dios los encuentra en el desierto; no tiene que
llevarlos. "Y el niño
crecía, y se fortalecía en espíritu; y estuvo en lugares desiertos hasta el día
de su manifestación a Israel." LUCAS 1: 80, "Por la fe Moisés, hecho
ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser
maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del
pecado, teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de
los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón. Por la fe dejó a
Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al
Invisible." HEBREOS 11: 24-27 "Otros experimentaron vituperios y
azotes, y a más de esto prisiones y cárceles. Fueron apedreados, aserrados,
puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá
cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados; de
los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes,
por las cuevas y por las cavernas de la tierra. Y todos éstos, aunque
alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido;
proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen ellos
perfeccionados aparte de nosotros." HEBREOS 11: 36-40
En la Biblia tenemos personas que, aunque no
estuvieron en el desierto buscaron a Dios intensamente a pesar de sus
circunstancias buenas o malas.
"Y acontecía que habiendo pasado en turno los días del convite, Job
enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos
conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis
hijos, y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones. De esta manera hacía
todos los días. “JOB 1: 5, David, "Siete veces al día te alabo A causa de tus
justos juicios." SALMOS 119: 164, "Cuando Daniel supo que el edicto
había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que
daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias
delante de su Dios, como lo solía hacer antes." DANIEL 6: 10, "Con mi
alma te he deseado en la noche, y en tanto que me dure el espíritu dentro de
mí, madrugaré a buscarte; porque luego que hay juicios tuyos en la tierra, los
moradores del mundo aprenden justicia” ISAÍAS 26: 9
Si Dios te ha bendecido con cosas, relaciones,
reconocimiento, ministerio, etc., nunca permitas que ésas cosas descuiden,
sustituyan o distraigan tu relación con Dios. Aprende a salir de tu rutina,
zona de comfort, de creerte que todo va a ser delicados pastos y aguas de
reposo y busca tu desierto. No esperes que dios te extrañe y te llame al
desierto a las buenas o a las malas. Por eso la palabra nos previene sobre la
comodidad.
¿Nos exhorta la
Palabra a cuidarnos de la comodidad y los placeres de éste mundo? "No améis al mundo, ni las cosas
que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los
ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el
mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para
siempre." JUAN 2: 15-17, "La
que cayó entre espinos, éstos son los que oyen, pero yéndose, son ahogados por
los afanes y las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan
fruto." LUCAS 8: 14, "Mirad
también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería
y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros
aquel día." LUCAS 21: 34, "Pero
cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de
Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la
excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he
perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo," FILIPENSES 3: 7-8, "Mas tú, oh hombre de Dios, huye de
estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la
mansedumbre." 1 TIMOTEO 6 : 11