Estos
dos libros son los más importantes de la profecía ya que establecen en una
forma suficiente el programa de Dios para la humanidad en el tiempo del fin y
el papel de Dios en el mismo.
Daniel
es la “espina dorsal”, “el esqueleto”, de la profecía bíblica mientras que
Apocalipsis es el cuerpo del esqueleto. Es “el mar” en donde desembocan todas
las corrientes proféticas. Los demás pasajes proféticos son partes de ése
cuerpo y utilizaremos algunos de ellos durante el estudio. Daniel se estudia
primero porque sin Daniel el Apocalipsis no tiene “armazón”, sería concreto sin
varillas.
El
propósito de estudiar a Daniel y a Apocalipsis no es “estar duros” en el
conocimiento de la profecía sino primeramente perderle el miedo a la Escritura.
Que los estudiantes vean que al aplicar correctamente las reglas de
hermenéutica que verán más adelante, la profecía y la Escritura en general se
hacen de fácil comprensión. Segundo; que los estudiantes entiendan que “estamos
más cerca de nuestra salvación que cuando creímos”. Que veamos como los eventos
se están acomodando conforme al patrón descrito en la profecía. Tercero;
separar la paja del trigo. Descartar muchos llamados cumplimientos que están
circulando y han circulado en las pasadas décadas, como evidencias de que se
están cumpliendo las profecías.
No caer
en histerias ni en sensacionalismos que nos desvíen de nuestro sano servicio al
Señor ni del equilibrado disfrute de las bendiciones y libertades que Dios nos
concede para que vivamos dándole gloria y agradecimiento. Tenemos que tomar la
venida del Señor de la misma manera que tomamos la muerte; sin temerle, pero
sin dejar que determine nuestras vidas. No podemos postergarla; no es
inteligente adelantarla. Con la venida del Señor es lo mismo; no podemos
evitarla, tampoco debemos vivir para atrasarla o adelantarla. Debemos vivir
solo para estar preparados para cuando llegue.
Como
dice mi amigo César Vázquez: “el que vive pensando que no se va a morir, se
engaña así mismo; y el que vive pensando que se va a morir, no tiene vida”.
Veremos
como éste estudio nos ayuda a creer que puede ocurrir en nuestra generación,
pero que si no ocurre, la profecía está vigente. Como decía la declaración de
fe de las Catacumbas: “no descartamos que sea en ésta generación”.
Veremos
que por la naturaleza de las reglas de interpretación y por las consecuencias
de las definiciones que vamos a establecer, que la iglesia no va a estar en la
Tierra durante la Gran Tribulación. Si alguien cree que sí va a estar en la
Gran Tribulación, no quedará defraudado. El riesgo es para los que creemos que
no va a estar si estamos equivocados. El propósito del estudio no es establecer
como hecho o conclusión final y absoluta el pre-tribulacionismo sino que está
fundamentado en argumentos bíblicos que contestan más preguntas de las que deja
sin contestar, contrario al post-tribulacionismo que se fundamenta en unos argumentos
y/o textos bien concluyentes pero obvia varios textos de la profecía dejando
así sin contestar más preguntas de las que contesta, además de que no considera
a Daniel para lograr sus conclusiones. También dejar establecido que el pre-tribulacionismo está fundamentado en una exégesis y hermenéutica sistemática y
que no es el producto de profecías y visiones carismáticas que ocurrieron en el
siglo diez y nueve. Éste es uno de los
argumentos más utilizados por los que se oponen al pre-tribulacionismo. Que el
pre-tribulacionismo fue predicado en los Plymouth Brethren con unas profecías,
que John Darby que era masón, promovió la doctrina y que influyó en Cyrus
Scofield el cual introduce su biblia de Scofield y el concepto de las
dispensaciones para promover el estado sionista en Palestina, todo eso es
cierto, pero eso no establece que el pre-tribulacionismo sea improbable
bíblicamente. No podemos establecer o descartar doctrina en base a los motivos
o al testimonio de los que la promueven pues si así fuera tendríamos que
descartar toda la reforma protestante. Y ¿qué si el diablo usa personas o
instituciones con mal testimonio para desacreditar verdades en las Escrituras?
Veremos
a través del estudio que no necesitamos dispensaciones, ni visiones de ningún
siervo o sierva de Dios para establecer la probabilidad del
pre-tribulacionismo. Con solo encomendarnos a nuestras patronas; La Virgen De
La Gramática, Nuestra Señora De La Hermenéutica y Santa Historia Corroborada;
nuestra travesía por Daniel y Apocalipsis será segura y reveladora.
Veamos
principios de interpretación. Les recomiendo el libro Hermenéutica de editorial
Vida, sí, el mismo que todo catacumbero debió haber leído en los setentas, para
que refresques las reglas básicas de hermenéutica. Aparte les voy a compartir éstas reglas y al
final les diré de dónde las adapté.
I- La
Biblia está escrita por hombres. Esto es admitido por todos. Por tanto, está
sujeta a las reglas ordinarias de interpretación que aplican a todo escrito humano;
no hay reglas arbitrarias en su naturaleza o de invención moderna o no
contemporáneas en los días de autor.
Aún
más, está escrita para los hombres y por lo tanto en el lenguaje cotidiano y no
en los términos particulares de la ciencia o el arte. Por lo tanto, las
siguientes reglas son obvias.
- El
uso cotidiano o común de la vida diaria determina el significado de una palabra
o frase, no el filosófico. Ej. “el ojo de una aguja” o “mover montañas”.
- El
uso en el tiempo y lugar del escritor determina el significado, no el uso
moderno. Ej. Ezequiel: las alas de las criaturas no son aletas de aviones o cohetes
modernos.
- Si
una palabra o frase tiene distintos significados, el contexto determina cual se
usa en el pasaje. El significado más común en días del autor debe ser el más
preferido, proveyendo que está de acuerdo con el pasaje, no el más común en
nuestros días. Ej. Espíritu. 1 Sam. 16:14, 30:12, Gén. 25:8
- Si
un autor tiene ocasión de utilizar una palabra nueva o una antigua con un nuevo
significado, su definición o uso en su tiempo debe determinar el significado,
no otros usos incluso del mismo autor. Ej. Marcos 14:36 Aquí la copa para nada
tiene que ver con la copa del verso 23.
- El
sentido directo o literal de una oración o frase es el significado del autor, cuando no se indica otro uso; no se
usará otro significado ni figurativo, alegórico o místico. Ej. Jn. 8:56-57
- Pasajes que llevan un sentido directo, literal y seguro van a determinar
pasajes que tienen otro sentido que no es el literal y qué es o cuál sentido
aplicarle, no nuestras opiniones. Ej. Jn. 6:51,57 y 1 Cor. 11:27
II- La
Biblia trata de Dios en relación con el hombre. Es obvio que ésa circunstancia
provee para utilizar nuevas palabras y frases y nuevas aplicaciones de las
antiguas. Trae a la luz figuras del lenguaje como antropoformismos y antropopatismos, (aplicar formas y
sentimientos humanos). Esto expande todas las reglas anteriores. Es necesario
especificar una regla más aquí.
- Una
palabra, frase, u oración perteneciente primeramente a las cosas del hombre, debe ser entendida,
cuando se aplica a las cosas de Dios, en un sentido consistente con
su esencia natural; no en un sentido contrario de ningún atributo
conocido sobre ésa naturaleza. Ej. el rostro de Dios = identifica a Dios.
III-
Hay crecimiento en la Biblia en dos respectos:
A- Hay
crecimiento en la adición de documento a documento a través de por lo menos 16
siglos. Por lo tanto, el significado primario o simple de cualquier parte del
lenguaje va a aparecer en documentos anteriores; los más completos o agrandados
sólo van a aparecer en los más recientes. Ej. En el VT se dice de que Dios
tiene planes de salvación con los gentiles pero no se menciona la iglesia como
el instrumento de ése plan hasta el NT.
B-
También hay crecimiento en la adición de hecho sobre hecho, verdad sobre verdad,
en donde doctrinas que aparecen “en capullo” al principio, son al final
presentadas en su totalidad. En sus comienzos la Biblia escoge y señala la raíz
todo suficiente de dónde toda doctrina va a germinar. Esa raíz es Dios. En Él
residen todas las virtudes que crean y sostienen el mundo y por lo tanto en el
conocimiento de Él están envueltas todas las doctrinas que pueden instruir a la
criatura inteligente. Por tanto, la forma elemental de una doctrina se va a encontrar
en las partes más antiguas de la Escritura; las formas más desarrolladas, en
las más recientes. Esto provee para dos
reglas de interpretación:
- El
significado o frase en un libro más reciente de la Escritura no se debe
transferir a uno más antiguo, a menos que lo requiera el contexto. Ej. Hechos
2, las citas tienen su aplicación en Hechos, aunque puedan variar en su
significado en su contexto en el VT. Ap.
12:9-10 no tiene nada que ver con la caída original de Satanás. Tiene que ver
con la cancelación que tiene Satanás a la presencia Dios actualmente como se
describe en Job 1 y 2.
- La
forma de una doctrina en un pasaje subsecuente de la Biblia no debe ser tomado
como totalmente desarrollado en un pasaje anterior sin la garantía del uso o
contexto. Ej. En la trinidad vemos pluralidad
en el VT pero la trinidad es definida en el NT. La resurrección va apareciendo
poco a poco en el VT y en el Nuevo vemos distintas categorías de resurrección. La
expiación la vemos en la tipología del VT, pero en Cristo la vemos completa.
IV- El
Viejo Testamento fue escrito en hebreo; el Nuevo en griego. Cada uno tiene que ser interpretado de acuerdo con el
genio del lenguaje en que fue escrito. El intérprete por lo tanto tiene que
estar familiarizado con la gramática de cada uno, en la cual las
particularidades que constituyen su ingeniosidad están recogidas en un sistema. Los escritores del NT eran más que nada
hebreos de nacimiento y costumbre con la posible excepción de Lucas. Su griego por lo tanto lleva la influencia
hebrea y sus palabras y frases se emplean para expresar cosas, cualidades,
costumbres y doctrinas hebreas. Por lo tanto muchas de sus construcciones
verbales reciben del hebreo las peculiaridades del lenguaje para producir sus
equivalentes en griego. Dos reglas surgen aquí:
- El
sentido de una oración y la relación de una oración con otra, deben ser determinadas de acuerdo con
la gramática del lenguaje en el cual fueron escritas. Ej.
Rom. 8:35
- El
significado de palabras y frases de NT deben ser determinados en harmonía con
el VT y no en contraste entre el griego y el hebreo. Ej. El hijo pródigo; pedir
la herencia y el padre corriendo al encuentro del hijo, tenemos que interpretarlo
dentro de las costumbres
hebreas y no meramente depender de una correcta traducción del griego para poder
obtener el mayor significado.
V- La
Biblia es la Palabra de Dios. Todos los elementos de los postulados anteriores se explican solos y son aceptados casi
unánimemente. Pero éste sin embargo, algunos intérpretes de la Biblia no lo
aceptan, por lo menos sin ninguna
reserva. Pero no aceptando su rechazo sobre éste “dogma”, ésos intérpretes
están ligados a respetar los reclamos de éste libro que es la Palabra de
Dios. Ellos pueden hacer esto solo
aplicando a su interpretación éstas reglas como si honestamente se deducen de
tal reclamo. Haciendo esto no se ponen en desventaja. Ellos solo estarían
dándole al reclamante una posición justa y pondrían su reclamo en un análisis
razonable.
Ahora,
Dios es un Dios de verdad. Su palabra es verdad. Por lo tanto, toda la
Escritura tiene que ser consistente con la verdad y con ella misma. No contiene
ninguna contradicción real. Esto provee para las siguientes reglas:
- Toda la Escritura es cierta históricamente y metafísicamente. No es mito ni falible. Ej. Gen. 7-10, 2:7,
3:22
- En
pasajes verbalmente discordantes, se tomará el sentido que explica u obvia la
discrepancia, no el sentido que forma la contradicción. Explicar es enseñar positivamente
la armonía de los pasajes; obviar es enseñar negativamente que no hay
contradicción. Ej. Jn. 12:1-3 en comparación con Mar. 14:3-4
- La
Escritura explica la Escritura. Por
tanto, los pasajes claros y precisos se usan para aclarar los pasajes oscuros y
confusos. No se utilizará nada ajeno a
la Escritura en tiempo, lugar o sentimiento; tampoco nuestra filosofía para
establecer que la Biblia no dice lo que
dice, Ej. Las matanzas.
- Cuando una regla interfiere con otra, la más alta regula la más baja. Ej. La
poligamia, partes de la Ley abolidas o modificadas. (Adaptado de la Introducción
al Génesis de James G. Murphy, colección de Barnes Notes, casa Baker, pág. 12. 1873)
VI- Las
pedroreglas (adquiridas en la práctica).
- Cuando algo no se dice o no se aclara en la Escritura,
es por una de dos razones: o es obvio para los oyentes o lectores o no es
relevante al tema que se toca. Ej. Las parábolas.
- Cuando dos interpretaciones dejan preguntas sin
contestar, es preferible la que más preguntas contesta.
- Cuando dos conclusiones salen de los mismos pasajes,
la que más pasajes o autores o consenso histórico tiene a su favor, debe ser la
preferida.
- Cuando encontramos pasajes diciendo lo opuesto sobre
un mismo tema, buscamos la verdad en el centro o en los respectivos contextos.
Ej. La oración, fe vs. obras. Recuerden que el diablo está en los extremos.
Claro , hay verdades y principios expresados en un solo texto y eso no son
extremos. Ej. “sin fe es imposible agradar a Dios”, “sea Dios veraz.”
- Interpretaciones que se fundamentan en pasajes que no
dicen lo que dicen, y que no consideran los pasajes que sí dicen lo que dicen,
se toman con mucha sospecha. Esto incluye doctrinas que usan pasajes que sí
dicen lo que dicen, pero con una aplicación contraria a otros pasajes que
también dicen lo que dicen, Ej. Jesús -hombre, la prosperidad.
- No se hace doctrina a base de las experiencias de nadie.
- Una cosa es lo que la Biblia dice y otra cosa es lo
que la Biblia enseña.
VII-
Reglas de interpretación profética o “reglas del juego”.
- Trataremos de llegar a las conclusiones que más preguntas se contestan. Hay
preguntas de la Biblia que no tienen contestación. Cuándo viene Cristo no tiene
contestación. Pero la mayoría de las
interrogantes que surgen de la Biblia, tienen contestación. En la profecía
algunas cosas quedan sin contestar. Estudiaremos y profundizaremos hasta que
logremos contestar el mayor número de preguntas.
- Si
Dios es el autor de la Biblia, si Dios inspiró ambos libros, el vocabulario,
los símbolos, las intenciones manifestadas por Dios en ambos, deben ser las mismas.
Él es el mismo ayer, hoy y por todos los siglos. Ej- si el leopardo significa
algo en Daniel debe significar lo mismo en Apocalipsis. Asumimos esto partiendo
de la premisa que Dios inspiró a ambos profetas y de que él no cambia. Además,
Dios quería que entendiéramos lo mismo. Entendemos que el propósito de Dios fue
revelar y no ocultar su plan, cambiando su “código” o su idioma profético para
que nos encontráramos en un “callejón sin salida”.
- Cuando un libro profético en la Biblia está fechado, reconocemos que tiene dos
cumplimientos: uno parcial en la historia y otro total para los últimos días.
Ej. “Jerusalén será pisada por los gentiles hasta que el tiempo de los gentiles
se cumpla”. Luc. 21:34. En el 1967 Jerusalén volvió a manos judías, pero
sabemos que es un control parcial. Los judíos volverán a perder el control de
la ciudad. Ap. 11:2. Ese es el cumplimiento final y total. Esta regla surge cuando vemos que históricamente se han cumplido partes de una profecía y no todo lo escrito en la profecía. Ej. Babilonia.
- Profecía
no fechada tiene un cumplimiento futuro (al profeta), como vemos en Nahum y Abdías por
ejemplo.
- Un
símbolo no es símbolo de otro símbolo. Un símbolo es símbolo de algo real que
ha existido, existe o existirá. Más cuando el símbolo es explicado en la Biblia.
- Tiempo
profético es aquella etapa en la cual se da determinado suceso dentro del calendario
de Dios. Ej- la iglesia, nosotros y Juan el autor de Apocalipsis, nos
encontramos en el mismo tiempo profético. Dios ha dividido su plan profético en
partes. Los sucesos profetizados por Dios van a ocurrir en una de ésas partes,
no a lo loco ni respondiendo a calendarios de hombres, incluyendo el judío. Por
otro lado, día no necesariamente representa año y es el contexto el que dice si
es un periodo de 24 horas o más.
- Todo
lo que se menciona en la Biblia debe ser definido por la Biblia y luego ser
consistentes y honrados con ésa definición. Honrados significa aceptar que no
responde todas las preguntas o aceptar las consecuencias de ésa definición o
conclusión. Ej. Dios es masculino, el homosexualismo es pecado, amor se traduce
de tres palabras distintas.
- Ley
de doble referencia. Establece que el texto de un pasaje se está aplicando a dos
personas a la vez, una visible y presente y a otra invisible presente o
ausente. Ej. Gen. 3:14-15. Hay unas cosas que aplican a la serpiente y no a
Satanás en el 14. En el 15 la primera parte se refiere a ambos y la segunda
parte a Satanás y a Cristo. Otros ejemplos, Is. 14:12-14, Ez. 28:11-17, Mat.
16.22-29. 9. Ley
de perspectiva profética o paréntesis profético. Establece que sucesos
descritos en una profecía que se mencionan en sucesión o simultáneos, tienen un período
o interrupción en el cumplimiento de ambos. Ejemplos: Luc. 4:18-20 comp. con
Isaías 61:2; Oseas 3:4
y 3:5 ¿cuántos días?; Oseas
5:15 y 6:1 ¿cuánto dura la angustia? El 6:2 ¿cuánto espacio hay entre el dia
dos y el tres?; Salmos
22:1-21 y del 22-31. ¿cuánto espacio hay entre la crucifixión y la
restauración?; Salmos
110:1 y 2, Heb. 1:13 y 2:8 ¿cuánto tiempo desde que se sentó a la diestra de
Dios y tenga todo el dominio bajo sus pies?; Amós
9:8-10 y 11-12. ¿cuánto tiempo entre el 10 y el 11?; Rom.
11:12-24, 25-26 ¿cuánto dura el endurecimiento? 10. La profecía se cumple o
el “reloj de Dios” se mueve cuando los judíos están en su tierra. Este
principio no es tan obvio para el que no conoce la historia, pero no se puede
descartar pues vemos que Dios tiene un programa eterno con la nación de
Israel. Los que siguen astrología y la
gran pirámide se desconciertan cuando las profecías bíblicas no encajan en sus
predicciones y ésta es una de las causas. 11. La profecía bíblica es más patrón que predicción. Las profecías son más importantes por su “para qué” se va a cumplir que por el “cuando” se va a cumplir.