Testimonio personal de
Nabucodonosor
Traer a discusión las
objeciones a la autenticidad de éste capítulo tomaría mucho tiempo. Los que no
quieren creer en la autenticidad de Daniel como quiera, no las aceptarán a pesar de
las explicaciones en favor de su autenticidad. A mí me basta con creer que
Daniel guardó copias del edicto y de la confesión y las añadió a su libro.
Nabucodonosor declara
la grandeza de Dios y lo grande de su dominio. Llama a todo su personal de
consejería para que le interpreten un sueño. Aunque en ésta ocasión les dijo el
sueño, no lo pudieron interpretar.
Cuando entra Daniel, él
declara que en Daniel habita el espíritu de los dioses santos y que ningún misterio
se le esconde.
El sueño es una
sentencia de Dios para Nabucodonosor para que los hombres conozcan que el
Altísimo gobierna sobre el reino de los hombres. Daniel enfrenta problemas con
el sueño talvez porque se le hacía difícil creer su significado. Parece también
que Daniel sentía gran aprecio por el rey y desea el cumplimiento para sus
enemigos.
Además, Daniel le
muestra una solución para evitar tan terrible juicio. En la Biblia se menciona
al menos dos veces que los hombres pueden cambiar el decreto de Dios. Moisés en Ex. 32:11 – 14 y Ez. 22:30 "Entonces
Moisés oró en presencia de Jehová su Dios, y dijo: Oh Jehová, ¿por qué se
encenderá tu furor contra tu pueblo, que tú sacaste de la tierra de Egipto con
gran poder y con mano fuerte? ¿Por qué han de hablar los egipcios, diciendo:
Para mal los sacó, para matarlos en los montes, y para raerlos de sobre la faz
de la tierra? Vuélvete del ardor de tu ira, y arrepiéntete de este mal contra
tu pueblo. Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Israel tus siervos, a los cuales
has jurado por ti mismo, y les has dicho: Yo multiplicaré vuestra descendencia
como las estrellas del cielo; y daré a vuestra descendencia toda esta tierra de
que he hablado, y la tomarán por heredad para siempre. Entonces Jehová se
arrepintió del mal que dijo que había de hacer a su pueblo." ÉXODO 32: 11.
"Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la
brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no
lo hallé." EZEQUIEL 22: 30 Esto es así ya que la profecía de Dios,
ya sea para juicio o promesa, viene acompañada de una condición: cambia la
condición, cambia el resultado.
¿Por qué se
enorgulleció Nabucodonosor? Según las ruinas y los relatos de historiadores, la
ciudad amurallada tenía 14 millas por cada lado, sumando 56 millas alrededor
para un área de 196 millas cuadradas (para que tengan idea, de Río Piedras a
Caguas hay 14 millas.) Alrededor había agua y las murallas eran dobles con un
espacio de 1320 pies, ¼ de milla entre ellas. Tenían 108 pies de grueso y 417
de alto. Había puentes que conectaban los muros. El río Eufrates dividía la
ciudad. Al lado este la vieja ciudad y al oeste la nueva. Había un puente de
3,240 pies que unía ambos lados. A ambos extremos del puente había un palacio.
El del este estaba rodeado por 3 murallas. La de afuera era de 7 millas, la del
centro era de 4 ½ millas y la interior de 2 ½ millas. Había puentes levadizos,
acueductos y un túnel por debajo del río.
Los jardines colgantes
(una de las 7 maravillas del mundo antiguo), eran de aprox. 400 pies cuadrados
elevados por arcos. El jardín era regado por “bombas” de la época desde arriba.
La ciudad tenía 53 templos y 180 altares. Había casa de 4 pisos y grandes
avenidas por las cuales podían correr carros de guerra uno al lado de otro.
Nabucodonosor se dio a
sí mismo la gloria por todo esto y no a Dios quien lo había puesto sobre todo
eso. (2:38). Falló en reconocer quien mandaba. Resultado: a pastar con los
bueyes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario