sábado, 20 de julio de 2019

Predestinado para Cuestionarme la Predestinación - Definiciones Parte 10: ¿Cómo Zwinglio construyó sus definiciones? Parte 3 (Comienzo de Calvino)

Terminemos de ver algunas declaraciones de Zwinglio para terminar de ver su exposición en cuanto a la predestinación. Para ver todo el texto que estoy utilizando pueden ir a la Parte 9.

¿Qué hacer entonces de los muchos textos escriturarios que parecen relacionar la salvación con las obras? Se les explica fácilmente con sólo tener en mente que las obras humanas, así como todo cuanto sucede en la creación, son el resultado de la predestinación divina. Aquí se aborda el tema de las buenas obras y los textos que las mencionan en relación con la salvación.  Los que construyeron la predestinación, estaban respondiendo a la teología catòlica que “explotaba” las buenas obras para controlar a la población. De ahí que tenían la necesidad de transferir toda implementación de la salvación a Dios y por éso el libre albedrío era un estorbo para validar su sistema teológico.   Me explico. En Santiago es en donde se habla de la necesidad de las obras y por eso Lutero ni quería incluir a Santiago en el canon de NT. Lo que no se percataron es que “los textos escriturarios” que parecen relacionar las obras con la salvación, no son tales. Cuando Santiago dice en el cap. 2:14 “¿podrá la fe salvarle?, Santiago está dando por sentado que la fe es la que salva. (dejando a un lado si la fe la pone el hombre o Dios), lo que Santiago dice de las obras es que perfeccionan la fe. Cuando dice en v. 24 “Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe”, lo que está estableciendo es que la fe que salva está validada por las obras. La fe está intrínsecamente ligada a las obras. Los ejemplos que pone, que ambos están en Heb. Cap. 11, los utiliza para ilustrar lo que está diciendo que es “donde hay fe, hay obras”. Si vamos a Hebreos cap. 11 en donde se habla de la fe, nos van a señalar la acción por la cual sabemos que hubo fe.

Santiago no está planteando nada distinto a lo que se plantea en Hebreos 11. Así que Santiago no está estableciendo que las obras salvan. Está estableciendo que la fe sin obras está muerta, no sirve. Por eso yo enseño que la fe es una decisión, pero te lleva a actuar y muchas veces es un acto de obediencia. Además, a la hora de ver cómo nuestro evangelio afecta el mundo, tenemos que aceptar que sólo Dios puede ver tu fe, pero el mundo solo puede ver tus obras.

Santiago en el 1:21 dice que “la palabra puede salvar vuestras almas”. La fe viene por el oír y el oír por la palabra de Dios, Rom. 10:17. Por lo tanto deduzco que Santiago entiende que la fe es la que salva. Siguiendo con lo de “los textos escriturarios que relacionan las obras con la fe” que no son tales; en el resto del NT vemos que las obras son prueba o evidencia de la fe y la transformación que ha ocurrido. En el NT se sostiene que la justificación es por la fe y cuando se menciona a las obras, en la mayoría de los casos, el énfasis es en las obras de la ley.  Las obras no salvan. Si acaso perfeccionan la fe como dice Santiago. Seremos recompensados por ellas de parte de Dios, y reconocidos por ellas por parte del mundo. Más adelante abundaré sobre esto cuando demuestre que la fe no es una obra de la ley.

Cuando Zwinglio y los teólogos de la predestinación responden contra el argumento de que las obras humanas salven, ese argumento era un argumento católico que a través de la historia nos sigue llegando a través del legalismo que aparece en todas las denominaciones y movimientos hasta el presente. No responden a que encuentren en la Escritura textos que digan que las obras salvan. Como ya expliqué, en el NT lo que tenemos es la controversia entre justificación por la fe vs. obras de la ley, no justificación por la fe vs. libre albedrío. El problema que crearon los teólogos de la predestinación es que dieron por sentado que el futuro existe y por lo tanto el destino. Cuando empezaron a contestar el hecho de por qué unos se salvan y otros no, todas las posibles respuestas estaban restringidas a el futuro y al destino. De ahí que su definición de soberanía y de los atributos y acciones de Dios quedan enmarcadas o condicionadas a ese futuro o destino. De ahí que no cabe en su sistema que Dios haya creado seres con voluntad para desobedecerle y tampoco cabe que no creara los eventos por suceder, sino que creó innumerables causas para producir innumerables eventos dentro de los límites de tiempo y los límites que le impuso al mundo material y al mundo no material. Por eso vemos la respuesta al problema creado por las supuestas obras que salvan en la siguiente aseveración; Se les explica fácilmente con sólo tener en mente que las obras humanas, así como todo cuanto sucede en la creación, son el resultado de la predestinación divina.  Si leen el resto del texto en la parte 8, verán que no es que Dios diseñó cuales eran las obras que los salvos iban a ejecutar, sino que Dios predestinó a los salvos para hacerlas. No van a ser producto de tu fe o tu decisión sino producto de un acto directo de Dios pues nada puede ocurrir sin que Dios haga que ocurra según Zwinglio en éste caso, pero que los demás teólogos de la predestinación lo sostienen. Para resumir, veamos lo siguiente. Zwinglio afirma que la razón por la que los «teólogos e hipócritas del apetito animal» insisten sobre el libre albedrío es que no conocen la profundidad y el alcance de las consecuencias del pecado original -aseveración que no concuerda del todo con su otra aserción de que la naturaleza misma de Dios requiere que se niegue el libre albedrío.

En resumen, la predestinación y la negación del libre albedrío se siguen de la naturaleza de Dios, así como del estado actual del humano.”

Aquí vemos como se etiqueta a los que cuestionan la predestinación. Son “teólogos e hipócritas del apetito animal”. Según Zwinglio, cuestionan porque son carnales y quieren defender sus apetitos. Pero para “suavizar” la acusación aclara que es que “no conocen la profundidad y el alcance de las consecuencias del pecado original”. En otras palabras, si alguien sostiene el libre albedrío, no es porque es un lavado en la sangre de Cristo que encuentra en la Palabra razones para cuestionar sino porque no acepta la definición de incapacidad del hombre para creer y querer que los que necesitan la predestinación han construido para sostener su argumento. Como dije anteriormente, el libre albedrío es un estorbo para su concepción de soberanía producto de la falsa premisa de que el futuro y el destino existen. Justo me lo confirma en la última oración: En resumen, la predestinación y la negación del libre albedrío se siguen de la naturaleza de Dios, así como del estado actual del humano.”  Ante esto, Calvino al percatarse de las contradicciones que ésos argumentos generan, no va a definir la predestinación en ésos términos sino que va a partir de las Escrituras para construir su argumento y presentarnos algo menos cuestionable y si hubiera algo cuestionable, recurre a los misterios de Dios.  Luego, en resumen, la doctrina de Calvino sobre la predestinación se basa -o al menos pretende basarse, no sobre la especulación acerca de la omnipotencia y la presciencia de Dios, sino sobre el testimonio de las Escrituras. La predestinación como conclusión lógica que se deduce de lo que la razón pretende conocer de la naturaleza de Dios es algo que Calvino rechaza como un caso más en que el orgullo humano pretende sobrepasar los límites de nuestra naturaleza. La predestinación escrituraria es doble, es decir, hay predestinación para la elección, así como para la reprobación y no depende del conocimiento anterior que Dios tiene de las acciones humanas futuras. Aunque esto es un gran misterio, tal doble predestinación no disminuye la justicia y el amor de Dios.

CALVINO

Juan Calvino es para mí el más brillante de los reformadores. No porque me convence sino por la forma en que sistematizó y estructuró su teología. Sus Instituciones no solo estabilizaron el desarrollo de la teología, sino que que la influenció hasta nuestros días. Por eso se habla hoy de “calvinismo”. Como su obra es extensa, solo voy a tocar lo que concierne a la predestinación y algunas doctrinas directamente relacionadas.

Comencemos con la caída. Calvino cuando habla de la caída la define como total y dejó al hombre incapacitado de querer o decidir por el bien.

Es cuando se busca el conocimiento de la «cosas celestiales» que la corrupción del intelecto resulta más patente, puesto que en lo que a esto se refiere las mentes más agudas resultan más que ciegas. Si entre los escritos de los filósofos se encuentran «por aquí y por allá» destellos de la verdad de Dios, esto no se debe a la perspicacia de los filósofos, sino más bien a que Dios les dio «cierto gusto de Su divinidad, a fin de que no pretendiesen ignorancia para excusar su impiedad». El único modo en que podemos escuchar o saber algo acerca de Dios es mediante unos oídos y una mente que solamente el Espíritu puede dar. También es cierto, por otra parte, que tenemos algún conocimiento natural de la voluntad de Dios, a través de lo que se llama comúnmente la «ley natural». Pablo afirma la existencia de tal ley. Pero la función de esa ley en nuestra condición presente no es darnos a conocer la voluntad de Dios, sino hacernos inexcusables. Sin la ley revelada de Dios, la ley natural no basta para conocer el bien.

La voluntad también se ha corrompido. Todavía tenemos una tendencia natural a buscar lo que es bueno para nosotros, pero esto apenas sobrepasa el «apetito natural» que se encuentra en todos los animales. Nuestra voluntad está ahora atada al pecado, y por lo tanto no hay uno solo de nosotros que verdaderamente busque a Dios. Lo que llamamos «virtudes» de los paganos no eran sino espléndidos vicios. Y la poca virtud verdadera que tenían no se debía a su propia naturaleza, sino a la gracia de Dios. Por nuestros propios medios y voluntad, somos completamente incapaces de dirigimos hacia el bien. «Así que la voluntad estando ligada y cautiva del pecado, no puede en modo alguno moverse al bien, ¡cuánto menos aplicarse al mismo!; pues semejante movimiento es el principio de la conversión a Dios, lo cual la Escritura le atribuye totalmente a la gracia de Dios».

Según Calvino el hombre no puede tener conocimiento del bien a menos que Dios le revele algunos destellos de la verdad de Dios. Y la voluntad no puede decidir por el bien. En cuanto a la incapacidad de conocer a Dios. Rom. Cap 1 no respalda eso.

"Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles." ROMANOS 1: 18-23

"ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén." 1: 25

"Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen;" 1: 28

"quienes, habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican." 1: 32

Vemos en estos textos que los impíos, no los escogidos, tuvieron acceso a la verdad, porque Dios se lo manifestó, y les manifestó cosas invisibles, conocieron a Dios, conocieron su gloria y la cambiaron, cambiaron la verdad de Dios, no aprobaron tener en cuenta Dios, o sea que lo pudieron tener en cuenta. Y entendieron el juicio de Dios. Así que si Calvino quiso fundamentar su predestinación en base a el testimonio de las Escrituras, en su construcción de la depravación total , no me parece que haya utilizado éstos textos, a menos que “acceso a la verdad” fue solo a algunas verdades sin relación con el conocimiento de Dios, “conocieron a Dios”, significa que solo tuvieron una noción incompleta de Dios, “conocieron su gloria” no fue la Gloria sino otra gloria de Dios, “cambiaron” no significa que tuvieron acceso a lo genuino de Dios sino que lo que cambiaron fue un facsímil sobre algo de Dios, “tener en cuenta a Dios” significa que lo que tenían en cuenta era una idea sobre Dios y no Dios mismo, y “entendieron el juicio” no significa el juicio de Dios sino su propia idea limitada y corrompida sobre lo que es la justicia de Dios. Pero si todas esas descripciones significan lo que dicen, literalmente, Calvino no las utilizó.

Sobre que la voluntad no puede decidir por tan siquiera querer el bién, Pablo dice: "para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros." HECHOS 17: 27 No dice “que lo van a hallar, pero sí que lo pueden buscar. A mí me da la impresión de que Dios no le reveló a Lucas que escribiera las cosas de tal manera que no le creara tropiezos a los de la predestinación siglos más tarde. En el 24 dice “al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle es a quien yo os anuncio”. O estaban adorando al verdadero Dios o Pablo está usando sus mejores destrezas de mercadeo para ganar su atención. En Lucas 10:23, Jesús dice “Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis; porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que vosotros veis;”. Sin entrar a discutir que el contexto habla de lo exclusivo de la revelación y eso es usado por los de la predestinación para probar que es revelado solo a los escogidos, el hecho es que “desearon ver”, cuando siglos más tarde nos están diciendo que es imposible que alguien desee las cosas de Dios.

Claro el pasaje fuerte para probar la incapacidad absoluta del hombre (que no puede querer ni creer), es Rom. 3: 10-18. Pablo no lo está citando ni para establecer la incapacidad del hombre en querer buscar a Dios ni para establecer que Dios tiene que salvar a unos y a otros no. Ya en el cap. 1 dejó claro que el hombre sí puede conocer a Dios y sus atributos, y en el 2 viene estableciendo que el hombre sí es capaz de hacer lo correcto. (2:7, 10, 14-16, 26-27). Lo que Pablo quiere establecer al citar Sal. 14:1-3, 53:1-3, 5:9, 36:1 y 140:3 e Isaías 59:7-8 es la universalidad del pecado tanto en judios como en gentiles, no que nadie es incapaz de querer buscar a Dios o sus bendiciones.  Si sacas tiempo y examinas el contexto de esos pasajes en Salmos encuentras que en todos hay justos, inocentes, pobres, y los que “te conocen”, “los que en Ti confían”, o “nosotros” distinto a los malos y en Isaías está hablando de la apostasía total de Israel por la cual Dios castigará a Israel. La única incapacidad que Pablo está señalando en este pasaje es la incapacidad de la ley para justificar aún al que la practica.

Otro pasaje que utilizan los que quieren probar la incapacidad del hombre para creer o desear las cosas de Dios es 1 Cor. 2:14 "Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.”

Suponiendo que ese texto existe solo, no está estableciendo que el hombre natural no puede creer o querer las cosas que son del espíritu de Dios. El verbo ejomai (Strong’s 1209), está en voz media, o sea que el sujeto se hace la acción a sí mismo, y en este caso no puede por sí mismo percibir las cosas del Espíritu de Dios. Pero no es porque Dios se lo impida sino porque cuando las analiza con su información natural para él son locura y esas cosas se tienen que discernir espiritualmente. No solo no las puede aceptar (percibir) sino que tampoco las puede entender. Hasta ahí no podemos concluir que está incapacitado de creerlas si las pudiera percibir o incapacitado de quererlas si las pudiera entender. En otros pasajes en donde aparece percibir, es otro verbo (Strong’s 1492), y tiene que ver con adquirir o no la información presentada sin que en el contexto se sugiera si hay que entenderla o no para percibirla. Aquí se infiere que hay que procesar o juzgar la información para “percibirla”.

Pero si vemos el contexto del cap. 2 vemos que es más difícil aún concluir que el hombre es incapaz de creer o querer las cosas que son del Espíritu de Dios. Desde el verso 6 está hablando de la sabiduría de Dios, no de la salvación ofrecida por Dios al hombre o de la revelación de Dios al hombre en Jesucristo. Esa sabiduría no es para todo el mundo. Es para “los que han alcanzado madurez”, “no es de este siglo”, no es de “los príncipes de este siglo”. Pero es la sabiduría. No es la revelación de Dios como ya vimos en Rom. Cap. 1 en donde Dios se reveló a si mismo a los hombres y reveló varios de sus atributos incluyendo la verdad de Dios. Esta sabiduría es distinta a la verdad revelada en Rom. 1 pues aquella ya fue revelada. Esta es un misterio, o sea esta oculta y ahora es revelada, y esta estaba predestinada para ser revelada a nosotros, no a los príncipes de este siglo. En el 10 dice que la revela por el Espíritu y hasta el 14 explica por qué el que no tiene el Espíritu no la puede recibir. Entonces viene el 14, diciendo que el hombre natural (en contraste con el hombre espiritual, el que tiene un espíritu nuevo), no puede percibir (aùn después de analizadas) las cosas que son del espíritu de Dios, porque no tiene las herramientas para entenderlas o aceptarlas. ¿Por qué? Porque esas cosas fueron predestinadas por Dios para ser reveladas a aquellos que Dios les iba a dar de Su Espíritu. Hasta ahí no puedes concluir que Dios o su Espíritu no iba a revelar a los hombres otras cosas de Dios. En Juan 14:17 dice que el Espíritu el mundo no lo puede recibir. En Juan 14:26 le enseñará (a los discípulos) todas las cosas y le recordará “todo lo que he dicho”. En 15:26, “dará testimonio de mí” y en 16:13 “os guiará”,   y os hará saber todas las cosas que habrán de venir” hasta ahí la función del Espíritu con los discípulos. ¿Pero y con el mundo? 16:8, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. Así que porque en 1 Cor.2 diga que el hombre natural no puede tener acceso a percibir o a entender las cosas que son del Espíritu de Dios, no significa que el mundo no puede entender su condición de pecadores y cómo el creer en el Hijo es la solución, ni puedan entender la justicia de Dios con la muerte y resurrección de Cristo ni puedan entender como Dios ha hecho juicio contra el príncipe de este mundo al deshacer las obras del diablo no solo con su Hijo sino también a través del poder y la autoridad de Cristo depositado en su Iglesia.

Yo concluyo que una cosa es que todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios y otra cosa es que todos están incapacitados para querer el bien o querer salvarse o creer en la oferta de Dios para salvarse. La incapacidad del hombre en cambiar su posición y condición de pecador no significa que no pueda creer o querer cambiarla cuando le llega la información de que Dios quiere y provee para que cambie. Cuando Jesús dice que el ES viene a convencer de pecado, no quiere decir que viene a convencerlo de que crea. Cuando dice “de pecado por cuanto no creen en mí”, es porque ya se dijo que "Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas." JUAN 3 :17- 19

El ES no viene a convencerte de que creas. Viene a convencerte de que el colmo del pecado es no aceptar, no creer que el Hijo es lo único que puede cambiar tu condición y tu posición de pecador. El verbo creer hasta este verso 19, aparece 12 veces y en ninguna significa que el que cree es el ES o que el ES produce la acción de creer. El que cree es el individuo que Calvino nos quiere convencer de que es incapaz de creer por sí mismo. 

Hasta aquí voy a dejar lo de Juan, pues la predestinación en Juan la voy a discutir al final de todos los cuestionamientos. Juan tiene contextos mucho más amplios que Romanos y este es un ejemplo. Aquí el contexto para interpretar un verso del cap. 16 se encuentra en el cap. 3. ¿De dónde yo me saco esto? Yo tengo que ver cómo se trata el pecado, la salvación y la fe desde el principio del evangelio, y como el convencimiento es una función de la fe, por eso tengo que ir a ver desde el principio en qué hay que creer y por qué. En los otros evangelios se introduce el arrepentimiento como la acción inicial para entrar en el Reino (excepto en Marcos que dice una vez “y creed”, y en Juan es la acción de creer lo que inicia la entrada. Seguimos con Calvino en la próxima sección.

Predestinado para Cuestionarme la Predestinación - Definiciones Parte 9: ¿Cómo Zwinglio construyó sus definiciones? Parte 2

En la sección anterior vimos el primer párrafo de Zwinglio. Aquí continuo con el resto del texto.

La ponzoña de un mosquito ha sido conocida y ordenada de antemano por Dios, y preguntarse por qué Dios ha hecho tal picada, y otras cosas al parecer malas, es una curiosidad femenina, vana e inútil».  Ante la creación divina, con sus aparentes contradicciones, no podemos hacer más que aceptarla y creer que Dios ha hecho todas estas cosas a base de un plan que su infinita sabiduría no quiere revelamos. Luego, la doctrina de la providencia tal y como aparece aquí no es la mera afirmación de que podemos confiar en Dios para nuestro sostén y bienestar, sino también la aseveración de que la relación entre Dios y el mundo es tal que todo cuanto ocurre tiene lugar por la voluntad de Dios.”

Aquí vemos que tratar de cuestionarse el por qué de un hecho simple como la picada de un mosquito es algo estúpido e innecesario a tal grado que usa un comentario bien machista al decir que es una “curiosidad femenina”. O sea, que los hombres no cuestionan esas cosas. Son las mujeres y es “vano e inútil”. Si eso es vano e inútil, cuestionarme cómo él llega a esas conclusiones debe ser más vano e inútil. Yo lo interpreto como una descarada disuasión para evitar que nadie rete la estructura teológica que está construyendo. Lo veo como una persuasión de antemano para desalentar todo cuestionamiento.

“Ante la creación divina, con sus aparentes contradicciones, no podemos hacer más que aceptarla y creer que Dios ha hecho todas estas cosas a base de un plan que su infinita sabiduría no quiere revelamos.” Zwinglio aquí nos sugiere que cuando encontremos que algo de la creación y me atrevo a añadir, algo de su Palabra, que nos parezca contradictorio, no preguntes. Acéptalo y no pierdas el tiempo pues Dios no quiso revelarlo. Volvemos a encontrarnos con uno de los métodos favoritos de los que necesitan la predestinación; cuando enfrentan la realidad de que hay cristianos lavados en la sangre de Cristo, que cuestionamos racional y bíblicamente sus postulados, nos contestan con que tienes que “creer que Dios ha hecho todas estas cosas a base de un plan que su infinita sabiduría no quiere revelarnos”, o, “los misterios de Dios”. Se resume en la última frase: “sino también la aseveración de que la relación entre Dios y el mundo es tal que todo cuanto ocurre tiene lugar por la voluntad de Dios.”. Tienes que entender que todo es plan de Dios, pero descartando del debate que haya tal cosa como voluntad permisiva. Todo fue decretado para que ocurriera de la manera que ocurre por un plan que Él no ha querido revelar y si yo o alguien dice que eso es destino o deísmo y por lo tanto Dios es el autor de lo que pasa, eso son “curiosidades femeninas, vanas e inútiles”.

“Es desde esta perspectiva que Zwinglio ve la doctrina de la predestinación, «puesto que todo el asunto de la predestinación, el libre albedrío y el mérito descansa sobre esta cuestión de la providencia». Dios no sólo sabe todas las cosas, sino que también hace todas las cosas, ya que «las causas secundarias no son verdaderas causas», y sólo Dios es la causa primera de todas las cosas. Hasta los filósofos paganos supieron que negar esto sería negar la naturaleza misma de Dios. Solo un predeterminismo absoluto puede hacerle justicia a la soberanía y la sabiduría divinas.” Cuando dice aquí que toda la discusión descansa en la cuestión de la Providencia, es en la definición de Providencia que ya ellos establecen. ¿Qué es providencia? “La Divina Providencia es el término teológico que indica la soberanía, la supervisión, la intervención o el conjunto de acciones activas de Dios en el socorro de los hombres”.

Esa providencia como vimos desde Agustín se define como Dios ejerciendo su control en toda la creación dejando establecido que nada ocurre fuera del control o como luego especifican, el decreto. No hay lugar para que, en el caso de los seres, fueran creados con una voluntad libre capaz de desobedecer la voluntad de Dios sin que eso viole o cancele la soberanía de Dios.

Como expliqué en la sección anterior y vengo exponiendo desde el principio, soberanía no se puede o no se tiene que definir en base a si las acciones de las criaturas (los seres), se someten o no a Dios, pues Dios era soberano antes de crear los seres. Lo mismo que sucede con la gracia. Dios tenía su gracia antes de crear, su gracia no dependía de seres que la recibieran o rechazaran para ser gracia. La gracia reside en el que la otorga, no en el que la recibe y por definición es inmerecida. Si no; es pago, o recompensa. Esta necesidad de definir la soberanía así viene desde que se da por sentado el destino o por concluir la inevitabilidad de lo que va a ocurrir al ver la inevitabilidad o la singularidad de lo ya ocurrido. Se razona que si lo ocurrido fuè inevitable y por lo tanto irreversible, lo que va a ocurrir es inevitable e irreversible. Por lo tanto, si hay un creador, tuvo que haber creado todo de antemano para que ocurriera como ocurre y tuvo que destinarlo, decretarlo. Esto lo expliqué en la parte 1 de la serie cuando defino el destino y “el futuro”.

“Dios no sólo sabe todas las cosas, sino que también hace todas las cosas, ya que «las causas secundarias no son verdaderas causas», y sólo Dios es la causa primera de todas las cosas.” En esta expresión se entrelazan preconocimiento con creación como dejando establecido que Dios creó lo “que sabía que iba a ocurrir” pues ya lo había determinado desde la eternidad. No se les ocurrió que Dios al saber todas las cosas, las sabía fuera del tiempo y por lo tanto no sabía lo que únicamente iba a ocurrir sucesivamente a través del tiempo.  Dios sabe todas las posibles ocurrencias que se pueden suceder dentro de los límites del tiempo y las leyes de causa y efecto en los cuales diseñó su creación. Usando el ejemplo del mosquito, Dios lo creó para que picara, pero no lo creó para que te picara en la espalda en este momento en que estas leyendo. Dios creó los mecanismos para que, si el mosquito está detrás de ti, te pique, pero el mecanismo no lo dirige a tú espalda si no a tú cuerpo. Claro, si Dios lo creó para que te picara en la espalda y tú alcanzas a matarlo, no debes preocuparte si desobedeciste la voluntad de Dios que lo creó para picarte pues te creó a ti para que lo mataras, pues si Dios creó todas las cosas para que pasaran, cuestionarte o encontrar contradicciones en un evento así son “curiosidades femeninas, vanas e inútiles”. Pero debes creer que eso se extiende, no solo a algo tan trivial como la picada de un mosquito, sino también cuando veas en la Biblia que Dios hace o dice cosas que te llevan a cuestionar el propósito o el carácter de Dios distinto a como lo definen los teólogos de la predestinación.

Hasta los filósofos paganos supieron que negar esto sería negar la naturaleza misma de Dios. Solo un predeterminismo absoluto puede hacerle justicia a la soberanía y la sabiduría divinas.” Los filósofos paganos (no todos), concibieron a Dios o como dice en Rom. 1. cambiaron lo que conocieron de Dios a sus conclusiones para explicar su pecado y la desgracia humana. Al aplicar el antropoformismo desde la perspectiva del hombre hacia Dios y no usar el antropoformismo revelado por Dios mismo al hombre, le atribuyeron a Dios o a sus dioses las limitaciones humanas, tanto de carácter como de existencia en el tiempo, y así tenemos las religiones y filosofías que chocan con la revelación de Dios en su Palabra. Los paganos que definieron a sus dioses interviniendo en los asuntos de los hombres los definieron interviniendo en total control (fatalismo) o arbitrariamente según las negociaciones entre ellos de acuerdo con sus intereses y pasiones (politeísmo). Utilizar a los filósofos paganos para ilustrar o certificar lo correcto de que la naturaleza de Dios es como se describe, parece muy racional y lógico, pero es mala propaganda. Dios no se revela en la Biblia ni como Dios que decretó todo para que ocurriera según el concepto pagano de destino, ni como Dios que hizo todo y no interviene según el concepto deísta, ni está interviniendo en cada lugar en cada momento del universo como el concepto panteísta.

Solo un predeterminismo absoluto puede hacerle justicia a la soberanía y la sabiduría divinas. O sea, solo el concepto del destino es el correcto para entender el por qué y para qué Dios hizo lo que hizo. No hay más que podamos hacer o esperar. Tenemos que leer la Biblia e interpretar las promesas de Dios como si fuera el horóscopo. Eso es lo que yo entiendo por predeterminismo absoluto. Destino. Y Zwinglio concluye esto para poder sostener que no hay libre albedrío, y que la única forma en que Dios es glorificado es reconociendo que ni tan siquiera hay voluntad permisiva de parte de Dios.  De otra manera Dios es denigrado y rebajado al nivel de las criaturas.

Al hacer al ser humano y a los ángeles, Dios sabía que alguno de entre ellos caerían. No sólo lo sabía, sino que también ordenó que así fuese. Su propósito al hacer esto fue que tanto los humanos como los ángeles pudiesen comprender mejor la naturaleza de la rectitud en contraste con la maldad. La caída de Satanás y Adán no tuvo lugar contra la voluntad de Dios. «Dios hizo ambas cosas -sin embargo, Dios en sí mismo no es injusto, ni es tampoco lo que hizo injusticia o maldad en lo que a Dios se refiere, ya que Dios no está bajo la ley». Aún más, esto no debería llevamos a la conclusión de que Dios sea malvado, o que no ame a sus criaturas, ya que fue precisamente por razón de amor que Dios hizo estas cosas, para que tanto los humanos como los ángeles pudieran conocer la verdadera naturaleza de la fidelidad y de la rectitud.” “Dios no lo solo lo sabía, sino que lo ordenó”.  Otros teólogos de la predestinación lo ven al revés: “lo sabía porque lo ordenó”. Eso hace a Dios limitado y es una mala definición de presciencia como he explicado anteriormente. Zwinglio no se expone a esos cuestionamientos. Dios es Soberano y ordenó la desobediencia. Pero entonces; ¿còmo le llamamos desobediencia a hacer algo que Dios ordenó

La contestación es “eso son curiosidades femeninas, vanas e inútiles”. La otra contestación es   “que tanto los humanos como los ángeles pudiesen comprender mejor la naturaleza de la rectitud en contraste con la maldad.” O sea, el padre del hijo pródigo le creó una situación tan asfixiante a su hijo con toda la intención de que se fuera para que cuando regresara demostrarle todo su amor y su perdón.           Piénsenlo. Es el razonamiento que nos justifican citándonos a Rom. 11:32, "Porque Dios sujetó a todos en desobediencia, para tener misericordia de todos." Según los que necesitan la predestinación, aquí dice que Dios nos obligó a pecar para tener misericordia de nosotros. Consideremos aquí la palabra “sujetó”. Sugiere que Dios los puso en esa condición. Pero el contexto no dice eso. Se está explicando por qué los judíos, si de ellos es la adopción, la gloria, el pacto, la promulgación de la ley, el culto y las promesas;(9:4) no han alcanzado la justicia, (9:30-32). ¿Cómo si son elegidos, no han entrado a participar de los beneficios? La respuesta no es que Dios los hizo desobedecer. Fueron endurecidos en parte y temporeramente (11:25), para que al nosotros siendo igual de desobedientes, disfrutamos de la misericordia y ellos no, eso los mueva a querer participar (11:30-31), Ahí dice “la desobediencia de ellos”, no la desobediencia puesta por Dios en ellos. Dios provocó “el endurecimiento” no la desobediencia. Ellos son responsables de su desobediencia y su incredulidad y ellos son responsables de cambiar su situación.

"Y aun ellos, si no permanecieren en incredulidad, serán injertados, pues poderoso es Dios para volverlos a injertar." 11: 23 Lo otro que tenemos que notar es que ésa misma palabra se utiliza en Gal. 3:22-23. "Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes. Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada." Aquí se traduce “encerrar”. El pasaje no dice o no viene hablando de que Dios es la causa del pecado. Dios es la causa de la solución y para poder aplicar esa solución “reservó” todo en pecado. ¿Por qué encerró todo bajo pecado? Dios pudo haber pasado por alto el pecado sin perdón o sin ejercer misericordia o sin satisfacer su justicia, o sin enviar a Cristo o simplemente lo hubiera evitado en primer lugar. Pero siendo consistente consigo mismo, para manifestar su amor, su misericordia; para satisfacer su justicia y honrar su santidad, (todo eso estaba disponible si las criaturas no desobedecían, pero que también estaba disponible en los términos de Dios si desobedecían), Dios “sujetó” a las criaturas una vez desobedecieron para mostrar, manifestar, aplicar todos esos atributos dentro de los términos de su Elección predestinada en Cristo. Si las criaturas obedecían, su amor ya estaba disponible y las criaturas glorificarían a Dios. Si las criaturas desobedecían, “el Cordero fue inmolado desde antes de la fundación del mundo” y las criaturas le glorificarían como quiera. Hasta Satanás va a confesar que Jesús es el Señor, aunque está condenado por la eternidad.

Así que ese pasaje de Rom. no dice que Dios creó o es responsable de la desobediencia. Dios no arregló la condición de la desobediencia, la permitió para glorificarse en ella. En Gálatas, Dios no creó la condición del pecado. Dios la permitió para cumplir su propósito en ella. Por lo tanto, cuando Zwinglio dice que Dios ordenò la desobediencia de las criaturas para “que tanto los humanos como los ángeles pudiesen comprender mejor la naturaleza de la rectitud en contraste con la maldad.”, no veo que la Escritura sustente eso.

“A partir de esta doctrina de la predestinación, Zwinglio puede refutar fácilmente cualquier intento de fundamentar la salvación sobre las obras. La salvación es el resultado de la elección divina, y no de un esfuerzo humano.”  No veo la necesidad de construir la doctrina de la predestinación para probar que la salvación no es por obras. Tanto en Romanos como en Gálatas se utiliza la justificación por la fe como el mecanismo para alcanzar la salvación en abierto contraste con las obras de la ley, que era el debate contra el judaísmo. En la historia de la iglesia, son las obras propuestas por la iglesia institucional lo que hay que contrarrestar y no veo como la predestinación sea más eficiente que la simple justificación por la fe para explicar como Dios a través de Jesucristo propuso rescatar al hombre. Leyendo la última oración; no se necesita erradicar el libre albedrío para demostrar que la salvación no es esfuerzo humano. El hombre no podía obligar, persuadir, convencer o sugerirle a Dios que tenía que salvarlo. El hombre, aunque fuera capaz de ser irreprensible en cuanto a ley, no podía cambiar por sí mismo su condición de pecado. No podía proveer expiación para satisfacer la justicia de Dios.     No podía por sí mismo reparar todo el daño causado por la caída. Por lo tanto, Dios tenía que proveer, ser propicio y lo hizo decretando la Elección en Cristo para volver a producir en el hombre el estatus que tuvo Adán. Que, si la criatura tiene que ser definida como incapaz de aceptar o rechazar la oferta de Dios en querer reconciliarlo, para que Dios quede más glorificado, es también innecesario. Dios no necesita que sus criaturas le obedezcan para validar su soberanía. Los tiranos terrenales y espirituales son los que lo necesitan para probar que son los que mandan.

Como dije en la sección anterior, voluntad es una capacidad, soberanía es un rango.   Y es un rango que no depende de voluntades que le reconozcan o no. Así mismo salvador es un título que no depende de si hay alguien para salvar o no, o si alguien acepta ser salvado o no. Depende del poder de salvar de uno y la impotencia del otro en salvarse.

Predestinado para Cuestionarme la Predestinación - Definiciones Parte 8: ¿Cómo Zwinglio construyó sus definiciones?


¿Quién fue Zwinglio? Zwinglio fue un reformador de Suiza. Veamos como Justo González resume su carrera. “Quizá lo más exacto sería decir que con Zwinglio la reforma suiza comenzó a tomar su propia forma, bajo el influjo tanto de Lutero como del humanismo, pero sin dejar de ser producto de las circunstancias políticas y sociales que existían en la Suiza de entonces. También es justo decir que, a través de Calvino, de otros teólogos reformados y de toda la tradición puritana, la importancia de Zwinglio y de la reforma suiza es por lo menos tan grande como la de Lutero y la reforma alemana.”

Justo divide la reforma en cuatro influencias o tradiciones, la luterana, la reformada, la anabaptista y la anglicana. Zwinglio viene a ser el primer teólogo de la tradición reformada.  Fue más radical que Lutero en algunos puntos, pero más moderado en otros. Fue más literal en interpretar las Escrituras en cuanto a los sacramentos, la iglesia y el estado. En cuanto a la predestinación, que es lo que nos concierne aquí, fue más lejos que Lutero al afirmar que todo lo que ocurre es ordenado por Dios. No entra en las “cosas inescrutables de Dios” al no poder explicar satisfactoriamente como Dios puede salvar a unos y no ser responsable de condenar al resto. Veamos.

“El modo en que Zwinglio entiende la naturaleza de Dios se relaciona estrechamente con la idea de lo absoluto. Sus argumentos en pro del monoteísmo se basan, no tanto en las Escrituras, como sobre la aseveración de que la existencia de más de un ser absoluto es una imposibilidad lógica. Por lo tanto, la aserción bíblica de que todas las cosas existen en Dios se toma muy literalmente, como queriendo decir «que nada está escondido de Dios, nada le es desconocido, nada se encuentra más allá de su alcance, nada le desobedece.

«La ponzoña de un mosquito ha sido conocida y ordenada de antemano por Dios, y preguntarse por qué Dios ha hecho tal picada, y otras cosas al parecer malas, es una curiosidad femenina, vana e inútil». Ante la creación divina, con sus aparentes contradicciones, no podemos hacer más que aceptarla y creer que Dios ha hecho todas estas cosas a base de un plan que su infinita sabiduría no quiere revelamos. Luego, la doctrina de la providencia tal y como aparece aquí no es la mera afirmación de que podemos confiar en Dios para nuestro sostén y bienestar, sino también la aseveración de que la relación entre Dios y el mundo es tal que todo cuanto ocurre tiene lugar por la voluntad de Dios.

Es desde esta perspectiva que Zwinglio ve la doctrina de la predestinación, «puesto que todo el asunto de la predestinación, el libre albedrío y el mérito descansa sobre esta cuestión de la providencia». Dios no sólo sabe todas las cosas, sino que también hace todas las cosas, ya que «las causas secundarias no son verdaderas causas», y sólo Dios es la causa primera de todas las cosas. Hasta los filósofos paganos supieron que negar esto sería negar la naturaleza misma de Dios. Solo un predeterminismo absoluto puede hacerle justicia a la soberanía y la sabiduría divinas.

Al hacer al ser humano y a los ángeles, Dios sabía que alguno de entre ellos caerían. No sólo lo sabía, sino que también ordenó que así fuese. Su propósito al hacer esto fue que tanto los humanos como los ángeles pudiesen comprender mejor la naturaleza de la rectitud en contraste con la maldad. La caída de Satanás y Adán no tuvo lugar contra la voluntad de Dios. «Dios hizo ambas cosas -sin embargo, Dios en sí mismo no es injusto, ni es tampoco lo que hizo injusticia o maldad en lo que a Dios se refiere, ya que Dios no está bajo la ley». Aún más, esto no debería llevamos a la conclusión de que Dios sea malvado, o que no ame a sus criaturas, ya que fue precisamente por razón de amor que Dios hizo estas cosas, para que tanto los humanos como los ángeles pudieran conocer la verdadera naturaleza de la fidelidad y de la rectitud.

A partir de esta doctrina de la predestinación, Zwinglio puede refutar fácilmente cualquier intento de fundamentar la salvación sobre las obras. La salvación es el resultado de la elección divina, y no de un esfuerzo humano. ¿Qué hacer entonces de los muchos textos escriturarios que parecen relacionar la salvación con las obras? Se les explica fácilmente con sólo tener en mente que las obras humanas, así como todo cuanto sucede en la creación, son el resultado de la predestinación divina.

En los elegidos, Dios produce buenas obras, y por lo tanto tales obras son necesarias para la salvación, no en el sentido de que la produzcan, sino en el sentido de que la elección es también elección para realizar buenas obras. Por otra parte, lo contrario resulta ser cierto de los réprobos, en quienes Dios obra el mal, y sin embargo ese mal se les imputa a ellos, quienes están bajo la ley, y no a Dios, quien se encuentra por encima de ella.

La elección y la reprobación se manifiestan así en señales externas, de tal modo que es posible tener una medida aproximada de quiénes son los electos, y especialmente de la propia elección. Quienes pretenden ser electos, pero abandonan a Dios en momentos de adversidad, no se encuentran verdaderamente entre los escogidos. Quienes viven en maldad se encuentran probablemente entre los réprobos, aunque también pueden ser de los predestinados cuya salvación todavía no ha sido manifestada. En cuanto a los paganos de la antigüedad, y cualesquiera otros no hayan tenido oportunidad de oír el evangelio, bien pueden contarse entre los electos, puesto que serán juzgados sobre una base diferente -y aquí Zwinglio afirma que preferiría correr la suerte de Séneca o de Sócrates antes que la del Papa.

Una de las características más interesantes en la teología de Zwinglio es su insistencia sobre el deseo que Dios tiene de comunicarse. Todo el proceso de la creación es una comunicación por parte de Dios. Como corona de esa creación Dios hizo al ser humano, con el cual puede sostener diálogo. En su estado actual, el humano no puede conocerse a sí mismo. Es tan difícil de agarrar como un calamar, puesto que cuando está a punto de ser atrapado puede esconderse hasta de sí mismo enturbiando las aguas. «El humano tiene tanta osadía al mentir, tanta prontitud para pretender y ocultar, que cuando se cree haberle atrapado en un lugar, se descubre que hace tiempo ha escapado a alguna otra parte». Luego, de igual modo que el ser humano necesita de la revelación divina para conocer a Dios, también la necesita para conocerse a sí mismo. Todo esto se debe a la caída, que consistió en la desobediencia de Adán a la ley de Dios a causa de su amor de sí mismo. El amor de sí mismo es la raíz de todo pecado, puesto que Adán rompió la ley tratando de ser como Dios. Este pecado original de Adán no se transmite a sus descendientes en el sentido estricto; lo que se transmite es el resultado de ese pecado, que Zwinglio prefiere llamar «una enfermedad». Esto no disminuye en modo alguno las consecuencias del pecado original, puesto que Zwinglio afirma que la razón por la que los «teólogos e hipócritas del apetito animal» insisten sobre el libre albedrío es que no conocen la profundidad y el alcance de las consecuencias del pecado original -aseveración que no concuerda del todo con su otra aserción de que la naturaleza misma de Dios requiere que se niegue el libre albedrío.

En resumen, la predestinación y la negación del libre albedrío se siguen de la naturaleza de Dios, así como del estado actual del humano.” Hasta aquí lo que Justo nos dice de Zwinglio. Examinemos cómo Zwinglio define la predestinación.

“El modo en que Zwinglio entiende la naturaleza de Dios se relaciona estrechamente con la idea de lo absoluto. Sus argumentos en pro del monoteísmo se basan, no tanto en las Escrituras, como sobre la aseveración de que la existencia de más de un ser absoluto es una imposibilidad lógica. Por lo tanto, la aserción bíblica de que todas las cosas existen en Dios se toma muy literalmente, como queriendo decir «que nada está escondido de Dios, nada le es desconocido, nada se encuentra más allá de su alcance, nada le desobedece.”

La primera oración nos dice que Zwinglio parte de la idea del absoluto. Esa concepción del dios absoluto, aunque es cierta en principio, si la tomamos como el principal atributo de la naturaleza de Dios y la ponemos fuera o mayor o causa de las demás cualidades reveladas de Dios en las Escrituras     o condicionamos todos los demás atributos de Dios a esa causa absoluta, nos puede llevar a limitar la manifestación de los atributos de Dios y en especial cuando no usamos lo que las Escrituras nos revelan de cada atributo de Dios para definir los alcances de ese absoluto. Ejemplo. Si Dios es absolutamente absoluto, no tenía necesidad de crear. Pero la Biblia dice que Dios es amor. El amor es dar, compartir, relación y por extensión; recíproco. Por lo tanto, eso me explica a mí para qué Dios creó. Para amar, para dar, para relacionarse y para que ese amor fuera reciprocado, creó seres con voluntad capaces de amarlo libre y voluntariamente, para que pudieran ejercer el amor en la misma capacidad de Dios: libre y voluntariamente. Eso en ninguna manera hace a esos seres igual de soberanos que Dios. Voluntad no es soberanía. Voluntad es una capacidad. Soberanía es un rango, una categoría. Que voluntad obedece a otra voluntad. Que voluntad tiene el poder para decirle a otra voluntad qué hacer y si no lo hace, poder para imponer consecuencias.  La voluntad o capacidad de tomar decisiones, es una cualidad igual a la de Dios. Soberanía o capacidad de imponerse a otra voluntad, es una cualidad en una sola dirección y siempre procede de mayor a menor según la posición asignada en la jerarquía. Nunca al revés. Nunca va a invertirse la dirección de esa soberanía porque la soberanía se fundamenta en poder y autoridad para ser ejercida desde quien tiene mayor autoridad y poder sobre el que tiene menos autoridad y poder. Por lo tanto, soberanía no depende ni se altera por la libertad de decidir o no que tengan las voluntades envueltas. La soberanía no necesita de la obediencia ni del consentimiento de sus participantes para ser soberana. Depende de quién tiene el poder y la autoridad para dictar órdenes y consecuencias a quien tiene menos poder y autoridad. Dios era soberano antes de crear nada. Entonces, ¿podía Dios crear seres que compartieran algunos de sus atributos incluyendo voluntad sin comprometer su soberanía? Claro pues Dios no puede crear un ser igual que él en omnipotencia, omnisciencia y omnipresencia. Y hasta ahí llega el concepto de lo absoluto. Pero Zwinglio con su fundamento humanista, siguió el concepto de lo absoluto aceptado en la mente de los educados en su momento al igual que Agustín y Lutero siguieron el concepto de futuro y destino de los educados de su época. Cito de JG, “Su modo de acercarse a las Escrituras era el de un humanista cristiano. Su regreso a la Biblia fue parte del regreso general a las fuentes antiguas que caracterizó al movimiento humanista. Como humanista, Zwinglio creía que el mejor modo para redescubrir la verdadera naturaleza del cristianismo era descubrir de nuevo el mensaje de las Escrituras, y aplicarlo entonces a la renovación de la fe cristiana.” Aunque Zwinglio, al igual que todos los reformadores, partieron de volver a las Escrituras para construir su teología, no tuvieron el cuidado de separar de su formación secular (el Renacimiento estaba en su apogeo), ni de su formación teológica (eran sacerdotes y la influencia helenística de Agustín y Tomás de Aquino dominaban la formación sacerdotal), lo que las Escrituras le mostraban de quién es Dios y como se revela en las Escrituras.

Veamos la segunda oración.  Sus argumentos en pro del monoteísmo se basan, no tanto en las Escrituras, como sobre la aseveración de que la existencia de más de un ser absoluto es una imposibilidad lógica.  Es cierto y perfectamente racional. Por eso les dije que Dios no puede crear un ser igual que Él. Pero eso no significa que Dios no pueda impartir atributos suyos a los seres creados. “Hagamos al hombre a nuestra imagen conforme a nuestra semejanza”. ¿Lo hizo con inteligencia y Dios dejó de ser omnisciente? ¿Lo hizo con la capacidad de amar y Dios dejó de ser amor? Entonces, ¿por qué si le dio voluntad libre para desobedecerle, Dios deja de ser soberano? Porque arbitrariamente aplican el concepto de absoluto que eficientemente explica por qué no puede haber otro ser igual a Dios para establecer que Dios no puede crear seres igual de libres que El pues arbitrariamente definieron que eso limitaría la soberanía de Dios.

Repito; el que Dios impartiera a los seres la capacidad de decidir por si mismos si obedecen o no, para nada significa que Dios les impartiera Su soberanía pues Dios no les impartió todo poder para para prevalecer contra Dios o estar en el mismo nivel de jerarquía de Dios.

Veamos la tercera oración. Por lo tanto, la aserción bíblica de que todas las cosas existen en Dios se toma muy literalmente, como queriendo decir «que nada está escondido de Dios, nada le es desconocido, nada se encuentra más allá de su alcance, nada le desobedece.” Aquí vemos que además de definir el concepto de absoluto como que Dios está y es en todo, que de ahí al panteísmo es poca distancia, utilizan la declaración bíblica de que las cosas “existen en Dios” para definir que Dios estableció y dirige el universo según lo concebían o lo conciben los que dan por sentado el destino. Sobre que “ todas las cosas existen en Dios” y de ahí concebir que todo ocurre en un destino veamos algunos textos:

"Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho."  JUAN 1: 3 De aquí no sale el concepto de destino.

"El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas. Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación; para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros. Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos. Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres."  HECHOS 17:24- 29 Aquí no dice que las cosas existen o son en Dios, sí dice que Dios da vida y aliento a todas las cosas. Esto se entiende perfectamente al aceptar que la entropía entró a la creación junto con el pecado y Dios tiene que reemplazar la pérdida y el deterioro para que la creación continúe. Dice que todos somos de una sangre y nos puso límites para “que busquen a Dios”, todos los hombres, se le pasó aquí a Pablo aclarar que solo los escogidos lo pueden buscar. Dice que en “él vivimos y nos movemos y somos”. Cuando dice esto, no lo está diciendo para probar que nuestras acciones fueron decretadas o predeterminadas por Dios pues ante los atenienses hubiera sido absurdo que estuviéramos predestinados y a la vez ser responsables de buscarlo. Cuando dice ésto, lo dice en contraste con la idea de que Dios habita en templos hechos por humanos. Dios no está contenido en estructuras humanas, los humanos estamos contenidos en El. Pablo está atacando la idolatría, no el libre albedrío. "para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él." 1 CORINTIOS 8:6 Lo mismo de Hechos, Dios tiene que sustentar la creación. “nosotros por medios de El” significa los mismo tanto para los que necesitan creer en la predestinación como los que no.

"Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo."  1 CORINTIOS 12: 6 Aquí no está hablando de la creación sino de la operación del ES dentro del cuerpo de creyentes.

"Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a él, claramente se exceptúa aquel que sujetó a él todas las cosas." 1 CORINTIOS 15: 27            Si lo tomamos fuera de contexto, pues pudiéramos asumir que “nada le desobedece” como dice la cita anterior de Zwinglio, pero cuando vemos el 28 vemos que no concuerda con la visiòn absolutista de Zwinglio.     "Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos."  1 CORINTIOS 15: 28 O sea, que no todo está sujeto. También es de notar lo que explicaba anteriormente sobre el fundamento de la soberanía. En el 27 vemos que al Dios sujetarle todas las cosas a Cristo, no comprometió en nada su soberanía y Cristo sí limita o iguala su soberanía con la del Padre cuando Cristo se sujeta de nuevo a Él.

"De reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra."  EFESIOS 1:10   Ahora mismo no todas las cosas están reunidas en Cristo.

"Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten;" COLOSENSES 1 :16-17 Interesante que Dios creó jerarquías debajo de Él y le responden a Él. Cristo es aparte de la creación pues es antes de ella y cuando dice que subsisten es por lo que explicamos anteriormente.

"Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Jesucristo, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato," 1 TIMOTEO 6: 13          Da vida porque es causa y origen y las sustenta por lo que ya les dije.       "el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas,"  HEBREOS 1 : 3 "Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos." 2: 10 "Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta."  4: 13 En éstos tres versos ninguno sugiere la idea de que todo lo que ocurre es porque Dios está haciendo que ocurran.

"Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas."  APOCALIPSIS 4: 11 Lo mismo. El que subsisten no es porque “que nada está escondido de Dios, nada le es desconocido, nada se encuentra más allá de su alcance, nada le desobedece.” Tú puedes interpretarlo de esa manera para que justifique tu idea de Dios destinando todo el acontecer del universo, pero como vemos, del texto no surge.

Predestinado para Cuestionarme la Predestinación - Definiciones Parte 7: ¿Cómo Lutero construyó sus definiciones?


En las tres secciones anteriores les compartí como Agustín construyó su doctrina de la predestinación. Primero Agustín daba por sentado la idea del futuro y por lo tanto del destino como un hecho. Su influencia neoplatónica, su gnosticismo maniqueo y su educación en retórica, no lo podían dirigir a concebir a un Dios capaz de crear un universo con criaturas independientes de Él. Mucho menos concebir un universo en donde el devenir existiera en consecuencia y según los eventos anteriores se sucedieran sin necesidad de que Dios los creara de antemano. Esto debido a que el concepto neoplatónico del Uno inefable inevitablemente te obliga a concebir un universo en donde todo es causado directamente por ese Uno. Por lo tanto, Dios es causa y agente de cada evento, ya sea porque está actuando en hacerlo o porque ya lo creó de antemano para que ocurriera. Lo primero te lleva al panteísmo y lo segundo al deísmo

Segundo; su definición de la caída presenta con su incorrecta designación de “libertad para pecar”, que el hombre es incapaz de querer, mucho menos hacer nada bueno, y como recibir algo de Dios es bueno, inevitablemente Dios tiene que imponerlo en el hombre y de ahí se le pone un apellido a la gracia que viene a ser “gracia irresistible” para explicarnos por qué es inmerecida.

Tercero, para explicar el hecho de que unos se salvan y otros no, parten del primer error: como Dios sabía quien se iba a salvar y quien no, pues decidió de antemano aplicar la gracia irresistible a los que Él sabía que se iban a salvar pues ya los había predestinado (creado), para salvarlos.

A todo esto, le añadimos, que fue para atacar el libre albedrío propuesto por Pelagio, aunque en sus principios, Agustín creía en el mismo libre albedrío cuando debatió contra el maniqueísmo.

Hoy vamos a ver a Lutero. El valor de Lutero en la Reforma es que fue el detonante principal en traer el cisma contra la hegemonía de la iglesia romana, y prácticamente establecer el nacionalismo alemán. Al traducir la Biblia al alemán le dio cohesión al idioma y solidificó la identidad de la nación alemana. Teológicamente su énfasis en construir su teología en base a las Escrituras en contraste con basarla en la autoridad de la iglesia, su énfasis en la justificación por la fe y no por las obras en contraste con el monopolio en dispensar la salvación del sistema católico y sus cambios en la liturgia y forma de reinterpretar los sacramentos, fueron sus mayores contribuciones a desatar los cambios en la iglesia, la política y la sociedad europea en el siglo XVI. En soteriología su aportación básica es desenmascarar las mentiras de los dogmas de la iglesia y volver a los requerimientos y consecuencias de la salvación como lo enseñan las Escrituras. Fuera de eso, con sus compromisos políticos en no condenar injusticias e inmoralidades cometidas por sus protectores políticos, su intolerancia a los anabaptistas y otros movimientos distintos, su antisemitismo más sus reacciones extremas y radicales contra los que objetaban sus posiciones, en especial al final de sus días, llevan a algunos a concluir que se “volvió loco” y a otros desechar todo lo positivo que logró con su aportación.

Para mí, no lo considero parte del Canon, ni creo en atribuirle un ápice de revelación a ninguno de sus escritos. Me creo predestinado para revisar y cuestionar todas sus enseñanzas, en especial su predestinación. Veamos qué enseñó sobre la predestinación.

Primero veamos como definió la caída. Cito de JG:

Esto fue lo que causó el ataque vitriólico de Lutero contra Erasmo cuando éste salió en defensa del libre albedrío. Desde el punto de vista de Lutero, Erasmo no tenía idea alguna de lo que era el evangelio, y prueba de ello era el hecho de que la cuestión debatida le parecía periférica, y cuando trató de producir una lista de lo que le parecía importante lo que produjo fue «una lista tal que cualquier judío o gentil completamente ignorante de Cristo podría haberla preparado con facilidad»  La importancia que Erasmo le daba al libre albedrío era consecuencia de su modo de ver la vida cristiana en términos de virtud y rectitud. Lutero, por otra parte, creía que la afirmación del libre albedrío, como si uno pudiese aceptar y decidir hacer el bien por sus propios medios, constituía una negación del pecado humano y probaba que no se habia escuchado la Palabra de Dios ni como ley ni como evangelio. La esclavitud del albedrío al mal era para Lutero un hecho claro, íntimamente relacionado con la dialéctica entre la ley y el evangelio, y con la enormidad del pecado humano.

El ser humano no puede hacer más que mal. Sus mejores virtudes, por admirables que parezcan desde el punto de vista de la ley civil, no le acercan a Dios. Esto no es porque su voluntad sea restringida, sino porque está tan llena de maldad que libremente decide hacer el mal. No queda cosa alguna en la persona que le permita agradar a Dios, ni siquiera moverse hacia Dios mismo. La voluntad humana es como una bestia que se encuentra entre dos jinetes, es decir, Dios y el Diablo. En la persona natural, el diablo ha venido a ser el jinete, y no hay nada que el ser humano pueda hacer para deshacerse de él.

Nada le queda al ser humano de qué gloriarse. Todo lo que le queda es la posibilidad de que se le vuelva en la dirección correcta. Pero esto basta para Dios. Es a esa posibilidad de la voluntad que Dios se dirige en su Palabra, haciendo que la voluntad perversa se vuelva hacia Dios, de modo que una vez más, aun en medio de su condición pecaminosa, el humano pueda tener comunión con Dios.  Este es el evangelio de la redención en Jesucristo.”

Erasmo, le escribió a Lutero un tratado defendiendo el libre albedrío.  Lutero descarta no solo el argumento sino a Erasmo mismo. Ni el argumento tiene mérito ni Erasmo y esto se debe a una construcción previa de Lutero sobre qué era revelación o verdad bíblica. Lutero creó el concepto de teología de la gloria y teología de la cruz. Básicamente la teología de la gloria era humana y dependía de la razón caída del hombre. Solo por medio de la teología de la cruz se puede comprender a Dios. Por lo tanto, cualquier defensa del libre albedrío cae en la racionalización de seres caídos.

La importancia que Erasmo le daba al libre albedrío era consecuencia de su modo de ver la vida cristiana en términos de virtud y rectitud.           O sea, como Erasmo no ve la vida cristiana como la define Lutero, se descarta que pueda haber algún valor en su argumento para el libre albedrío.

Lutero, por otra parte, creía que la afirmación del libre albedrío, como si uno pudiese aceptar y decidir hacer el bien por sus propios medios, constituía una negación del pecado humano y probaba que no se había escuchado la Palabra de Dios ni como ley ni como evangelio.  Aquí Lutero nos da su definición del libre albedrío y sus consecuencias. “Aceptar” y “decidir” “por sus propios medios”, son imposibilidades pues según Lutero la caída fue tal que el hombre no puede querer, mucho menos aceptar o decidir hacer el bien, incluyendo aceptar y decidir en creer y recibir la oferta inmerecida de Dios.   Y si no estás de acuerdo con la definición es que estás negando el pecado humano y no has escuchado la Palabra de Dios. En otras palabras, para demostrar a los que necesitan la predestinación o por lo menos a los luteranos, que has escuchado la Palabra de Dios, tienes que rechazar el libre albedrío y acatar la definición de la caída como Lutero la definió.

La esclavitud del albedrío al mal era para Lutero un hecho claro, íntimamente relacionado con la dialéctica entre la ley y el evangelio, y con la enormidad del pecado humano. Aquí vemos que se comete el mismo error de Agustín; “albedrío al mal”. Y es un hecho claro.  Es lo mismo que vimos con Agustín cuando definió la nueva condición del hombre caído como “libertad para el pecado”. Ya les dije que es un disparate.

No queda cosa alguna en la persona que le permita agradar a Dios, ni siquiera moverse hacia Dios mismo. Esto es una premisa incorrecta producto de la primera definición. Es incorrecta porque suponiendo que el hombre haga algo que agrade a Dios, (que sí puede), eso en ninguna manera resuelve el problema del pecado. Lo vemos en Hebreos cuando dice que ninguno de los sacrificios ordenados por Dios podía expiar los pecados.

HEBREOS 10: 1-4 y 11     "Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan. De otra manera cesarían de ofrecerse, pues los que tributan este culto, limpios una vez, no tendrían ya más conciencia de pecado. Pero en estos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados; porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados. Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados;"    en Lucas 1: 6 tenemos un ejemplo de que había gente que cumplían con la ley "Ambos eran justos delante de Dios, y andaban irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor." Pero estaban conscientes de que no eran salvos. Dice en el verso 77 "Para dar conocimiento de salvación a su pueblo, Para perdón de sus pecados."

Así que la premisa de que el hombre no puede hacer nada del agrado de Dios es contradicha por estos textos y otros más que voy a citar cuando me cuestione la doctrina, de la depravación total de Calvino.

Todo lo que le queda es la posibilidad de que se le vuelva en la dirección correcta. Aquí va a continuar con lo que ya vimos de Agustín en donde ante la incapacidad del hombre de tan siquiera considerar volverse a Dios, Dios tiene que obligarlo.

Es a esa posibilidad de la voluntad que Dios se dirige en su Palabra, haciendo que la voluntad perversa se vuelva hacia Dios, de modo que una vez más, aun en medio de su condición pecaminosa, el humano pueda tener comunión con Dios. Este es un ejemplo de cómo se manipulan las definiciones para obligarte a aceptar el argumento. “Esa posibilidad de la voluntad” no es ninguna posibilidad de la voluntad. Se construye todo un argumento de la incapacidad del ser para hacer nada bueno, pero a la intervención de Dios para obligarla a volverse a Dios se le designa como “esa posibilidad de la voluntad”. ¿En qué quedamos? ¿Se le atribuye alguna participación al hombre en la salvación o no? Ellos pueden, aunque sea simbólicamente, atribuir o encontrar alguna capacidad en el hombre, pero yo no puedo ni encontrar en la Escritura algo que contradiga sus definiciones.

Este es el evangelio de la redención en Jesucristo. ¿What? En los tres evangelios cuando se habla del evangelio, no veo ninguno de estos conceptos predicado por Jesús, ni en los Hechos. Curioso que la palabra evangelio no aparece en Juan ni en Hebreos. En 2 Cor. 4:3-4, cuando se habla de algún tipo de intervención en los que oyen el evangelio, es Satanás el que es mencionado interviniendo.           "Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios." ¿Por qué Pablo no aprovechó la oportunidad para revelarnos que es Dios el que interviene en que los que oyen no se conviertan y es el diablo? O ¿por qué no nos aclaró que Dios ordenó al diablo que le impidiera a los incrédulos recibir el evangelio? En 2 Tes. 1:8 y en 1 Pedro 4:17 cuando habla de los que no obedecen al evangelio no explica por qué no obedecen. Los textos de Juan que se usan para establecer la predestinación, como ya dije la palabra evangelio no aparece en Juan, por lo tanto, no los incluyo en esta discusión. Esos los discutiré al final. Así que al Lutero decir que ésta mecánica de Dios salvando solo a los elegidos como que es la buena noticia, no le encuentro respaldo bíblico.

Veamos otros conceptos expresados de Lutero en donde el mismo ante las objeciones que pueden surgir de sus enseñanzas, da sus explicaciones. Así pues, para que exista la fe es necesario que aquellas cosas que se creen permanezcan escondidas. Ahora bien, nada se esconde más lejos que cuando se encubre bajo un objeto contrario, un sentido contario, una experiencia contraria. Así que Dios mientras vivifica, lo hace matando:mientras justifica lo lleva a cabo haciendo reos: mientras conduce al cielo lo hace llevando al infierno, como dice la escritura: "El Señor da muerte y da vida; hace bajar al Seol y hace subir" (1 Samuel 2:6). Quienes leyeron nuestros escritos conocen esto de sobra. Así (Dios) esconde bajo eterna ira su clemencia y misericordia eterna: bajo la iniquidad la justicia. Este es el sumo grado de la fe: creer que es clemente Aquel que salva a tan pocos y condena a tantos; creer que es justo Aquel que con su voluntad nos hace necesariamente condenables de tal forma que parece, como dice Erasmo [de Rotterdam], que se deleita con los tormentos de los miserables y que es más digno de odio que de amor. Pues si yo pudiese comprender con alguna razón cómo Dios, que muestra tanta ira e iniquidad, es justo y misericordioso, no tendría ninguna necesidad de la fe." (Martín Lutero, De servo arbitrio, De la libertad esclava, edición de Weimar N°. 18. pág. 633)

Si cuestionas como Dios salva a unos y otros condena, no tienes fe. El sumo grado de la fe es creer que Dios es justo y misericordioso en escoger a unos y condenar a otros.

"Muchas cosas hace Dios, que no muestra mediante su palabra. Muchas cosas también quieren, que no muestra por su palabra, y que es su voluntad. Así no quiere la muerte del pecador, según la palabra 1 Timoteo 2, 4, pero él lo quiere según su inescrutable voluntad. Pero nosotros hemos de mirar su palabra y dejar aquella insondable voluntad … Es suficiente saber, que en Dios hay una voluntad inescrutable. Pero lo que esta voluntad, por qué y cómo lo quiere, no ha de preguntarse, desear investigar, preocuparse por ello o tocar, sino sólo temer y adorar … Pero por qué aquella majestad no nos quita esta culpa de nuestra voluntad o lo transforma con todos, ya que no está en la voluntad del hombre, o por qué se le imputa, a pesar de que el hombre no puede ser libre de esto, esto no se debe preguntar, y si haces muchas peguntas, nunca lo sabrás, como lo dice Pablo en romanos 9, 20: '¿Quién eres tú, para que discutas con Dios?”

Si esto te lo dice un apóstol moderno para manipularte en que creas que su doctrina es infalible, lo condenarías de inmediato. Pero si lo dice Lutero o un gran reformador o teólogo, debes aceptarlo como revelación de Dios.

"…La voluntad del hombre no tiene ningún poder sobre su propia terquedad, si no está expuesto a la voluntad de Dios que lo hace obstinado – aunque voluntarioso y responsable. ¿Con esto acaso no se pone en duda la bondad y la justicia de Dios? Lutero responde a esta pregunta mediante imagen definitivamente negativa. Ya que la voluntad humana no puede desear el bien, sino siempre la maldad. Se le puede comparar con el barro o la tierra sin cultivar, sobre la cual brilla el Sol, a pesar de su "lenitas" (¿suavidad?), así el reformador hace que el barro se endurezca cada vez más y que la tierra sin cultivar se hace cada vez más espinosa" (El teólogo luterano Dr. Wolfgang Behnken: Contra Liberum Arbitrium Pro Gratia Dei, Frankfurt 1982, pág. 334)

Si esta enseñanza de la predestinación te hace cuestionar la justicia de Dios, esto es señal de que Dios está endureciendo al que hace tales cuestionamientos.

"Evidentemente según Lutero, esta creencia en la elección de Dios en Cristo, también acarrea graves refutaciones. Una de ellas consiste en la dolorosa humillación que se produce por la negación de nuestra libre voluntad; sin embargo, llegamos al camino de una humilatio [humillación] de esta clase, con la certeza de que solamente Dios nos puede salvar. Otra objeción es más grave: Ella consiste en la desesperación, que evidentemente existe en un gran número de personas que no pertenecen a los electi [elegidos]; Lutero lo cuantifica como la cifra de aquellos que no fueron mejorados por el Espíritu Santo, sino que los deja que se pierdan en la incredulidad". (El teólogo luterano Dr. Wolfgang Behnk en: Contra Liberum Arbitrium Pro Gratia Dei, Frankfurt 1982, pág. 353 “Evidentemente”. Acepta que surgen cuestionamientos, pero es porque la cancelación del libre albedrío produce una humillación en los que no aceptan la predestinación. O sea, negar el libre albedrío es la verdadera humillación delante de Dios. Cuando Jesús dice “niéguese a si mismo” al que me quiera seguir, en ninguna manera se puede inferir por el contexto que Jesús estaba refiriéndose a lo “que le iba a revelar” a Lutero 15 siglos después. Lo otro que dice esta cita es que la desesperación que muestran los no elegidos es señal de que Dios los está dejando perderse en su propia incredulidad. A mí me parece que se desesperan más los calvinistas proselitistas, militantes y rabiosos que los que cuestionamos la predestinación. Estos párrafos los pueden ver en el siguiente link: 

https://www.theologe.de/predestinacion.htm?fbclid=IwAR0sIfYg5gEDhOQNDqzY8Gkq4CkHZLK4HepoFeZt0t12rhL3AAjx7PosxRY#Teologos