sábado, 27 de febrero de 2021

Predestinado para Cuestionarme la Predestinación - Definiciones Parte 21: ¿Cómo Berkhof construyó sus definiciones? Parte 6

En la sección anterior cuestioné de las definiciones sobre el decreto que hace Berkhof, LA RELACION DEL DECRETO CON EL CONOCIMIENTO DE DIOS, y allí vimos como deja establecido cómo define el conocimiento de Dios entre conocimiento necesario y conocimiento libre y de ahí pasa a definirnos que el decreto surge del conocimiento necesario y luego el conocimiento libre surge del decreto. Según él esto explica mejor la predestinación que como la explican otros teólogos que explicaron que Dios predestina porque preconoce y Berkhof prefiere decir o que creamos, que conoce porque decreta. Concluí que ésa discusión es un problema que ellos se crean pues toda su teología se construye en base a dos conceptos que no surgen de la Biblia; el futuro y el destino. Les repetí que Dios no tiene que decretar ni destinar ni crear nada para conocer desde la eternidad, todo a la vez, y todas las posibles acciones de todas las posibles criaturas.      El hecho bíblico de que veamos a Dios decretando, eligiendo, predestinando o destinando, o interviniendo en una acción en el tiempo, para nada obliga a explicarlo dentro de un paradigma de futuro y destino. En la Parte 2 expliqué cómo de la observación del hecho de que existe un solo pasado construido por un solo hecho en el presente, lleva incorrectamente a concluir que ya existía un solo hecho en el futuro como causa inevitable de ambos. Cuando vemos a Dios decretando, eligiendo, predestinando o destinando, o interviniendo en una acción en el tiempo, el contexto nos dice por qué y para qué Dios lo hace sin necesidad de limitarlo a un esquema de futuro/destino. No nos muestra a un Dios actuando para cumplir con un libreto en donde Dios es el único actor con voluntad y el resto de los actores son meros autómatas que hacen el papel asignado. Si la Biblia fuera una novela escrita por los hombres, como creen la mayoría de los incrédulos, se les olvidó a esos escritores poner una advertencia al principio de la novela explicando que hay un solo actor. Si la Biblia fuera una obra de teatro, según el concepto calvinista, no sería ni tan siquiera un drama, sería una presentación de marionetas o títeres y Dios sería el único manejándolos a todos.

Pero la Biblia no es ni novela, ni teatro. Es la revelación de Dios al hombre por medio del testimonio escrito de hombres que Dios inspiró a escribir utilizando sus distintos géneros literarios, su cultura y su lenguaje, y la narración de ese testimonio no describe un deísmo ni un panteísmo. Describe un Dios de propósito que crea un universo para su gloria y crea unos seres para compartir su naturaleza y su amor con ellos y los crea libres para poder interactuar con ellos e inevitablemente los tenía que crear con libertad para desobedecer pues no quería crear un taller de títeres, además de que el amor solo ocurre entre seres libres, no entre un ser obligando a otro a amarlo. El que Dios creara seres obligados a amarlo y obedecerle como nos obliga a concebir la doctrina del decreto, fue la tesis del diablo en el libro de Job.

"Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal? Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: ¿Acaso teme Job a Dios de balde? ¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra. Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia." JOB 1 :8- 11

Dios le dice “¿viste como Job me sirve?” El diablo le contesta: “pues claro, lo tienes comprado. Así cualquiera te sirve”. El diablo, como todas las voluntades que se rebelan, no comprende, no se le ocurre, que su condición se debe a una decisión de su voluntad libre. Tiene que haber sido que Dios lo empujó a esa condición. Lo mismo lo vemos en Caín. Como no se les ocurre que la causa es el mal uso de su voluntad, pues eso los hace responsables de su condición, tiene que ser que Dios creó las condiciones para empujarlos a desobedecer si esa era la intención de Dios, o hubiera creado las condiciones para empujarlos a obedecer si esa hubiera sido la intención. Dios le trae la observación sobre Job al diablo, no para que el diablo reconsidere su decisión pues ya está reprobado, si no para que nosotros entendamos que se puede decidir escoger servir a Dios por Dios mismo y no porque Dios nos obliga, o coacciona a servirlo.

La tesis del diablo es que Dios no es digno como para que los seres le sirvan voluntariamente, y que solo le sirven si son manipulados a hacerlo. La tesis de Dios: Job no me sirve por lo que le doy. Para probarlo voy a permitir que el diablo le quite a Job esos incentivos que alega son la única razón por la cual Job le sirve a Dios. ¿Qué pasó?

"Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal, y que todavía retiene su integridad, aun cuando tú me incitaste contra él para que lo arruinara sin causa? Respondiendo Satanás, dijo a Jehová: Piel por piel, todo lo que el hombre tiene dará por su vida. Pero extiende ahora tu mano, y toca su hueso y su carne, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia. Y Jehová dijo a Satanás: He aquí, él está en tu mano; mas guarda su vida."  JOB 2: 3 – 6

Vuelve el diablo a alegar que todavía queda un incentivo por el cual Job está obligado a servir a Dios. Dios no solo confía en Job, sino que nos está dejando saber que se puede servir a Dios sin incentivos. ¿Cuál de las dos tesis se comprobó?

"¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios."  JOB 2: 10

En el drama descrito en Job no vemos a Dios obligando a nadie a hacer nada, ni vemos actuando a nadie de acuerdo con un libreto escrito, entiéndase acciones decretadas de antemano. No vemos que las acciones descritas ocurren porque ya Dios las preconocía. No vemos que Dios sabe lo que Job va a hacer porque Dios lo predestinó a hacerlo. Vemos que Job ama a Dios independientemente de lo que Dios hace por él. Si Dios le da, Job le sirve según el diablo. Si Dios le quita (según Job, pues la idea y la acción de quitarle fue del diablo), Job le sirve según Dios pues se le puede servir a Dios sin incentivos y voluntariamente. Los que creen que Dios decretó que Job le sirviera quieren que veamos eso en el pasaje, pero lo que el pasaje nos muestra claramente que el asunto es “si a Dios se le sirve de balde” o Dios hace que se le sirva. Y eso lo trae el diablo no el autor o narrador del suceso.

En resumen, en el libro de Job, es el diablo quien cree que nadie escoge servir a Dios voluntariamente que es la propuesta del decreto, predestinación, gracia irresistible y la depravación total. El que escribió a Job (si creía en el decreto), se le olvidó aclarar que Dios había decretado que Job le sirviera y que Dios había predestinado tanto las acciones del diablo como de Job. Debió también haber aclarado que el diablo no tenía idea de que Job estaba predestinado a salvarse, creer, amar, temer, obedecer, etc., a Dios pues si lo hubiera sabido no se hubiera atrevido a traer el asunto. Se le olvidó también aclarar por qué Dios no aprovechó y le aclaró al diablo que sus escogidos no le sirven por lo que Dios le da o le quita sino porque está decretado que le van a servir.

¿Qué probó Dios? Que Job le sirvió sin Biblia, sin ES, sin iglesia y sin que Dios le diera incentivos temporales en esta vida para obligarlo, seducirlo, convencerlo, manipularlo, o coaccionarlo para que le sirviera. Nada hay en el texto que sugiera, que hubo un decreto, o predestinación o elección como causa para la fidelidad de Job.

Continuemos con Berkhof.

EL DECRETO RELACIONA A DIOS Y AL HOMBRE

Ante todo, el decreto tiene referencia a las obras de Dios. Sin embargo, está limitado a las opera ad extra, o actos transitivos de Dios, y no pertenece a la esencia del Ser de Dios ni a las actividades inmanentes dentro del Ser Divino que desembocan en las distinciones trinitarias. Dios no decretó ser justo y santo ni existir en tres personas y una esencia, o generar al Hijo. Cosas como estas son necesarias y no depende de la voluntad opcional de Dios. Aquello que es esencial al Ser íntimo de Dios no puede formar parte del contenido del decreto. Esto incluye solamente la opera ad extra o exeuntia. Pero en tanto que el decreto pertenece fundamentalmente a los actos de Dios mismo, no está limitado a estos, sino que también abarca las acciones de sus criaturas libres. Y el hecho de que esas acciones están incluidas en el decreto las convierte en absolutamente seguras, aunque no todas se efectúan de la misma manera. Tratándose de algunas de ellas Dios decidió no solamente que acontecieran; sino que El mismo haría que acontecieran, ya fuera inmediatamente como en la obra de creación, o por medio de causas secundarias que continuamente son mantenidas por el poder divino. Dios mismo se hace responsable de que acontezcan. Sin embargo, hay otras cosas que Dios incluyó en su decreto y por tanto las convirtió en seguras; pero que no decidió efectuarlas El mismo, como son los actos pecaminosos de sus criaturas racionales. El decreto donde incluye semejantes actos, generalmente se llama decreto permisivo de Dios. Este nombre no implica que el futuro de estos actos no sea seguro para Dios, sino simplemente que El permita que tales actos acontezcan por medio de la libre agencia de sus criaturas racionales. Dios no se hace responsable en forma alguna de tales actos pecaminosos. Aquí en la mayoría del párrafo Berkhof explica que el decreto solo se refiere a las obras de Dios aparte de Él. En otras palabras, Dios no decretó ser trino, u omnipresente o eterno.  El decreto solo aplica a lo que Dios va a hacer aparte de Él. Esto es obvio. No tengo que cuestionármelo. Pero cuando entra en definir cómo el decreto opera en las acciones de las criaturas, lo que yo vengo designando como los seres,        dice; “sino que también abarca las acciones de sus criaturas libres. Y el hecho de que esas acciones están incluidas en el decreto las convierte en absolutamente seguras, aunque no todas se efectúan de la misma manera.”, ya ahí da por sentado que el decreto predestina las acciones de los seres. También nos programa a aceptar el esquema calvinista cuando nos dice que las criaturas son “libres” cuando sabemos que, según el esquema calvinista, si todas las acciones son seguras, entonces no son libres. Pero para que no vayas a darte cuenta de que acciones “absolutamente seguras” y “criaturas libres” es un oxímoron, va a desarrollar la idea de que tienen distinto origen, aunque a mí no me convence. Tratándose de algunas de ellas Dios decidió no solamente que acontecieran; sino que El mismo haría que acontecieran, ya fuera inmediatamente como en la obra de creación, o por medio de causas secundarias que continuamente son mantenidas por el poder divino. Dios mismo se hace responsable de que acontezcan. Sin embargo, hay otras cosas que Dios incluyó en su decreto y por tanto las convirtió en seguras; pero que no decidió efectuarlas El mismo, como son los actos pecaminosos de sus criaturas racionales.

Él va a dividir las acciones, que todas son seguras por el decreto, entre las que Él va a hacer que ocurran y las que no. De ahí define que Dios es responsable de las que él hace, pero no es responsable de las que Él decretó no hacer. Escogió no hacer las acciones pecaminosas de sus criaturas racionales. O sea, Él decreta todas las acciones y eso las asegura. Van a ocurrir inevitable e irreversiblemente. Pero algunas Él las va a hacer acontecer y por lo tanto es responsable de que acontezcan. Otras Él no las va a hacer acontecer por lo tanto no es responsable. Vemos como juega con las definiciones. Las acciones absolutamente seguras van a ser ejecutadas por criaturas libres que me imagino deben ser absolutamente libres pues todas las acciones quedan dentro del decreto que las hizo absolutamente seguras. Así que libre no tiene que ver con poder tener la libertad de decidir qué acción escoger pues cada acción es absolutamente segura.

Responsabilidad no tiene que ver con la causa, origen o intención de la acción sino solo con su ejecución. Aunque Dios es la causa de la acción pues la aseguró desde la eternidad con su decreto, no es responsable ni es el origen de la acción pues responsabilidad no tiene que ver con el decreto solo con la ejecución. En otras palabras, el origen de la acción está en la ejecución y no en el decreto que la concibió y la aseguró desde la eternidad, y como responsabilidad solo tiene que ver con la acción y para nada con el decreto que la asegura y mucho menos con quien la decretó pues la responsabilidad recae en el que ejecuta la acción y no en el que la aseguró desde la eternidad.

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