En esta sección
continuamos con Berkhof. Nos habíamos quedado en su construcción del concepto
del decreto. Vimos en la sección 17, como introdujo el decreto para solucionar
el problema de “el conocimiento anticipado que Dios tiene de las libres
acciones de los hombres”. Allí expuse cómo y por qué no lo resuelve y él mismo dice;
“Verdaderamente, no permite negar ninguno de los
términos del problema”. “Aquí tenemos que hacer frente a un problema que no podemos
resolver en forma completa, aunque sí, es posible aproximamos a una solución.” Claro,
él se consuela diciendo: “Esto soluciona el problema,
hasta donde concierne a la presciencia de Dios”. Ahí mismo se da cuenta que siguen los problemas con su
decreto como solución al problema. “Pero ahora: surge
la pregunta: ¿Es consistente la predeterminación de las cosas con la voluntad
libre del hombre? Contestamos que ciertamente no lo es, si la voluntad libre se
considera como indiferencia (arbitrariedad); pero este concepto de la libertad
del hombre es infundado. La voluntad del hombre no es algo completamente
indeterminado, algo que cuelga en el aire y que puede ser mecido
arbitrariamente en cualquiera dirección. Es, más bien, algo enraizado en
nuestra verdadera naturaleza, conectado con nuestros más profundos instintos y
emociones, y determinado por nuestras razones intelectuales y por nuestro
carácter genuino. Y si concebimos nuestra libertad humana como lubentia
rationalis (la propia determinación razonable), entonces no tenemos suficiente
garantía para decir que esa libertad humana es inconsistente con la presciencia
divina.”
Cuando vemos la primera
pregunta, nos damos cuenta de que se admite que hay un problema con el decreto
y la libre voluntad. Pero ya se deja claro que hay predeterminación y destino y
futuro pues ésa es la solución que ya dio en el párrafo anterior. Cuando dice
que no es consistente la predeterminación con la libre voluntad es porque la
definición de libre que todos tenemos es la causa de la inconsistencia.
Entonces procede a suplirnos de su definición de libertad para terminar la
inconsistencia. “sí concebimos nuestra libertad humana
como lubentia rationalis (la propia determinación razonable), entonces no
tenemos suficiente garantía para decir que esa libertad humana es inconsistente
con la presciencia divina.” Vemos desde Agustín, que se define la
libertad del hombre como libertad solo para pecar. Eso es un disparate pues la
libertad para que sea libertad tiene que tener por lo menos dos opciones para
escoger. Si no, es esclavitud, coerción o imposición. Cuando habla aquí de “la
determinación razonable” se refiere a la definición elaborada por los que
necesitan la predestinación de que el hombre es solo libre para escoger entre
dos cosas malas, entre Coca-Cola y Pepsi, pero no es capaz entre creer y
aceptar la oferta de Dios o no creerla y no aceptarla. Recuerden que desde
Agustín ellos vienen definiendo que, en la Caída, el hombre quedó incapaz de
decidir, creer, desear o querer hacer la voluntad de Dios. Berkhof toma el batón
en donde lo dejó Calvino y nos descarta el concepto de voluntad y libre
albedrío que tenemos y que la Biblia describe. Así que para que la libertad
humana sea consistente con la presciencia divina y por lo tanto con el decreto,
hay que definirla dentro de los límites que el calvinismo establece,
entiéndase, la depravación total. Veamos como Berkhof refuerza su definición.
Dice el Dr.
Orr: "Existe una solución a este problema, aunque nuestras mentes no
pueden comprenderla. Esa solución en parte, probablemente, consiste, no en
negar la libertad, sino en un concepto revisado de la libertad. Porque la
libertad, después de todo, no es arbitrariedad. Hay, en toda acción racional,
un por qué para actuar una razón que decide la acción. El hombre verdaderamente
libre no es el dudoso e indefinido, sino aquel que hayamos digno de fiar. En
resumen, la libertad tiene sus leyes espirituales y la Mente Omnisciente las
conoce bien. Pero tenemos que reconocer que todavía queda un elemento de
misterio."
Hay una solución
(porque reconoce que hay un problema), pero como no la vas a poder comprender,
pues tu mente caída la va a cuestionar,
“acepta mi solución que es ‘acepta’ la definición de libertad que te voy
a dar”. “Esa
solución en parte, probablemente, consiste, no en negar la libertad, sino en un
concepto revisado de la libertad.” Ese concepto revisado es el de que el
hombre es solo libre para pecar y su voluntad no es capaz de creer, querer o
desear algo de Dios. Aun así este señor Orr es más honesto que muchos calvinistas
y dice: “pero tenemos que reconocer que todavía queda
un elemento de misterio." El misterio no existe si aceptamos que
esclavitud del pecado no significa incapacidad de escoger, desear o querer la
oferta de salvación que Dios hace a toda criatura.
Berkhof termina esta
parte diciendo cómo otros fallan en reconciliar el problema y por qué solo el
decreto debe ser la alternativa. Los teólogos jesuitas, luteranos y arminianos sugirieron la
llamada scientia media, como una solución al problema. El nombre mismo señala
que ocupa una posición media entre ambos conocimientos de Dios, el necesario y
el libre. Difiere del primero en que su objeto no lo constituyen todas las
cosas posibles, sino una clase especial de cosas actualmente futuras; y del segundo, en que su base no es el propósito
eterno de Dios, sino la libre acción de las criaturas, como algo sencillamente
ya previsto. Dice Dabney que se le llama mediato "porque se supone que
Dios no llega a ella directamente para realizarla por medio del conocimiento de
su propio propósito; sino indirectamente por medio de su infinito conocimiento
de la manera en que actuarán las contingentes causas segundas bajo determinadas
circunstancias externas, previstas o producidas por Dios." Pero esta
scientia media tampoco soluciona el problema. Intenta reconciliar dos cosas que
lógicamente se excluyen una a la otra, es decir, libertad de acción en el
sentido pelagiano, y una cierta presciencia de tal acción. Las acciones que de
ningún modo son determinadas, ni directa, ni indirectamente por Dios, sino que
dependen completamente de la voluntad arbitraria del hombre, difícilmente
pueden ser objeto de la divina presciencia. Todavía más, resulta objetable,
porque hace que el conocimiento divino dependa de la elección del hombre;
tácitamente anula la certidumbre del conocimiento de los eventos futuros, y de
esta manera, implícitamente niega la omnisciencia de Dios. Contradice, además,
pasajes de la Escritura como los siguientes: Hechos 2: 23; Romanos 9: 16;
Efesios 1: 11; Filipenses 2: 13
Vemos que cuando habla
de los otros teólogos, no se percata que todos creen en la predestinación, y
por lo tanto en el destino y el futuro y por lo tanto se generan las mismas
preguntas y contradicciones inevitables al partir de esas premisas. Las
acciones por más libres que las llamemos, si ya están predeterminadas a
ocurrir, Dios solo las puede conocer porque ya las decretó para que ocurrieran,
pero insisten en llamarlas libres e insisten en que Dios no es responsable por
esas acciones. Las premisas los llevan a establecer que si las acciones son
verdaderamente libres no pueden ser conocidas de antemano por Dios. “Las acciones que de ningún modo son determinadas, ni
directa, ni indirectamente por Dios, sino que dependen completamente de la voluntad
arbitraria del hombre, difícilmente pueden ser objeto de la divina
presciencia.” O sea, el Dios de esos
teólogos no es capaz de conocer de antemano todas las posibles acciones y
resultados de las criaturas. Solo es capaz de conocer la única acción que ya ha
determinado que hagan. Y a eso yo tengo que llamarle libre acción de las
criaturas, y presciencia de parte de Dios. Pero para ayudarme a entenderlo me
da unos pasajes de la Escritura.
"a éste, entregado por el determinado consejo y
anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos,
crucificándole;"
HECHOS 2: 23
"Así que no depende del que quiere, ni del que
corre, sino de Dios que tiene misericordia."
ROMANOS 9:16
"En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido
predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el
designio de su voluntad," EFESIOS 1:11
"porque Dios es el que en vosotros produce así el
querer como el hacer, por su buena voluntad." FILIPENSES 2:13
El primer pasaje dice
que Jesús fue crucificado y eso fue por el determinado consejo y anticipado
conocimiento de Dios. Por lo tanto y aunque ahí no lo dice, yo tengo que ver en
ese pasaje que todas las acciones de los hombres ocurren por su determinado
consejo y anticipado conocimiento. En el segundo de Romanos, no está
describiendo todas las acciones de Dios. Está explicando por qué si los israelitas
son elegidos no se están salvando y dentro de eso está explicando por qué los
eligió. Y su elección no depende de ningún mérito en particular o acción alguna
de los israelitas para ganarse esa elección. Ya viene desde el principio de la
carta diciendo que la salvación es en Cristo, por la fe, no por la elección
arbitraria de Dios en escoger a algunos y a otros no para que aceptaran a
Cristo. En el cap. 9 no está explicando la salvación. Tampoco está explicando
que el decreto de Dios es el que hace que todo ocurra como ocurre. Los que
necesitan la predestinación necesitan hacernos creer que ese pasaje dice eso.
En el de Filipenses ya
en la sección 1 hable de él, pero vamos a repasarlo. Fil 2.13, Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como
el hacer, por su buena voluntad, los que necesitan la predestinación lo van a
usar para probarte que tus decisiones son dictadas por Dios. Para no hacer aquí
toda la exégesis de Filipenses, vayan a 1:6 en donde dice que es “la buena
obra” y no “la salvación”, y luego en el 9 pide en oración el que “vuestro amor
abunde más y más en ciencia y todo conocimiento, para que aprobéis lo mejor a
fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo.”. Está
hablando no de la salvación sino del proceso en donde Dios y ustedes actúan
para completar lo que Dios quiere en uds. para el día de Cristo. En el 27 da
una lista de tareas; “comportéis, estáis firmes, combatiendo” y esto es indicio
de salvación, no la causa de la salvación, y al decir que esto es de Dios, no
es la salvación sino el que por uds. estar haciendo, enfrenten oposición. En el
29 cuando dice “es concedido, no solo que creáis en él”, no es que Dios te hace
creer. Dios proveyó a Cristo que es el
autor de la fe, la causa de que creáis, pero no solo es la causa de que creáis,
sino que también es la causa de que padezcáis por él. En el cap. 2 del 1-4 hay
otra lista de deberes y luego pasa a describir que de la misma manera que
Cristo se humilló y obedeció hasta alcanzar el propósito, de la misma manera
uds. perseveren hasta que logren el resultado. En el 12 reafirma “como han
obedecido aun en mi ausencia, ocupaos en las listas para completar el proceso
“con temor y temblor”; no de perder la salvación, que no es tema en la carta,
sino en el proceso. Entonces viene el 13, “Dios produce el querer como el
hacer”; no el arrepentirse y creer para salvarse como los calvinistas quieren
usar este texto, Dios produce en los salvos el querer y hacer todo eso en lo
que se tienen que ocupar para completar el proceso para el día de Cristo. Y en
el 14 sigue la lista. En el 15 nos da la meta. “ser irreprensibles y sencillos,
sin mancha. La meta no es salvarnos. Ya eso se logró en Cristo. Si se salvan o se pierden no es el tema de la
carta. Es si van a lograr en Cristo todo lo que él ha propuesto para los
salvos. El 13 no tiene nada que ver con que si Dios pone o no pone el deseo de
salvarse en los perdidos o elegidos o en el que sea.
El de Efesios ya hice la exegesis en la sección anterior. Así que, en
esta sección de Berkhof, el prepara el camino para que cuando presente el
decreto lo aceptemos como obvio.
¿Como Berkhof nos introduce la doctrina del Decreto?
“La teología reformada insiste en la soberanía de Dios en virtud de la
cual él ha determinado soberanamente desde la eternidad todo lo que tiene que
acontecer y ejecuta su soberana voluntad en toda su creación, tanto la natural
como la espiritual, de acuerdo con su plan determinado. Esta teología concuerda
plenamente con Pablo cuando dice que Dios "hace todas las cosas según el
consejo de su voluntad", Ef. 1: 11. Esa es la razón perfectamente natural
para que al pasar de la discusión del Ser de Dios a la de las obras de Dios
comencemos con un estudio de los decretos divinos. Este es el único método
teológico adecuado.” Aunque
ya vimos que Pablo no está hablando de como Dios está haciendo que todo ocurra,
los que necesitan la predestinación quieren que siempre entendamos que Pablo en
ese texto nos está dejando establecido que el decreto es la explicación de todo
lo que ocurre. Luego pasa a explicar por qué las otras teologías fallan en no
darle la importancia a los decretos que solo la teología reformada le da y por
eso es la más adecuada.
Luego pasa a enumerar
los términos usados en la Escritura para la palabra decreto. Va a citar las
palabras etsá (Strong’s 6098) que se traduce consejo en Job 38:2, sod (Strong’s
5475) que se traduce secreto en Jer. 23:18, mezimmah (Strong’s 2161) de la raiz
zamman que se traduce pensar en Jer. 4:28, kjafets (Strong’s 2656) que se
traduce voluntad en Isaías 53.10 y agradar en Sal. 51:19 como ejemplos de que
Dios decretó todo el acontecer del universo de antemano.En el NT va a citar la
palabra boule (Strong’s 1012) traducida consejo en Hec. 2:23 y 4:28 y Heb.6:17,
thelema (Strong’s 2307) que se traduce voluntad en Ef. 1:11, eudokia (Strong’s
2107) que se traduce agradar en Mat. 11:26. Casiodoro de Reina que era
calvinista, no tradujo ninguna de esas palabras como decretar o decreto. Cuando
usó decreto, fue para referirse a los decretos y mandamientos de Jehová o de los
soberanos de la tierra o para una orden de juicio de Dios sobre los hombres. En
ningún texto se usa decreto o decretar para describir el decreto absoluto de
Dios desde la eternidad para que todo ocurriera de manera predeterminada. Pero
en la hermenéutica calvinista hay que añadir o dar por sentado que cuando
leemos que Dios ha decretado algo es que todo lo que ocurre, ha ocurrido o va a
ocurrir es porque Dios lo ha decretado desde antes. Cuando leemos que Dios
interviene o profetiza que va a intervenir soberanamente en algún
acontecimiento es porque Dios interviene en cada acontecimiento y nada acontece
fuera de su control. Cuando leemos que Dios predestinó algo tenemos que
entender (según ellos), que Dios predestinó todo. Cuando leemos que Dios eligió
algo a a alguien para algo tenemos que entender que todo ocurre porque Dios lo
eligió para que ocurriera.
Por eso digo que los
calvinistas deben de hacer como los Testigos de Jehová, traducir la Biblia de
tal manera que la gramática y la semántica describan los conceptos calvinistas
porque la gramática y semántica griega y hebrea no proveen para sustentar sus
definiciones.
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