martes, 24 de marzo de 2020

Predestinado para Cuestionarme la Predestinación - Definiciones Parte 18: ¿Cómo Berkhof construyó sus definiciones? Parte 3


En esta sección continuamos con Berkhof. Nos habíamos quedado en su construcción del concepto del decreto. Vimos en la sección 17, como introdujo el decreto para solucionar el problema de “el conocimiento anticipado que Dios tiene de las libres acciones de los hombres”. Allí expuse cómo y por qué no lo resuelve y él mismo dice; “Verdaderamente, no permite negar ninguno de los términos del problema”. “Aquí tenemos que hacer frente a un problema que no podemos resolver en forma completa, aunque sí, es posible aproximamos a una solución.” Claro, él se consuela diciendo: “Esto soluciona el problema, hasta donde concierne a la presciencia de Dios”. Ahí mismo se da cuenta que siguen los problemas con su decreto como solución al problema. “Pero ahora: surge la pregunta: ¿Es consistente la predeterminación de las cosas con la voluntad libre del hombre? Contestamos que ciertamente no lo es, si la voluntad libre se considera como indiferencia (arbitrariedad); pero este concepto de la libertad del hombre es infundado. La voluntad del hombre no es algo completamente indeterminado, algo que cuelga en el aire y que puede ser mecido arbitrariamente en cualquiera dirección. Es, más bien, algo enraizado en nuestra verdadera naturaleza, conectado con nuestros más profundos instintos y emociones, y determinado por nuestras razones intelectuales y por nuestro carácter genuino. Y si concebimos nuestra libertad humana como lubentia rationalis (la propia determinación razonable), entonces no tenemos suficiente garantía para decir que esa libertad humana es inconsistente con la presciencia divina.”

Cuando vemos la primera pregunta, nos damos cuenta de que se admite que hay un problema con el decreto y la libre voluntad. Pero ya se deja claro que hay predeterminación y destino y futuro pues ésa es la solución que ya dio en el párrafo anterior. Cuando dice que no es consistente la predeterminación con la libre voluntad es porque la definición de libre que todos tenemos es la causa de la inconsistencia. Entonces procede a suplirnos de su definición de libertad para terminar la inconsistencia. “sí concebimos nuestra libertad humana como lubentia rationalis (la propia determinación razonable), entonces no tenemos suficiente garantía para decir que esa libertad humana es inconsistente con la presciencia divina.” Vemos desde Agustín, que se define la libertad del hombre como libertad solo para pecar. Eso es un disparate pues la libertad para que sea libertad tiene que tener por lo menos dos opciones para escoger. Si no, es esclavitud, coerción o imposición. Cuando habla aquí de “la determinación razonable” se refiere a la definición elaborada por los que necesitan la predestinación de que el hombre es solo libre para escoger entre dos cosas malas, entre Coca-Cola y Pepsi, pero no es capaz entre creer y aceptar la oferta de Dios o no creerla y no aceptarla. Recuerden que desde Agustín ellos vienen definiendo que, en la Caída, el hombre quedó incapaz de decidir, creer, desear o querer hacer la voluntad de Dios. Berkhof toma el batón en donde lo dejó Calvino y nos descarta el concepto de voluntad y libre albedrío que tenemos y que la Biblia describe. Así que para que la libertad humana sea consistente con la presciencia divina y por lo tanto con el decreto, hay que definirla dentro de los límites que el calvinismo establece, entiéndase, la depravación total. Veamos como Berkhof refuerza su definición.

Dice el Dr. Orr: "Existe una solución a este problema, aunque nuestras mentes no pueden comprenderla. Esa solución en parte, probablemente, consiste, no en negar la libertad, sino en un concepto revisado de la libertad. Porque la libertad, después de todo, no es arbitrariedad. Hay, en toda acción racional, un por qué para actuar una razón que decide la acción. El hombre verdaderamente libre no es el dudoso e indefinido, sino aquel que hayamos digno de fiar. En resumen, la libertad tiene sus leyes espirituales y la Mente Omnisciente las conoce bien. Pero tenemos que reconocer que todavía queda un elemento de misterio."

Hay una solución (porque reconoce que hay un problema), pero como no la vas a poder comprender, pues tu mente caída la va a cuestionar,  “acepta mi solución que es ‘acepta’ la definición de libertad que te voy a dar”.       Esa solución en parte, probablemente, consiste, no en negar la libertad, sino en un concepto revisado de la libertad.” Ese concepto revisado es el de que el hombre es solo libre para pecar y su voluntad no es capaz de creer, querer o desear algo de Dios. Aun así este señor Orr es más honesto que muchos calvinistas y dice: “pero tenemos que reconocer que todavía queda un elemento de misterio." El misterio no existe si aceptamos que esclavitud del pecado no significa incapacidad de escoger, desear o querer la oferta de salvación que Dios hace a toda criatura.

Berkhof termina esta parte diciendo cómo otros fallan en reconciliar el problema y por qué solo el decreto debe ser la alternativa.  Los teólogos jesuitas, luteranos y arminianos sugirieron la llamada scientia media, como una solución al problema. El nombre mismo señala que ocupa una posición media entre ambos conocimientos de Dios, el necesario y el libre. Difiere del primero en que su objeto no lo constituyen todas las cosas posibles, sino una clase especial de cosas actualmente futuras; y del segundo, en que su base no es el propósito eterno de Dios, sino la libre acción de las criaturas, como algo sencillamente ya previsto. Dice Dabney que se le llama mediato "porque se supone que Dios no llega a ella directamente para realizarla por medio del conocimiento de su propio propósito; sino indirectamente por medio de su infinito conocimiento de la manera en que actuarán las contingentes causas segundas bajo determinadas circunstancias externas, previstas o producidas por Dios." Pero esta scientia media tampoco soluciona el problema. Intenta reconciliar dos cosas que lógicamente se excluyen una a la otra, es decir, libertad de acción en el sentido pelagiano, y una cierta presciencia de tal acción. Las acciones que de ningún modo son determinadas, ni directa, ni indirectamente por Dios, sino que dependen completamente de la voluntad arbitraria del hombre, difícilmente pueden ser objeto de la divina presciencia. Todavía más, resulta objetable, porque hace que el conocimiento divino dependa de la elección del hombre; tácitamente anula la certidumbre del conocimiento de los eventos futuros, y de esta manera, implícitamente niega la omnisciencia de Dios. Contradice, además, pasajes de la Escritura como los siguientes: Hechos 2: 23; Romanos 9: 16; Efesios 1: 11; Filipenses 2: 13

Vemos que cuando habla de los otros teólogos, no se percata que todos creen en la predestinación, y por lo tanto en el destino y el futuro y por lo tanto se generan las mismas preguntas y contradicciones inevitables al partir de esas premisas. Las acciones por más libres que las llamemos, si ya están predeterminadas a ocurrir, Dios solo las puede conocer porque ya las decretó para que ocurrieran, pero insisten en llamarlas libres e insisten en que Dios no es responsable por esas acciones. Las premisas los llevan a establecer que si las acciones son verdaderamente libres no pueden ser conocidas de antemano por Dios. “Las acciones que de ningún modo son determinadas, ni directa, ni indirectamente por Dios, sino que dependen completamente de la voluntad arbitraria del hombre, difícilmente pueden ser objeto de la divina presciencia.”  O sea, el Dios de esos teólogos no es capaz de conocer de antemano todas las posibles acciones y resultados de las criaturas. Solo es capaz de conocer la única acción que ya ha determinado que hagan. Y a eso yo tengo que llamarle libre acción de las criaturas, y presciencia de parte de Dios. Pero para ayudarme a entenderlo me da unos pasajes de la Escritura.

"a éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole;" HECHOS 2: 23

"Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia."  ROMANOS 9:16

"En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad," EFESIOS 1:11

"porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad." FILIPENSES 2:13

El primer pasaje dice que Jesús fue crucificado y eso fue por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios. Por lo tanto y aunque ahí no lo dice, yo tengo que ver en ese pasaje que todas las acciones de los hombres ocurren por su determinado consejo y anticipado conocimiento. En el segundo de Romanos, no está describiendo todas las acciones de Dios. Está explicando por qué si los israelitas son elegidos no se están salvando y dentro de eso está explicando por qué los eligió. Y su elección no depende de ningún mérito en particular o acción alguna de los israelitas para ganarse esa elección. Ya viene desde el principio de la carta diciendo que la salvación es en Cristo, por la fe, no por la elección arbitraria de Dios en escoger a algunos y a otros no para que aceptaran a Cristo. En el cap. 9 no está explicando la salvación. Tampoco está explicando que el decreto de Dios es el que hace que todo ocurra como ocurre. Los que necesitan la predestinación necesitan hacernos creer que ese pasaje dice eso.

En el de Filipenses ya en la sección 1 hable de él, pero vamos a repasarlo. Fil 2.13, Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad, los que necesitan la predestinación lo van a usar para probarte que tus decisiones son dictadas por Dios. Para no hacer aquí toda la exégesis de Filipenses, vayan a 1:6 en donde dice que es “la buena obra” y no “la salvación”, y luego en el 9 pide en oración el que “vuestro amor abunde más y más en ciencia y todo conocimiento, para que aprobéis lo mejor a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo.”. Está hablando no de la salvación sino del proceso en donde Dios y ustedes actúan para completar lo que Dios quiere en uds. para el día de Cristo. En el 27 da una lista de tareas; “comportéis, estáis firmes, combatiendo” y esto es indicio de salvación, no la causa de la salvación, y al decir que esto es de Dios, no es la salvación sino el que por uds. estar haciendo, enfrenten oposición. En el 29 cuando dice “es concedido, no solo que creáis en él”, no es que Dios te hace creer.  Dios proveyó a Cristo que es el autor de la fe, la causa de que creáis, pero no solo es la causa de que creáis, sino que también es la causa de que padezcáis por él. En el cap. 2 del 1-4 hay otra lista de deberes y luego pasa a describir que de la misma manera que Cristo se humilló y obedeció hasta alcanzar el propósito, de la misma manera uds. perseveren hasta que logren el resultado. En el 12 reafirma “como han obedecido aun en mi ausencia, ocupaos en las listas para completar el proceso “con temor y temblor”; no de perder la salvación, que no es tema en la carta, sino en el proceso. Entonces viene el 13, “Dios produce el querer como el hacer”; no el arrepentirse y creer para salvarse como los calvinistas quieren usar este texto, Dios produce en los salvos el querer y hacer todo eso en lo que se tienen que ocupar para completar el proceso para el día de Cristo. Y en el 14 sigue la lista. En el 15 nos da la meta. “ser irreprensibles y sencillos, sin mancha. La meta no es salvarnos. Ya eso se logró en Cristo.  Si se salvan o se pierden no es el tema de la carta. Es si van a lograr en Cristo todo lo que él ha propuesto para los salvos. El 13 no tiene nada que ver con que si Dios pone o no pone el deseo de salvarse en los perdidos o elegidos o en el que sea.

El de Efesios ya hice la exegesis en la sección anterior. Así que, en esta sección de Berkhof, el prepara el camino para que cuando presente el decreto lo aceptemos como obvio.

¿Como Berkhof nos introduce la doctrina del Decreto?

“La teología reformada insiste en la soberanía de Dios en virtud de la cual él ha determinado soberanamente desde la eternidad todo lo que tiene que acontecer y ejecuta su soberana voluntad en toda su creación, tanto la natural como la espiritual, de acuerdo con su plan determinado. Esta teología concuerda plenamente con Pablo cuando dice que Dios "hace todas las cosas según el consejo de su voluntad", Ef. 1: 11. Esa es la razón perfectamente natural para que al pasar de la discusión del Ser de Dios a la de las obras de Dios comencemos con un estudio de los decretos divinos. Este es el único método teológico adecuado.” Aunque ya vimos que Pablo no está hablando de como Dios está haciendo que todo ocurra, los que necesitan la predestinación quieren que siempre entendamos que Pablo en ese texto nos está dejando establecido que el decreto es la explicación de todo lo que ocurre. Luego pasa a explicar por qué las otras teologías fallan en no darle la importancia a los decretos que solo la teología reformada le da y por eso es la más adecuada.
Luego pasa a enumerar los términos usados en la Escritura para la palabra decreto. Va a citar las palabras etsá (Strong’s 6098) que se traduce consejo en Job 38:2, sod (Strong’s 5475) que se traduce secreto en Jer. 23:18, mezimmah (Strong’s 2161) de la raiz zamman que se traduce pensar en Jer. 4:28, kjafets (Strong’s 2656) que se traduce voluntad en Isaías 53.10 y agradar en Sal. 51:19 como ejemplos de que Dios decretó todo el acontecer del universo de antemano.En el NT va a citar la palabra boule (Strong’s 1012) traducida consejo en Hec. 2:23 y 4:28 y Heb.6:17, thelema (Strong’s 2307) que se traduce voluntad en Ef. 1:11, eudokia (Strong’s 2107) que se traduce agradar en Mat. 11:26. Casiodoro de Reina que era calvinista, no tradujo ninguna de esas palabras como decretar o decreto. Cuando usó decreto, fue para referirse a los decretos y mandamientos de Jehová o de los soberanos de la tierra o para una orden de juicio de Dios sobre los hombres. En ningún texto se usa decreto o decretar para describir el decreto absoluto de Dios desde la eternidad para que todo ocurriera de manera predeterminada. Pero en la hermenéutica calvinista hay que añadir o dar por sentado que cuando leemos que Dios ha decretado algo es que todo lo que ocurre, ha ocurrido o va a ocurrir es porque Dios lo ha decretado desde antes. Cuando leemos que Dios interviene o profetiza que va a intervenir soberanamente en algún acontecimiento es porque Dios interviene en cada acontecimiento y nada acontece fuera de su control. Cuando leemos que Dios predestinó algo tenemos que entender (según ellos), que Dios predestinó todo. Cuando leemos que Dios eligió algo a a alguien para algo tenemos que entender que todo ocurre porque Dios lo eligió para que ocurriera.

Por eso digo que los calvinistas deben de hacer como los Testigos de Jehová, traducir la Biblia de tal manera que la gramática y la semántica describan los conceptos calvinistas porque la gramática y semántica griega y hebrea no proveen para sustentar sus definiciones.

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