jueves, 14 de julio de 2022

Predestinado para Cuestionarme la Predestinación - Definiciones Parte 26: ¿Ejerce Dios su soberanía maniática y compulsivamente en cada momento y en cada lugar? Parte 2

En la sección anterior comenzamos a ver la definición de soberanía y los textos (algunos), utilizados por los que necesitan la predestinación para probar que la soberanía ocurre o se manifiesta dentro del concepto del decreto absoluto y por ende que todo lo que va a acontecer está asegurado por el decreto para que ocurra y por lo tanto es irreversible e inevitable y por lo tanto cualquier semejanza con destino, determinismo, fatalismo, es mera coincidencia.

Continuemos con otros textos.

"Por Jehová de los ejércitos serás visitada con truenos, con terremotos y con gran ruido, con torbellino y tempestad, y llama de fuego consumidor." ISAÍAS 29: 6

"Tú tienes dominio sobre la braveza del mar; Cuando se levantan sus ondas, tú las sosiegas." SALMOS 89: 9

"Todo lo que Jehová quiere, lo hace, En los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos." "Hace subir las nubes de los extremos de la tierra; Hace los relámpagos para la lluvia; Saca de sus depósitos los vientos."  SALMOS 135 :6- 7

"A su voz se produce muchedumbre de aguas en el cielo, y hace subir las nubes de lo postrero de la tierra; hace los relámpagos con la lluvia, y saca el viento de sus depósitos." Jeremias 10:13

Subirás tú, y vendrás como tempestad; como nublado para cubrir la tierra serás tú y todas tus tropas, y muchos pueblos contigo."  EZEQUIEL 38: 9

Estos pasajes los utilizan para probar que todo lo que ocurre en la naturaleza es porque Dios está haciendo que ocurra. Algunos no me creerán, pero lo he oído en debates. De ahí que en el folklor evangélico he escuchado desde que era niño que “no se mueve la hoja de un árbol sin que Dios lo permita” y “la pedrá que va pa’ un ojo no hay quien la evite”. La Biblia lo que enseña es que Dios interviene en la naturaleza cuando quiere y como quiere y en Job vemos incluso al diablo con el permiso de Dios interviniendo en la naturaleza. Según el razonamiento sugerido por el decreto, cuando un rayo le cae encima a un cristiano es o porque Dios decretó desde antes de la fundación del mundo matarlo con un rayo, o porque Dios le dio permiso al Diablo para que lo hiciera. No hay espacio para pensar que por las leyes de la física que rigen la naturaleza y la probabilidad matemática de que un rayo le caiga a alguien que está en la intemperie hay dos destinos: no te cae el rayo si estás bajo techo o la probabilidad de que te caiga el rayo si eres el objeto más atrayente para ese rayo.

Vamos a repasar el pasaje de José con sus hermanos en Gen. 50. "Vosotros pensasteis mal contra mí, más Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo."  GÉNESIS 50: 20

Según los que creen en el decreto, Dios planeó que los hermanos lo vendieran para llevarlos a Egipto después y salvarlos del hambre. El problema es que el texto no dice eso. El texto dice: "Entonces Jehová dijo a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años." GÉNESIS 15: 13 El texto no dice absolutamente nada de como van a ir allí. Ni tan siquiera dice que Dios los va a llevar. Sí dice que Dios tiene planes con la nación y con la tierra y que Dios castigará la maldad de Egipto y de los amorreos que en ausencia de los israelitas y por lo tanto de la protección de Dios sobre ellos aumentarían su maldad y su rebelión la cual Dios castigaría usando a Israel en la reconquista. El texto habla de la maldad de Egipto, de la maldad de los amorreos y de la maldad de los hermanos de José y como Dios usó esa maldad para cumplir el propósito que le prometió a Abraham que tendría con su descendencia. José no dijo (y lo pudo haber dicho si ese hubiera sido el caso): “Dios hizo que ustedes me vendieran”. No. Dijo; “Ustedes pensaron mal contra mí, más Dios lo encaminó a bien.”. Pudo haber dicho “Dios los encaminó a ustedes para que me vendieran”, pero no, no quiso incluir la maldad de los hermanos dentro de la sabiduría, la gloria y la buena voluntad de Dios. La maldad es la maldad de ellos. No se les ocurrió, a los hermanos, tan truqueros y oportunistas como eran, mezclar su maldad con Dios. Pudieron haber inventado el argumento de que Dios los movió a venderlo para librarse de su culpabilidad, pero ni a eso se atrevieron, Escogieron a su padre; "Y enviaron a decir a José: Tu padre mandó antes de su muerte, diciendo: Así diréis a José: Te ruego que perdones ahora la maldad de tus hermanos y su pecado, porque mal te trataron; por tanto, ahora te rogamos que perdones la maldad de los siervos del Dios de tu padre. Y José lloró mientras hablaban."  GÉNESIS 50 :16- 17 Ni a ellos ni a Moisés que escribió se les ocurrió narrar de tal manera que sospecháramos que Dios decretó la maldad de los hermanos de José para cumplir la profecía hecha a Abraham. El Génesis es bien mezquino con los que quieren creer en predestinación, decreto y destino.

Pero ya que estamos en Egipto, vamos a aprovechar y ver el caso del Faraón. En Rom. Cap. 9 tenemos uno de los argumentos más utilizados por los que necesitan la predestinación. Es el caso de Faraón. "Porque la Escritura dice a Faraón: Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra."  ROMANOS 9: 17 Lo primero que yo me pregunto es; ¿qué tiene que ver que Dios haya levantado a Faraón para mostrar su poder y anunciar su nombre por toda la tierra, con que Dios predestinó los que se van a salvar y los que se van a perder? Nada. Pero vamos a seguir. "De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece." (18). El que usa este texto para probar la predestinación para salvación o perdición dice: “ahí está”. “Dios muestra su misericordia a sus escogidos para salvarlos y a los que no quiere salvar, los endurece”. El problema es que el que Dios haya levantado a Faraón para mostrar su poder y anunciar su nombre, no tiene que ver nada con la salvación de Faraón. Pero continuemos con el 19-24.  "Pero me dirás: ¿Por qué, pues, inculpa? porque ¿quién ha resistido a su voluntad? Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así? ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra?¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción, y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de antemano para gloria, a los cuales también ha llamado, esto es, a nosotros, no sólo de los judíos, sino también de los gentiles?

Cuando examinamos el 19, vemos que presenta un cuestionamiento, no de él, sino de alguien que pregunta, por qué Dios inculpa si nadie puede resistir su voluntad. La respuesta, como ya dije, no incluye la salvación sino por qué Dios escoge para destruir a unos y a otros no, que es el caso de Faraón. Pablo contesta que uno no se cuestiona por qué Dios hace a unos para honrarse y a otros no. El argumento no es por qué Dios formó a unos para salvarlos y a otros para condenarlos. Es por qué formó a unos para El glorificarse con la destrucción de ésos y glorificarse con la misericordia de los que no destruye. Cuando habla de vasos de honra y de deshonra, no está hablando de honrarlos y deshonrarlos según lo que Dios está haciendo en cada uno para glorificarse. ¿Cómo lo sé?. Porque cambia de hablar de vasos de honra y deshonra a vasos de ira y vasos de misericordia. El 22 dice "¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción,”? Vemos que sigue el argumento no de salvación sino de que para “mostrar su ira y hacer notorio su poder”, (se me parece al verso 17, cuando dice, para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra.") hizo vasos de ira preparados para destrucción. En el 23 sigue, "y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de antemano para gloria," y aquí sigue usando el argumento no de salvación sino de que para glorificarse preparó vasos de misericordia. Los que necesitan la predestinación inmediatamente señalan “que los preparó de antemano” para probar que los predestinó para salvarlos y señalan el 24 que dice “a los cuales también ha llamado, esto es, a nosotros, no sólo de los judíos, ¿sino también de los gentiles?" y con estos dos últimos textos cierran su argumento de que el pasaje prueba la predestinación incondicional.

¿Por qué me cuestiono que no está hablando de predestinación incondicional? Por la frase “a los cuáles también ha llamado”. Si no existiera esa frase ni el resto del capítulo anterior al verso 17, parecería que tuvieran un argumento incuestionable. ¿Por qué es cuestionable? Si recuerdan el análisis que hice del cap. 8 versos del 28-30, (Parte 12), el que llamara después de predestinar descarta que predestinara individuos, predestinó condiciones, premios, herencia. Voy a transcribir el párrafo. “y los predestinó para luego llamarlos, Rom. 8:30, ¿Por qué los llamó después de predestinarlos y no antes? Primero; porque hizo seres libres para que le amaran. Sin libertad, el amor no existe pues amor obligado no es amor. Por lo menos en mi mente caída no cabe tal cosa como amor obligado. A lo mejor en la mente de los que necesitan la predestinación cabe llamar amor a un sentimiento robótico programado por Dios en la mente de sus escogidos. Segundo; porque no predestinó individuos sino condiciones; requisitos. Llama después a los que quieran cumplir con los requisitos. Tercero, ¿Por qué los llamó y no los escogió o los salvó de antemano según el modelo de la predestinación? Llamar es el verbo kaleo (Strong’s 2564) y es llamar, poner un título o nombre, designar una categoría, invitar, convidar, etc., pero no obliga o destina al llamado y no depende tan siquiera de la participación de la persona u objeto llamado como en los convidados en la parábolas de las bodas y la cena o como en el caso de los gálatas en Gál. 1:6 y 5:8 que se volvieron de su llamado, o de Israel que habiendo sido elegidos y teniendo un llamamiento irrevocable (Rom. 11:29), solo el remanente será salvo (9:27) y no han alcanzado la justicia (11:31). Cuando tú preparas algo para alguien y lo llamas para que participe o lo reciba o lo acepte, tú no lo secuestras. Esperas que responda. Fíjate que predeterminó, pero no pre-llamó, no pre-justificó y no pre-glorificó. ¿Por qué? Porque como ya he explicado, el no creó los acontecimientos de antemano. El no creó el futuro. El determinó de antemano las condiciones para reconciliar al mundo con El y predeterminó los requisitos y mecanismos para los que respondieran. No creó ninguno de los eventos y mucho menos eligió individuos. Si no el 30 hubiera dicho: a los que predestinó, los salvó. De hecho, la palabra salvación no aparece en cap. 8.

Volviendo a Rom. 9:23 y 24, cuando leemos que nos incluye en los vasos de misericordia que preparó de antemano para gloria (no para salvarnos), sino para mostrar en nosotros las riquezas de su gloria, podemos concluir que de antemano el preparó mostrar las riquezas de su gloria en los vasos de misericordia, que no son vasos de misericordia por que los escogió para salvarlos, sino porque decidió que los que respondieran el llamado, serían incluidos en los vasos de misericordia. De la misma manera que en Rom. 8 vemos que predestinó condiciones y luego llama, aquí vemos que Dios para mostrar su gloria incluyó en los vasos de misericordia a los que respondieran el llamado.

Repasando; Faraón no fue levantado para salvarse o perderse. No es el tema. Dios quiere mostrar en Faraón su poder y anunciar su nombre. Dios tiene misericordia de quien quiere y a quien quiere endurecer endurece. ¿Para salvar a Faraón? No ¿Pudo haber tenido misericordia de Faraón? Si Faraón hubiera querido. Pero Faraón ya había escogido endurecerse antes de que Dios lo endureciera. Dice en Ex. 4:21      "Y dijo Jehová a Moisés: Cuando hayas vuelto a Egipto, mira que hagas delante de Faraón todas las maravillas que he puesto en tu mano; pero yo endureceré su corazón, de modo que no dejará ir al pueblo.

Ahí dice que Dios endurecerá después de las señales. "Y yo endureceré el corazón de Faraón, y multiplicaré en la tierra de Egipto mis señales y mis maravillas." 7:3 Aquí dice que lo va a endurecer, pero es después de haberle hablado a Faraón. "Tú dirás todas las cosas que yo te mande, y Aarón tu hermano hablará a Faraón, para que deje ir de su tierra a los hijos de Israel." 7: 2

Luego vemos a Faraón endurecerse en 7:13 y 22, 8:15, 19, y 32. En estos versos leemos que Faraón se endureció como había dicho Dios y los que usan predestinéutica al leer que lo que Dios dijo fue “yo endureceré”, significa que no fue Faraón quien se endureció, sino que Dios lo endureció en todas las ocasiones. Pero se olvidan de que quien escribió fue Moisés mucho después de los sucesos y Moisés sabía el orden y las causas de lo que había pasado. Siendo tan detallista en todo lo que escribió; ¿cómo cometió el error de escribir que Faraón se endureció si sabía que Dios lo endureció? Lo curioso es que no hizo nada por enmendar el “error”. Lo repitió en Ex. 13:15, "y endureciéndose Faraón para no dejarnos ir, Jehová hizo morir en la tierra de Egipto a todo primogénito, desde el primogénito humano hasta el primogénito de la bestia; y por esta causa yo sacrifico para Jehová todo primogénito macho, y redimo al primogénito de mis hijos." Moisés no solo no corrigió el error, sino que mandó que que así se enseñara para siempre en Israel. "Y cuando mañana te pregunte tu hijo, diciendo: ¿Qué es esto?, le dirás: Jehová nos sacó con mano fuerte de Egipto, de casa de servidumbre;(14) No fue un error lo que Moisés escribió. El error si alguno es que Dios no le dijo a Moisés que siglos más tarde los calvinistas no iban a encontrar en sus escritos evidencia de un decreto          absoluto. Si Moisés mejor que nadie sabía que nada ocurre fuera del control de Dios nunca debió haber usado el verbo endurecer como una acción de Faraón.

Volviendo a Rom. Dios escogió glorificarse en Faraón. ¿Para salvarlo o condenarlo? No. Dios en su justicia e integridad decide castigar al impío. ¿Crea Dios al impío? No. Trascribo de la Parte 22, Prov. 16:4 "Todas las cosas ha hecho Jehová para sí mismo, Y aun al impío para el día malo."

Todas las cosas” incluye el mal y las acciones malas de sus seres, si damos por cierto todo lo que se nos ha dicho del decreto. Ese texto se tiene que referir a eso. Cuando añade “y aún al impío para el día malo”, suena como que confirma el decreto. Pero si analizamos nos da otra posibilidad. ¿Se puede analizar algo tan contundente en favor del decreto? Lo primero es preguntarse: ¿creó Dios al impío? Eso dice ahí. Pero si usamos hermenéutica, tenemos que ir a ver qué dice la Biblia sobre eso. Y es el mismo Salomón quien nos da otra aseveración. "He aquí, solamente esto he hallado: que Dios hizo al hombre recto, pero ellos buscaron muchas perversiones." ECLESIASTÉS 7 : 29 A este le añadimos "Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin." ECLESIASTÉS 3: 1

Vemos en estos dos textos que ni Dios creó al impío ni creó la maldad o lo malo. ¿Creó Dios el día malo? ¿Creó Dios el Seól / Hades? Sí, Dios creó el día malo y el día de la ira y el Infierno. Jesús mismo dijo que el infierno fue preparado para el diablo y sus ángeles. ¿Antes o después de la creación? Si Dios hizo todo bueno en gran manera en Génesis y “hermoso en su tiempo” en Eclesiastés, podemos asumir que Dios lo hizo después de la Caída y así mismo creó el día malo para castigar a los que se iban a rebelar. Eso es consistente con un Dios de justicia que sabía que al crear seres libres unos se iban a rebelar y otros no y preparó de antemano antes o después de Génesis el justo castigo para ellos. Eso no obliga a concluir que creó justos e impíos primero y luego creó la recompensa para cada uno. Sí nos permite concluir que cuando dice “Jehová ha hecho todas las cosas para sí mismo”, hizo todas las cosas hermosas y si el día malo, día de la ira infierno, muerte etc., son cosas no hermosas entonces las hizo después de Génesis 1 y todas las hizo para ser consistentes con su propósito y su justicia y cuando dice “y al impío para el día malo” no es que hizo al impío, sino que “los que buscaron muchas perversiones”, El dispuso que fueran castigados en el día malo.

En la próxima parte continuaremos con Rom. 9 desde el 16 hacia atrás

Predestinado para Cuestionarme la Predestinación - Definiciones Parte 25: ¿Ejerce Dios su soberanía maniática y compulsivamente en cada momento y en cada lugar? Parte 1

Ya hemos visto como los que necesitan la predestinación nos definieron la soberanía. Según ellos, Dios tiene el control absoluto y total de todo lo que es y ocurre en el universo. Por la necesidad de explicar dos hechos, que el hombre es pecador y que unos se salvan y otros no, y por la necesidad de explicarlo dando por hecho que hay un futuro y un destino, (que no es un hecho), pero toman como hecho que está destinado quien se va a salvar y quien no y mezclan otra verdad a medias , que es que Dios sabe de antemano quién se salva y quien no, pues si esa certeza inevitable e irreversible de la salvación y perdición de cada uno fue creada de antemano por el único Creador, pues lo más lógico es que Dios lo decretó, lo predestinó y lo hizo así porque es soberano. Si las cosas que acontecen, en especial las acciones de los seres, hubieran tenido la oportunidad de suceder de otra manera, entonces significa que Dios no tiene el control y por lo tanto no es soberano.

De la única manera que los que proponen la predestinación aceptan que el universo funcione lógica y coherentemente, es que Dios haya destinado todo lo que ocurre. Entonces van a la Biblia y todos los textos en donde Dios ejerce, decide, interviene, establece o declara su dominio y voluntad, los toman como evidencia de que Dios controla todo lo que ocurre y descartan todo texto en donde se ve a Dios permitiendo o no interviniendo o tomando una acción según las acciones de los seres, como que esos textos no están hablando de la soberanía o no prueban que Dios dejó espacio para que las criaturas actuaran por sí mismas.

Los que necesitan la predestinación van a usar los cientos de textos que dicen que Dios es el creador, el dueño, y que sostiene, y los textos en donde Dios hace su voluntad y los textos en donde Dios dice que conoce desde antes; para decir que nada ocurre fuera de su control. El ejemplo más común es que como Dios trajo los animales a Adán, los llevó al arca, envió un pez a tragarse a Jonás, envió los cuervos a alimentar a Elías, y no cae un pajarillo a tierra sin vuestro Padre, todos esos pasajes prueban (según ellos), que todo lo que todos los animales hacen es porque Dios está haciendo que lo hagan. Es curioso que en el verso de los pajarillos en Mat. 10:29 ese verbo “caen” está en futuro y en voz media. Quiere decir que no es que Dios los está haciendo caer. Caen por ellos mismos, no porque Dios está decidiendo cuando matarlos.

Cuando en Prov. 16:33 dice La suerte se hecha en el regazo; Mas de Jehová es la decisión de ella., no necesariamente significa que todo resultado de toda suerte en la historia es porque Dios la escogió.  Es que Dios decide si interviene en el resultado o deja que las probabilidades generen el resultado. Claro si existe el destino o Dios decretó todo lo que acontece, pues por default el resultado es el que Dios quiso. Pero en un universo en donde el destino no existe ni Dios decretó todo lo que acontece quedan dos posibilidades: Dios interviene en el resultado o no interviene y el resultado es el que las probabilidades permitan.

Así que cuando hablamos de la soberanía de Dios vemos que la discusión no es tanto si Dios es soberano sino como Dios ejerce su soberanía.  Vamos a ver como la Biblia nos define soberanía.

Para empezar, la palabra soberanía no aparece en Reina Valera. Aparece soberano en el VT una vez en Job 31:28 y se traduce de maal que significa más alto (Strong’s 4605) y tres veces en Ezequiel 38:2-3 y 39:1 y se traduce de rosh (Strong’s 7218) y tiene muchas aplicaciones de tiempo, lugar, rango, etc., y una de ellas es soberano. En este caso se refiere a Gog. Sabemos que Gog no está por encima de Dios.

En el NT, cuatro veces aparece soberano y se traduce de tres palabras: dunástes, (Strong’s 1413), que es poderoso y se usa para los poderosos de la tierra en Luc. 1:52, para el etiópe en Hec. 8:27 y para Jesús en 1 Tim. 6:15. Está kurios (Strong’s 2962), que se traduce señor para Jesús en Judas 4 pero erróneamente la concordancia señala ésa palabra para traducir soberano en ese versículo cuando en realidad la palabra soberano se traduce de despotés (Strong’s 1203) y arjón (apxwóv Strong’s 758) en Apo. 1:5 para Jesús. En Reina Valera en el NT, soberano aparece solo 4 veces; Hec. 4:24, 1Tim. 6:15, Judas 4 y Apo. 1:5.       

En Hec. 4:24 y en Judas 4 es despotés.

En 1 Tim. 6:15 es dunástes.

En Apo. 1:5 es arjón.

Arjón aparece 37 veces y se va a usar para los gobernantes, principalidades demoniacas, funcionario prominente y una sola vez para Jesús en Apo. 1:5.

Despotés aparece 10 veces y solo en 6 se aplica a Dios. Las otras son para amos.

Dunástes aparece 3 veces y ya vimos que solo una vez se aplica a Jesús.

Como nota curiosa, kurios se usa 766 veces y 4 veces se va a traducir para los señores en el título Señor de señores, una vez para Abraham y 2 veces para amo. El resto es para Jesús. Kurios fue la palabra escogida para traducir adonai del hebreo pues distinto al despotés, el kurios es amo y dueño, pero cuida y se relaciona, el despotés no. Por eso es la palabra preferida para referirse a Jesús en el NT. ¿Qué tiene que ver cuánto se usa la palabra soberano en el NT? Primero que en ningún lugar la palabra soberano o las palabras de donde se traduce se utilizan para describir al soberano absoluto que nos ofrece el calvinismo pues incluso las vemos siendo utilizadas para otros entes distintos de Dios. La Biblia da por sentado que Dios está por encima de todos.   Por lo tanto, si soberanía no aparece en RV, y soberano en el VT, una sola vez se utiliza para Dios y de una palabra que significa más alto y en el NT aparece solo cuatro veces y se traduce de palabras que se utilizan para varias entidades, no me parece que la soberanía como nos las presentan los que necesitan la predestinación sea una cualidad o atributo de Dios que la Escritura quiera resaltar.

La construcción de soberanía absoluta necesaria para ilustrar y acomodar el decreto absoluto y explicar el control absoluto de Dios sobre su creación, no es una idea que se desprende del texto. Los escritores inspirados por Dios sí nos describen explícitamente que Dios es el creador, el dueño, el más alto en poder y rango, Rey de reyes, Señor de señores y su voluntad está por encima de todas las voluntades. La Biblia habla de omnipotencia, palabra que sí aparece en el texto y es shaddai. La Biblia habla de la voluntad de Dios. La Biblia habla de Dios interviniendo, pero no nos describe que todo lo que ocurre es porque Dios hace que ocurra.

¿Por qué es necesaria la idea de una soberanía absoluta ejerciéndose en todo momento en todo lugar del universo? ¿Por qué es tan importante una idea de Dios controlando todo en todo momento para los de la predestinación? Voy a tomar prestado de la parte 8 de la serie.

Esa concepción del dios absoluto, aunque es cierta en principio, si la tomamos como el principal atributo de la naturaleza de Dios y la ponemos fuera o mayor o causa de las demás cualidades reveladas de Dios en las Escrituras, nos puede llevar a condicionar todos los demás atributos de Dios a esa causa absoluta, y nos puede llevar a limitar la manifestación de los atributos de Dios y en especial cuando no usamos lo que las Escrituras nos revelan de cada atributo de Dios para definir los alcances de ese absoluto. Ejemplo. Si Dios es absolutamente absoluto, no tenía necesidad de crear. Pero la Biblia dice que Dios es Amor. El amor es dar, compartir, relación y por extensión; recíproco. Por lo tanto, eso me explica a mí para qué Dios creó. Para amar, para dar, para relacionarse y para que ese amor fuera reciprocado, creó seres con voluntad capaces de amarlo libre y voluntariamente, para que pudieran ejercer el amor en la misma capacidad de Dios: libre y voluntariamente. Eso en ninguna manera hace a esos seres igual de soberanos que Dios. Voluntad no es soberanía. Voluntad es una capacidad. Soberanía es un rango, una categoría. Significa qué voluntad obedece a otra voluntad. Qué voluntad tiene el poder para decirle a otra voluntad qué hacer y si no lo hace, poder para imponer consecuencias. La voluntad o capacidad de tomar decisiones, es una cualidad igual a la de Dios. Soberanía o habilidad de imponerse a otra voluntad, es una cualidad en una sola dirección y siempre procede de mayor a menor según la posición asignada en la jerarquía. Nunca al revés. Nunca va a invertirse la dirección de esa soberanía porque la soberanía se fundamenta en poder y autoridad para ser ejercida desde quien tiene mayor autoridad y poder sobre el que tiene menos autoridad y poder. Por lo tanto, soberanía no depende ni se altera por la libertad de decidir o no que tengan las voluntades envueltas. La soberanía no necesita de la obediencia ni del consentimiento de sus participantes para ser soberana. Depende de quién tiene el poder y la autoridad para dictar órdenes y consecuencias a quien tiene menos poder y autoridad. Dios era soberano antes de crear nada. Entonces, ¿Podía Dios crear seres que compartieran algunos de sus atributos incluyendo voluntad sin comprometer su soberanía? Claro pues Dios no puede crear un ser igual que él en omnipotencia, omnisciencia y omnipresencia. Sí puede crear seres con una voluntad igual a la de él en cuanto a capacidad de escoger. Escoger obedecer o no a Dios. Y eso para nada compromete o limita la voluntad de Dios.

El que Dios creara seres con dominio sobre cosas o situaciones aparte de él, para nada limita o compromete su soberanía. Es cierto y perfectamente racional que Dios no puede crear un ser igual que Él. Pero eso no significa que Dios no pueda impartir atributos suyos a los seres creados. “Hagamos al hombre a nuestra imagen conforme a nuestra semejanza”. ¿Lo hizo con inteligencia y Dios dejó de ser omnisciente? No. ¿Lo hizo con la capacidad de amar y Dios dejó de ser amor? No. Entonces, ¿por qué si le dio voluntad libre para desobedecerle, Dios deja de ser soberano? Porque arbitrariamente aplican el concepto de absoluto que convenientemente explica por qué no puede haber otro ser igual a Dios para establecer que Dios no puede crear seres igual de libres que El pues arbitrariamente definieron que eso limitaría la soberanía de Dios. Repito; el que Dios impartiera a los seres la capacidad de decidir por sí mismos si obedecen o no, para nada significa que Dios les impartiera su soberanía pues Dios no les impartió todo poder para prevalecer contra Dios o estar en el mismo nivel de jerarquía de Dios.

La idea de que como único Dios puede ser soberano es ejerciendo control absoluto de todo lo que acontece, existe en el sistema teológico de la predestinación, en los estoicos, en los gnósticos y en todas las filosofías y religiones que creen en el destino, fatalismo y determinismo. Vamos a ver en la Palabra algunos textos utilizados por los que necesitan la predestinación para convencerse de que todo ocurre por el decreto.

Además de los ejemplos de los animales y la suerte, existen varios pasajes clásicos citados por ellos.

"Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero; que llamo desde el oriente al ave, y de tierra lejana al varón de mi consejo. Yo hablé, y lo haré venir; lo he pensado, y también lo haré."  ISAÍAS 46 :9- 11 En este pasaje vemos que Dios es soberano. Y lo que dice es que Dios hará acontecer lo que se ha propuesto. No dice que todo lo que ocurre es porque él lo hace acontecer. Cuando vemos el contexto, desde el cap. 45, Dios viene diciendo que no hay nadie como él y que al final todo el mundo reconocerá que él es Dios. No hace falta creer en el decreto para aceptar lo que ahí dice. Solo alguien con la idea preconcebida de que Dios hace que todo ocurra, puede ver en este texto algo así.   El texto ilustra que Dios interviene soberanamente, no que decretó absolutamente. En Isaías 10 (no lo voy a poner para ahorrar espacio), habla de que Dios traerá a Asiria para castigar a Israel y luego Dios los castigará por creerse que lo hicieron por ellos mismos. No me parece que esté hablando del dominio que Dios tiene sobre todas las cosas o que dirige todas las acciones de los hombres. Está hablando de Israel y Asiria y de lo que va a hacer con ambos.

"Por esto se enlutará la tierra, y los cielos arriba se oscurecerán, porque hablé, lo pensé, y no me arrepentí, ni desistiré de ello."  JEREMÍAS 4 : 28  Ese lo usan para decir que si Dios piensa o habla algo es que va a pasar inevitable e irreversiblemente. Y como vamos a ver en varios ejemplos, Dios dice que algo va a pasar y no pasa.

"Jehová mata, y él da vida; Él hace descender al Seól, y hace subir. Jehová empobrece, y él enriquece; Abate, y enaltece." 1 Sam 2:6-7 Según los de la predestinación, este texto dice que todo el que muere, empobrece o es abatido, es porque Dios lo mata y todo el que vive, se enriquece o es enaltecido, es porque Dios lo hizo. El contexto dice que eso lo hace Dios según las actitudes de cada uno. (v. 3) Bendice a los justos y castiga a los injustos. Cuando dice que nadie se fortalece por su propia fuerza no es que Dios destinó quién va a ser fuerte y quién débil, sino que él fortalece a los santos y debilita a los malvados (v. 9). A esto le añadimos varios textos en donde el justo sufre y el impío prospera y los contextos no le adjudican a Dios ni lo uno ni lo otro.

"Jehová estableció en los cielos su trono, Y su reino domina sobre todos."  SALMOS 103: 19 Ciertamente el reino de Dios domina, pero ¿Cómo domina? "Mas la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen, Y su justicia sobre los hijos de los hijos; Sobre los que guardan su pacto, Y los que se acuerdan de sus mandamientos para ponerlos por obra."  103 :17- 18 No me parece que esté hablando de que Dios ordena las acciones buenas y malas de los hombres. Me parece que está hablando de que desde su reino se imparte su misericordia y su justicia a todos los hombres justos.

"Todo lo que Jehová quiere, lo hace, En los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos. SALMOS 135: 6 Ahí no dice que todo lo que pasa en la naturaleza es porque Dios hace que ocurra. Dice que cuando el quiere hacer algo en donde sea, lo hace.

Predestinado para Cuestionarme la Predestinación - Definiciones Parte 24: ¿Cómo Berkhof construyó sus definiciones? Parte 9

En la sección anterior nos quedamos viendo las respuestas de Berkhof a las objeciones en contra de la doctrina del decreto. Cubrí solo la primera; que el decreto ES INCONSISTENTE CON LA LIBERTAD MORAL DEL HOMBRE.

La segunda es; DESALOJA TODOS LOS MOTIVOS PARA EL ESFUERZO HUMANO. Cualquier persona que no pertenezca a la teología de la predestinación, cuando evalúa las consecuencias del decreto, en específico, que todo lo que va a acontecer ha sido asegurado que ocurra por el decreto, puede llegar a esa conclusión sin mucho esfuerzo. Es la misma conclusión a la que llegaría si le presentan el destino. Se llama fatalismo. Los estoicos son un ejemplo de esto. No puedes cambiar nada solo tu reacción a lo que sucede.

La diferencia entre el decreto y el fatalismo es que es más lindo pues lo que sucede no es arbitrario, sino que fue lo mejor que se le ocurrió a un Dios de amor que te creó para que te sucediera todo y para su gloria. Los estoicos desarrollaron todo un sistema de directrices para sentirte bien ante lo inevitable mientras que los calvinistas te dicen que Dios creó las leyes para que te obliguen a cumplir con el decreto. Según Berkhof si a alguien se le ocurre que esto es fatalismo, es porque no entiende como funciona el decreto y cuando explica como funciona, como quiera no obliga a nadie a dejar de comparar el fatalismo o el estoicismo con el decreto. Veamos como Berkhof aborda esta objeción.

Esta objeción es para hacer que la gente naturalmente diga: Si todas las cosas ya están ordenadas para que acontezcan como Dios las ha determinado, los hombres no deben preocuparse acerca del futuro y tampoco necesitan hacer ningunos esfuerzos para obtener salvación. Decir esto difícilmente puede resultar correcto. Pues claro que es natural. Si se ha decretado todo lo que voy a hacer y no hay forma de evitarlo, ¿para qué me voy a preocupar o esforzar? Pero eso por mas lógico y racional que nos resulte, “esto difícilmente puede resultar correcto.” ¿Por qué no puede resultar correcto? Porque no cuadra con la interpretación de la realidad definida por la teología de la predestinación y sobre todo no cuadra con la doctrina del decreto que es imprescindible para probar la predestinación.    Pero para que nadie promoviendo la objeción, vaya a dar la impresión de que el decreto fomenta el fatalismo y nadie intente practicarlo entonces nos da el por qué nadie debe creerlo o enseñarlo.

“Los decretos divinos no están dirigidos a los hombres como una regla de acción, y no pueden ser una regla tal, puesto que su sustancia solamente se hace conocida por medio de su realización, y por tanto, después de ella. Hay, sin embargo, una regla de acción que ha tomado cuerpo en la ley y el evangelio, y ésta coloca a los hombres bajo la obligación de emplear en su salvación los medios ordenados por Dios.” OK. En arroz y habichuelas, hay una regla de acción, pero no se sabe hasta que ocurra la acción, por lo tanto, el decreto no es una regla de acción, aunque toda acción ocurre por el decreto. ¿Entendieron? Bueno, si no entendieron, no hay problema. La regla de acción está en la ley y el evangelio y esa es la que obliga a que nadie adopte una actitud estoica ante el decreto/destino.  Y para reforzar lo incorrecto de la objeción nos da un argumento más lógico, tan lógico que la objeción te va a parecer ilógica. También ignora esta objeción la relación lógica determinada por el decreto de Dios entre los medios y el fin que se ha de obtener. El decreto incluye no sólo los diversos asuntos de la vida humana; sino también las libres acciones humanas que lógicamente tienen prioridad respecto de los resultados y que están destinadas para producirlos. Era absolutamente seguro que todos aquellos que estaban en el barco con Pablo (Hech. 27) iban a salvarse; pero era igualmente cierto que para asegurar aquel fin los marineros tenían que permanecer a bordo. Y puesto que el decreto establece una interrelación entre medios y fines, y los fines están decretados solamente como resultado de los medios, éstos animan al esfuerzo en lugar de desalentarlo. La firme creencia en el hecho de que según los decretos divinos el éxito será la recompensa de la faena, constituye una invitación a valerosos y perseverantes esfuerzos. Apoyada en la mera base del decreto, la Escritura nos apremia en el uso de los medios designados. Fil 2: 13; Ef. 2: 10

 

O sea, según Bekhof la objeción de que si todo está decretado no hay que esforzarse, ignora la relación lógica entre la seguridad de causas y eventos aseguradas por el decreto y el poner esfuerzo en lograrlas. No es que se ignora Berkhof. Es que no existe ninguna lógica en esforzarse en que algo ocurra si va a ocurrir como quiera. La única lógica es aceptar que el esfuerzo o la indiferencia fueron también decretados entre causa y efecto. Pero si mi esfuerzo o indiferencia no ha sido decretada en el curso de los acontecimientos, no hay nada ilógico en que yo participe o no en hacer cumplir el evento. La única lógica posible dentro de la doctrina del decreto es como sigue; Dios decretó que yo me perdiera en el infierno. Si yo hago todo lo posible para salvarme fue porque Dios decretó que yo hiciera todo lo posible por salvarme y decretó si lo voy a hacer creyendo o no que me iba a salvar. Si Dios decretó que me iba a salvar y yo decido pecar todo lo que se me ocurra ya sea que crea o no en el decreto, Dios decretó que yo pecara para glorificarse salvándome al final. Esa es la lógica. Pero como eso es ilógico para los que no creemos en el decreto y el decreto es lo correcto, pues mi lógica es ilógica y solo el decreto es lógico. Según Berkhof el decreto es tan lógico que animan al esfuerzo en lugar de desalentarlo, constituye una invitación a valerosos perseverantes esfuerzos y nos apremia en el uso de los medios designados.  Me cabe pensar que, según Berkhof, si tu lógica te lleva a concluir que no vale la pena esforzarse en ayudar a cumplir el decreto es porque se decretó que creyéramos en esa objeción.  Por la naturaleza del decreto no hay forma de que tal objeción sea correcta, lógica o razonable. Para rematar cita Fil. 2:13 “Porque Dios es el que en vosotros pone así el querer como el hacer por su buena voluntad” y Ef. 2:10 “Porque somos hechura suya , creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.” En la Parte 1 de la serie hice un análisis (al final) sobre este pasaje de Filipenses y lo mismo se aplica al de Efesios. Ninguno de los dos pasajes está hablando de que fuimos escogidos para salvación o que se decretó que fuéramos salvos. Tampoco ninguno de los dos está corrigiendo el que algunos no pusieran esfuerzo en salvarse ya que estaban seguros de su salvación decretada desde antes de la fundación del mundo. No era asunto de discusión en las iglesias de Filipo y de Éfeso, no era un asunto de discusión en el NT y no fue un asunto de discusión en los primeros tres siglos de la iglesia.

Tercera objeción: el decreto HACE A DIOS EL AUTOR DEL PECADO.  Venimos viendo desde Agustín todos los esfuerzos para absolver a Dios de toda responsabilidad por la maldad en el universo. Vemos como recurren a definir los conceptos de forma distinta y a construir otra lógica de manera que las contradicciones sean aceptadas. Aquí vamos a ver un “refrito” de lo mismo.

“Esto, si fuera verdad, naturalmente, sería una objeción insuperable, porque Dios no puede ser el autor del pecado. Esto se deduce igualmente de la Escritura, Sal 92: 15; Ec. 7: 29; Sant. 1: 13; 1 Juan 1: 5, de la ley de Dios que prohíbe todo pecado, y de la santidad de Dios. Pero el cargo no es verdadero; el decreto solamente hace a Dios el autor de seres morales libres, mismos que son los autores del pecado. Dios decreta mantener la libre agencia de éstos; regular las circunstancias de sus vidas, y permitir que la libre agencia se ocupe en multitud de actos de los cuales algunos son pecaminosos. Por buenas y santas razones Dios hace que estos actos pecaminosos acontezcan de seguro; pero El no decreta producir los malos deseos, ni decreta decidir eficientemente la preferencia en el hombre. El decreto respecto al pecado no es decreto eficiente sino permisivo, o decreto para permitir, a diferencia del decreto para producir, y Dios no puede aplicar su divina eficiencia para producir pecado. Ninguna dificultad compromete a un decreto que además no acompaña a un mero permiso pasivo de lo que Dios podría muy bien evitar, tal como lo toman los arminianos que son los que acostumbran a levantar esta objeción. El problema de la relación de Dios con el pecado permanece como un misterio para nosotros, misterio que no somos capaces de resolver. Puede decirse, sin embargo, que su decreto que permite el pecado, en tanto que hizo segura la entrada del pecado en el mundo, no significa que Dios se deleite en la maldad; sino únicamente que El consideró sabio permitir el mal para el propósito de su propia revelación no obstante lo aborrecible que es el pecado a la naturaleza divina.”

En la primera oración, confiesa la fuerza de esta objeción. “si fuera verdad, naturalmente, sería una objeción insuperable”.  Por lo tanto, Berkhof tiene que probar que no es verdad. Berkhof para probar que no es verdad utiliza un hecho de la Escritura innegable; Dios es Santo, y su ley prohíbe el pecado. Estamos de acuerdo. Si hay maldad en la creación y Dios es santo, Dios no puede ser el autor de la maldad. Por lo tanto, cuando veamos cualquier concepto, idea, acción, decreto, etc., en que se vea a Dios como causa, origen, cómplice con la maldad, no es lo que ves. Tienes que interpretar lo que ves de manera que Dios no guarde ninguna relación con la maldad. Y Berkhof al igual que todos los teólogos de la predestinación nos van a dar las herramientas para “soltar el nudo que han hecho”. “el cargo no es verdadero; el decreto solamente hace a Dios el autor de seres morales libres, mismos que son los autores del pecado.” Dios al decretar se libró de ser relacionado con el pecado. Aunque nos vienen diciendo que nada ocurre fuera del control de Dios, y que Dios aseguró que todo lo que acontece es  porque lo decretó, Dios decretó no asegurar el pecado con su decreto sino asegurarlo decretando que las criaturas que el sistema denomina como criaturas libres, fueran los autores del pecado. ¿Quiénes son los autores del pecado? Los seres morales libres que la única libertad que tienen es hacer la única acción asegurada por el decreto que es el mismo decreto que los hizo los autores del pecado. Perfectamente lógico. Por lo tanto, nuestro sistema de justicia criminal está totalmente errado en condenar al autor intelectual de un crimen pues él no mató a la víctima, sino que fue la libre elección del que mató, cumplir el deseo del autor intelectual del crimen. Continúa el argumento.

“Dios decreta mantener la libre agencia de éstos; regular las circunstancias de sus vidas, y permitir que la libre agencia se ocupe en multitud de actos de los cuales algunos son pecaminosos.”  El que Dios decreta para nada tiene que ver con que Dios sea causa del pecado.  Aunque el decreto mantiene, regula, permite; las acciones de los seres libres no son causadas por el decreto. En la predestinéutica, nunca puedes interpretar decreto con causa. Decreto es decreto y causa es causa. Responsable de lo que ocurre no es quien aseguró con su decreto que algo malo ocurriera sino quien veas haciendo la acción. Para facilitarte que aceptes que el decreto no tiene que ver con ser la causa del pecado, acepta que “por buenas y santas razones Dios hace que estos actos pecaminosos acontezcan de seguro;”. Cuando Dios decide mover, definir, señalar como punto de origen y causa del pecado, los malos deseos de las criaturas libres y no su decreto, lo hizo no para “zapatearse” de la responsabilidad del pecado sino “por buenas y santas razones”. Tienes que verlo así. “Waw, que sabio es Dios, como él quería que hubiera seres libres que ejecutaran la maldad, y a la vez no quería que lo viéramos como injusto y malo, decretó que la maldad se iniciara en los malos deseos de las criaturas libres que el creó para que ejecutaran la maldad. Waw, "que sabio es Dios”. O sea, la idea de que la libre agencia de seres libres son el origen de la maldad en la creación, es perfectamente útil para probar que Dios a través del decreto no es la causa del mal. Pero si yo explico el origen del mal usando criaturas libres que deciden pecar y así exonero a Dios de ser la causa del mal, estoy incorrecto porque es más importante defender el decreto y la idea del control absoluto de Dios sobre las criaturas que explicar la creación sin un destino y sin un futuro. Prefieren defender un sistema teológico con todas sus contradicciones que aceptar otro sistema que no tiene contradicciones meramente porque es otro sistema.

Seguimos. “pero El no decreta producir los malos deseos, ni decreta decidir eficientemente la preferencia en el hombre. El decreto respecto al pecado no es decreto eficiente sino permisivo, o decreto para permitir, a diferencia del decreto para producir, y Dios no puede aplicar su divina eficiencia para producir pecado. Ninguna dificultad compromete a un decreto que además no acompaña a un mero permiso pasivo de lo que Dios podría muy bien evitar, tal como lo toman los arminianos que son los que acostumbran a levantar esta objeción.” Aunque veas en el mismo párrafo El no decreta y ni decreta junto con El decreto respecto al pecado y el sujeto es Dios en ambos, el Dios que decreta y no decreta, no tiene que ver con los resultados de esos decretos y no decretos. ¿Cómo resuelve la contradicción? Fácil. Hay decreto eficiente y decreto permisivo. En uno Dios es causa y en el otro no. Si no lo aceptas es porque eres arminiano. Como he dicho, yo no soy arminiano. Existen muchas alternativas al calvinismo además de las arminianas. Los calvinistas tratan de reducir el debate a calvinistas vs. arminianos a pesar de que Arminio era calvinista. Voy a terminar alternando el orden de las últimas oraciones.

Puede decirse, sin embargo, que su decreto que permite el pecado, en tanto que hizo segura la entrada del pecado en el mundo, no significa que Dios se deleite en la maldad; sino únicamente que El consideró sabio permitir el mal para el propósito de su propia revelación no obstante lo aborrecible que es el pecado a la naturaleza divina.” Berkhof por lo menos se da cuenta que “no puede tapar el cielo con la mano”, admite que el decreto que permite el pecado hizo segura la entrada del pecado, y aunque eso es contrario a la naturaleza de Dios, Dios lo decretó pues fue lo más sabio que se le ocurrió para propósito de su revelación, como si Dios no fuera capaz de revelar su justicia y su sabiduría sin necesidad de crear la maldad. Pero si en este punto todavía no estás seguro de como Dios no es el autor del mal habiendo Dios asegurado con su decreto que ocurriera, organiza tus pensamientos con esto:

El problema de la relación de Dios con el pecado permanece como un misterio para nosotros, misterio que no somos capaces de resolver. Estoy de acuerdo con él. Es un misterio para todo el que se niega a salir del paradigma creado por el concepto del destino y el futuro, y por el concepto del Uno absoluto. Seguirá siendo un misterio mientras permaneces creyendo eso y buscando en la Biblia textos que se parezcan a eso. No sales del misterio mientras estés en ese sistema teológico.

miércoles, 13 de julio de 2022

Predestinado para Cuestionarme la Predestinación - Definiciones Parte 23: ¿Cómo Berkhof construyó sus definiciones? Parte 8

 En la sección anterior terminé de cubrir la parte de definiciones y características del decreto que hace Berkhof. De ahí pasa a contestar algunas de las objeciones a la doctrina del decreto. Recuerden lo que he dicho antes; las doctrinas no existen porque sean ciertas. Existen porque alguien las cree o las estudia.

Berkhof nos ha venido justificando el por qué el decreto es tan necesario para explicar y entender la predestinación y entender a Dios. Recuerden que anteriormente el decreto es introducido para explicar la tensión inevitable que existe entre la presciencia de Dios y la libertad de las criaturas. “Dios ha decretado todas las cosas, y las ha decretado con sus causas y condiciones, para que acontezcan en el orden exacto en que tienen que acontecer; y su presciencia de las cosas futuras, y también de los eventos contingentes, descansa sobre su decreto.” En la Parte 18 expliqué como él llega a esta declaración y como el decreto solo le resuelve a él los problemas que surgen de su sistema.

En esta sección de Berkhof al contestar las opciones solo vuelve a usar los mismos argumentos que ya vimos. Veamos.

PRIMERA OBJECIÓN: QUE EL DECRETO ES INCONSISTENTE CON LA LIBERTAD MORAL DEL HOMBRE.

El hombre es un agente libre con poder para hacer sus propias determinaciones racionales. Puede reflexionar, y en forma inteligente elegir ciertos fines, y también puede determinar su acción con respecto a ellos. Sin embargo, el decreto de Dios lleva inseparablemente la imposibilidad de evitarse. Dios ha decretado ejecutar todas las cosas, o si no ha decretado esas cosas, al menos ha determinado que deben acontecer. Él ha decidido para el hombre el curso de su vida. En respuesta a esta objeción puede decirse que la Biblia ciertamente no concuerda con la suposición de que el decreto divino es inconsistente con la libre agencia del hombre. Ella revela claramente que Dios ha decretado los actos libres del hombre; pero también que los actores, a pesar de eso, son libres y, por tanto, responsables de sus actos, Gen 50: 19 y 20; Hech. 2: 23; 4: 27 y 28. Fue determinado que los judíos crucificaran a Jesús, y sin embargo fueron perfectamente libres en el curso de su inicua acción, y fueron tenidos por responsables de este crimen. No hay ni una sola indicación en la Biblia de que los escritores inspirados se den cuenta de una contradicción, en relación con estos asuntos. Nunca hacen el intento de armonizar el decreto de Dios con la libertad del hombre. Esto bien puede refrenamos para no tomar aquí la actitud de contradicción, aun cuando no podamos reconciliar ambas verdades.

Cuando examinamos la primera y segunda oración vemos el esfuerzo en hacernos creer que los teólogos de la predestinación creen en la libertad de los seres. Ya les expliqué que según la definición de libertad que ellos construyen es que se le puede llamar libertad a la ejecución única y exclusiva de una sola acción que Dios tuvo que decretar desde la eternidad para preconocerla y la tuvo que decretar para asegurar que ocurriera y cancelar toda posibilidad de que esa criatura libre le fuera a dañar el plan decretado y que la soberanía de Dios quedara en ridículo ante las demás criaturas. Vimos que los más persuasivo para que aceptemos esa definición de libertad es que se establece que quien ejecuta la acción no solo es responsable de la acción asegurada por el decreto para que ocurriera, sino que es libre para ejecutarla. Y no importa cuanto podamos cuestionarnos ese concepto de libertad, nos da otros “hechos” contundentes sobre cómo las criaturas ejercen esa libertad cuando dice; “Puede reflexionar, y en forma inteligente elegir ciertos fines, y también puede determinar su acción con respecto a ellos.”      Pero libertad queda restringida a operar dentro del radio de acción permitido por el decreto, entiéndase, ninguno. “Sin embargo, el decreto de Dios lleva inseparablemente la imposibilidad de evitarse. Dios ha decretado ejecutar todas las cosas, o si no ha decretado esas cosas, al menos ha determinado (como si decretado y determinado fueran cosas distintas en la mente de Dios), que deben acontecer. Él ha decidido para el hombre el curso de su vida.” Cuando dice “en respuesta a esta objeción”, se refiere a la descrita en el título, que el decreto es inconsistente con la libertad moral del hombre. ¿qué respuesta nos ofrece? Que la “Biblia no concuerda” con “la suposición” de que el decreto choque con la libertad de las criaturas. Llama suposición a la idea de que el destino choque con la libertad humana. Eso no es una suposición. Es la conclusión lógica que se desprende de una definición de libertad en donde libertad requiere por lo menos dos opciones para escoger pues si solo hay una opción, no es libertad. Como en la mente de los teólogos de la predestinación, de los deterministas y de los fatalistas solo hay una opción, pero al enfrentarse inevitablemente con el hecho de que existe, de que se observa una conducta en los seres llamada libertad y no se puede negar, pues para que no se caiga su sistema teológico circunscriben, redefinen como libertad esa capacidad limitada a ejecutar la única, decretada y preconocida acción por Dios para que la criatura la ejecutara. Por eso es una suposición porque no existen dos opciones solo la apariencia de que la criatura escoge.

Entonces nos da dos ejemplos de como la Biblia no solo no concuerda con “la suposición”, si no que “revela claramente que Dios ha decretado los actos libres del hombre; pero también que los actores, a pesar de eso, son libres y por tanto, responsables de sus actos,”. Gen.50:19-20 y Hec. 2:23 y 4:27-28. Vamos a ver si esos pasajes revelan claramente que Dios ha decretado los actos libres de los hombres. "Y les respondió José: No temáis; ¿acaso estoy yo en lugar de Dios? Vosotros pensasteis mal contra mí, más Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo."       Según Berkhof ese pasaje revela claramente que Dios decretó los actos libres de los hombres. El problema es que el pasaje ni tan siquiera revela que Dios decretó las acciones de los hermanos de José. El pasaje dice que Dios encaminó para bien todo el daño que quisieron hacerle a José. Y lo que revela el pasaje que no está en el texto ni en el contexto, es que la intervención de Dios fue para preservar la descendencia de Jacob y cumplir la promesa hecha a Abraham de que su descendencia “morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años."  GÉNESIS 15: 13 En ningún sitio del Génesis dice que Dios obligó a los hermanos de José a venderlo para hacer cumplir la profecía que le hizo a Abraham. A estos creyentes del destino no se les ocurre pensar que Dios no necesitaba el odio de los hermanos contra José para llevar la familia de Jacob a Egipto. El hambre pudo haber sido suficiente para hacer que Jacob y su familia descendieran a Egipto. Lo más que se puede inferir del pasaje es que en su presciencia, Dios vio la fidelidad de José y el mal corazón de sus hermanos y decidió utilizar ese evento para cumplir su propósito que era crear la nación de Israel.  Lo menos que podemos inferir del pasaje es que Dios quiere revelarnos en él, que todo ocurre porque El lo ha decretado. Veamos el pasaje de Hechos. "a éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole;" 2: 23 "Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel, para hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera." 4: 27-28 En ninguno de los dos pasajes dice o revela que Dios decretó todos los actos libres de los hombres. Lo primero es que no aparece la palabra decreto. Lo segundo que dice es que Dios determinó su plan y por lo tanto es obvio que lo conocía de antemano, y que los judíos iban a matar a Jesús. El pasaje no revela nada que no estaba profetizado por los profetas y Jesús. Que el pasaje responsabiliza a los judíos por su acción es claro porque se les acusa y porque se les llama al arrepentimiento en el verso 2:38. Pero eso prueba que en el caso de que fueran predestinados a matar a Jesús, no estaban predestinados a perderse pues si así fuera, la oferta de salvación sería ridícula, absurda e innecesaria.

Al igual que en el caso de José, Dios vio y utilizó la elección que hicieron los judíos de rechazar a Jesús para cumplir su plan. "Mas los fariseos y los intérpretes de la ley desecharon los designios de Dios respecto de sí mismos, no siendo bautizados por Juan." LUCAS 7: 30 La Biblia nos revela claramente (en Hechos), que utilizó las acciones de estos hombres en estos dos pasajes. La Biblia revela, enseña que Dios utiliza las acciones de los hombres para cumplir sus propósitos y en ningún pasaje incluyendo los pasajes sobre Judas, revela que estaban predestinados a perderse. El arrepentimiento está ofrecido en ambos pasajes. Los hermanos de José estaban conscientes de sus actos y su justo castigo y los fariseos también. "Viendo los hermanos de José que su padre era muerto, dijeron: Quizá nos aborrecerá José, y nos dará el pago de todo el mal que le hicimos." GÉNESIS 50: 15

"Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?" HECHOS 2: 37 así que los pasajes no revelan ni que Dios decretó las acciones descritas aun cuando el propósito de Dios está claramente expresado ni revelan que estaban condenados a perderse. Cuando dice,           “No hay ni una sola indicación en la Biblia de que los escritores inspirados se den cuenta de una contradicción, en relación con estos asuntos.”, lo dice para que demos por sentado que la Biblia enseña que todas las acciones son decretadas por Dios y la “prueba” es que los escritores nunca presentan la contradicción entre el decreto y la libertad de las criaturas. No se dan cuenta de que los escritores no hablan de la contradicción, no solo porque no existe, sino porque nunca fue la intención de Dios probar o revelar a las criaturas que todo está destinado. Les demostré en la Parte 2 de la serie que el concepto del destino no es un concepto judío y que en la historia rabínica se defiende el libre albedrío a tal forma que en algunos escritos hasta se cancela la soberanía de Dios.

Tampoco se dan cuenta de un principio de interpretación y es que cuando en la Biblia algo no se menciona o se discute, no es porque se acepta como es el caso de la poligamia, el homosexualismo o el aborto. Porque la Biblia no los menciona no significa que los aprueba.  O es irrelevante a lo que se discute o es obvio a los oyentes o lectores. De la misma manera, el que ningún escritor escribiera que no hay contradicción entre el decreto y el libre albedrío, no es porque lo creyeran o lo aceptaran. Es o porque Dios no los inspiró a que escribieran sobre eso o porque sencillamente no creían en eso.

Jugar con las definiciones y los conceptos es parte de la predestinéutica. En este caso citan un hecho: no hay texto que diga que el decreto contradice la libertad humana, por lo tanto, el decreto no contradice la libertad humana. Como no hay evidencia en la Biblia que contradiga lo que ellos proponen, esa es precisamente la evidencia de que la Biblia lo enseña. Luego para rematar su argumento dice; “Nunca hacen el intento de armonizar el decreto de Dios con la libertad del hombre.”. Según Berkhof, no lo hacen porque no existe la contradicción. Según la hermenéutica, no lo hacen porque las acciones narradas en la Biblia no fueron escritas para probar o demostrar o sugerir que hay tal cosa como un destino. Termina ese párrafo diciendo; “Esto bien puede refrenamos para no tomar aquí la actitud de contradicción, aun cuando no podamos reconciliar ambas verdades.” O sea, el argumento es tan convincente que debe desalentarnos a seguir creyendo que hay contradicción entre el decreto y la libertad humana a pesar de que ambos conceptos inevitablemente se contradicen. Berkhof admite que son contradictorios.

Luego prosigue a repasar las definiciones anteriores para que recordemos como reconciliar algo inevitablemente contradictorio. El que Dios asegura, pero no ejecuta la acción es prueba de que el hombre retiene su libertad. Que, aunque todas las acciones en realidad están determinadas por “leyes” y son reacciones a determinados estímulos (el conductivismo de Skinner), sabemos lo que una persona va a hacer, por lo tanto, esa libertad de decisión es aparente. Dice Berkhof, Pero ahora ya, generalmente, se reconoce que tal libertad de la voluntad es una ficción psicológica. “Esta libertad tiene también sus leyes, y a medida que las conozcamos mejor, estaremos más seguros de lo que un agente libre hará bajo determinadas circunstancias. Dios mismo ha establecido estas leyes.” Y claro, como nuestras mentes finitas se van a extraviar encontrando contradicciones, nos advierte: Naturalmente, debemos cuidarnos de que en nuestros conceptos acerca de la libertad en el sentido de una propia determinación racional, influyen conceptos deterministas, materialistas, panteístas y racionalistas. En otras palabras, “adopta nuestra definición de libertad y de decreto, no sea que vayas a confundir nuestra teología con determinismo, materialismo, panteísmo, racionalismo o peor; gnosticismo. Todo parecido entre los conceptos de decreto y libertad con algunos de los conceptos en esas corrientes de pensamiento son meras coincidencias o producto de la distorsión de tu mente finita.”

De ahí nos pasa a otro repaso sobre la definición de presciencia y la importancia del decreto en entender la misma. “Por su presciencia Dios conoce desde toda la eternidad la realidad futura de todos los acontecimientos. Está basada en su preordenación por medio de la cual El determina la seguridad futura de esos eventos.” Esta es su definición de presciencia. Dios preconoce porque decretó. Si Dios no asegura los acontecimientos no los puede conocer.  El arminiano, de consiguiente dirá que él no cree en una presciencia basada sobre un decreto que hace que las cosas resulten seguras, sino en una presciencia de hechos y acontecimientos que actúan contingentemente sobre la libre voluntad del hombre, y, por tanto, indeterminados. Ahora, semejante presciencia de las libres acciones del hombre puede ser posible si el hombre aun en su libertad actúa en armonía con leyes divinamente establecidas que una vez más introducen el elemento de seguridad; pero parecería imposible conocer de antemano los eventos que dependen enteramente de la decisión casual de una voluntad sin principios, que puede en cualquier momento volverse en diferentes direcciones, sin considerar el estado del alma, ni las condiciones existentes, ni los motivos que se presentan en la mente. Semejantes eventos solamente podrían conocerse de antemano como meras posibilidades. Aquí menciona a los arminianos. Aunque yo no soy arminiano sí concuerdo con que las acciones de los seres son libres para escoger entre todas las posibilidades y eso ni limita la soberanía de Dios ni limita su preconocimiento de los acontecimientos. Pero aquí vemos como el Dios de Berkhof no es capaz de conocer todas las posibles acciones a la vez en el tiempo sino solo aquellas que asegura que ocurran.  “semejante presciencia de las libres acciones del hombre puede ser posible si el hombre aun en su libertad actúa en armonía con leyes divinamente establecidas que una vez más introducen el elemento de seguridad;” Semejantes eventos solamente podrían conocerse de antemano como meras posibilidades. En otras palabras, si las acciones son indeterminadas, Dios no las puede conocer solo como meras posibilidades. Aquí Berkhof peca de un antropomorfismo antibíblico. Como Berkhof es incapaz de preconocer que acción ejecutaría una criatura libre que no se le ha prefijado la acción, y solo le sería posible por un proceso de eliminación las que serían posibles, pues de la misma manera como único Dios puede preconocer qué acción va a hacer una criatura es asegurando que ocurra y si no se asegura solo pueden ser conocidas como meras posibilidades.

El Dios de Berkhof es bien limitado. Yo vengo diciendo que como el futuro y el destino no existen y mucho menos que el devenir del universo ha sido decretado, solo existe en la mente de Dios todas las posibles acciones de todas las posibles criaturas que puedan existir (entrar en el tiempo), sin que Dios necesite crearlas o asegurarlas para conocerlas. Esa es mi definición de omnisciencia. Y así se revela Dios en la Escritura. Cuando Berkhof termina diciendo que semejantes eventos solo podrían conocerse de antemano como meras posibilidades es porque en su sistema ya dividió eventos decretados o asegurados de eventos posibles no decretados. Fuera de su sistema todos los eventos son meras posibilidades. Fuera de su sistema y entiéndase, en el relato bíblico, Dios ha asegurado un plan y unos acontecimientos en ese plan. Los demás eventos fuera de ese plan son todos posibles, todos preconocidos y a la vez, ninguno imprescindible para que se cumpla el plan de Dios. Los que Dios ha asegurado para que su plan se cumpla solo le resta a los eventos no asegurados la probabilidad o posibilidad de que impidan o estorben su propósito. Para nada les resta la posibilidad de que ocurran. Todos tienen la misma oportunidad de ocurrir dentro del marco de tiempo necesario para que ocurran. Ejemplo de esto lo vemos en todo lo que hizo el pueblo de Israel para impedir que el Mesías no viniera. Vemos al diablo y no a Dios incitando al pueblo a rebelarse contra Dios para provocar que Dios los destruyera. Sin embrago siempre hubo un remanente. Vemos en el caso de Conías (Joaquín) en Jeremías 22:30 cuando se interrumpe la línea de descendencia de los reyes de Judá y eso impediría que Jesús pudiera ocupar el trono de David. Dios no impidió que el pecado de los reyes de Judá llegara al extremo que Dios mismo tuviera que cortar la descendencia de Conías.

"Así ha dicho Jehová: Escribid lo que sucederá a este hombre privado de descendencia, hombre a quien nada próspero sucederá en todos los días de su vida; porque ninguno de su descendencia logrará sentarse sobre el trono de David, ni reinar sobre Judá." JEREMÍAS 22: 30 Según esto se interrumpió el plan de Dios de sentar a Jesús como un descendiente de David en su trono. Por eso, aunque vemos en Mat. 1 que Jesús era de la línea de los reyes de Juda por José, quedaba eliminado por la maldición de Jeremías 22:30, Sin embargo, en Lucas 3:23-38 se demuestra que Jesús sí tenía derecho al trono de David por la línea de Natán hijo de David. Aunque ahí dice que Jose era hijo de Eli, significa que era yerno al casarse con María que era la hija de Eli. La mujer perdía su identidad en la genealogía, Jose queda como hijo legal de Eli al casarse con María. Así vemos como aunque los eventos no asegurados por Dios interrumpieron el plan de Dios, no impidieron el plan de Dios. Eusebio en su historia de la iglesia, da otra explicación para armonizar las dos genealogías, yo use la de Dake’s Bible. A pesar de las diferencias ambas trazan la línea desde Jesús hasta David.