lunes, 1 de agosto de 2016

Los Por Qué del Quebrantamiento - Parte IV

En ésta parte vamos a ver cómo la carne, el alma carnal, se defiende para evitar la disciplina, el quebrantamiento y la muerte. Quiero aclarar que dividimos el alma en voluntad, mente y sentimientos para propósito del estudio, pero en la realidad operan entre mezclados cada “departamento” con el otro. Así mismo la Palabra, la obediencia, la adoración, el ES, etc., cuando son aplicados a un área en específico, afectan las demás y así también provocan reacciones contrarias. Me explico. Ud. toma la decisión de perdonar, pero los recuerdos y los sentimientos de rencor se “rebelan” y contra atacan para impedir que perdones.

Primero. Veamos la mente carnal operando. Si la mente carnal se le aplica la Palabra; ¿cómo la mente carnal trata de neutralizar su efecto?  Si la Palabra es la que utilizamos para traer nuestra mente a la obediencia, la mente va a querer distorsionar, negar, ignorar la Palabra. Vimos en Gen. 3 como Satanás estableció el método clásico para quitar el efecto de la Palabra.
                                                                              
Gen. 3:1 Distorsión. -Satanás distorsionó la Palabra. Dios dijo que se podía comer de todos menos de uno. La mujer contestó correctamente.
                     
Gen. 3:4 Negación. – Dios dijo: “moriréis”. Satanás dice lo contrario.

Gen. 3:5 Duda. – Satanás trae dudas sobre la intención y el propósito de Dios.
Aquí vemos distorsión, negación y duda. La distorsión trae confusión, la negación trae rebeldía y la duda trae desconfianza. Las otras herramientas que utilizamos para someter la mente carnal son la Mente de Cristo, la Guianza del ES y la Fe. La confusión es contraria a la Mente de Cristo, la rebeldía es contraria a la Guianza del ES y la desconfianza es contraria a la Fe.

A eso le añadimos que la fe viene por la Palabra. Rom 10:17. También en Heb. 4:12 dice que Jesús es el autor y consumador de la fe. Si dudo sobre el autor dudo sobre su obra. Por eso se enfatiza que no es creer en Dios sino creerle a Dios. Cuatro veces en la Biblia se dice que Abraham le creyó a Dios. Gen. 15:6, Rom. 4:3, Gal. 3:6 y Stgo. 2:23.                                                                                              
La mente caída va a tratar de interpretar la Palabra para no creerla. Como los hijos nuestros cuando se les manda a hacer algo y preguntan; “por qué”. Casi nunca preguntan para saber. Preguntan para no hacer. Cuando un niño es obediente actúa. Cuando un niño tiene una relación de confianza con su padre manifiesta una actitud de obediencia y aceptación. Así nosotros con Dios.  Si cultivamos una relación de amor y confianza, no solo en Dios sino también en su Palabra, cuando nuestra mente carnal echa a andar su programa caído, nuestro espíritu reacciona contra su razonamiento pues nos damos cuenta que cada pensamiento interrumpe la relación de amor y confianza. Fíjense lo que pasó en Edén. No solo se interrumpió la relación entre Dios y el hombre, se interrumpió entre Adán y Eva, y entre Adán y la creación.

Para resumir, la mente va a articular su resistencia al espíritu distorsionando, negando o dudando de la Palabra y de su Fuente. Sabremos que es la carne porque el fruto es interrupción de nuestra relación más la ausencia de los frutos del Espíritu. "¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz." SANTIAGO 3 :13-18

Segundo. Veamos los sentimientos carnales operando. ¿Cómo neutralizan las cosas de espíritu? Como son irracionales, no tienen mente propia, necesitan coger prestado de la mente para ganar apoyo. Vamos a Gen. 3:10. El miedo apareció primero. Después la justificación o racionalización de ése miedo. Los sentimientos son respuestas a experiencias, pero rara vez son razonables o en proporción a la experiencia, y luego se pierde la relación con la experiencia. Por eso cuando vamos a tratar sentimientos de enojo y/o culpa, tenemos que llevar a la persona a enfrentar la experiencia que lo provocó y entonces viendo la asociación de la reacción con el evento podemos traer sanidad a la persona. Por lo tanto, para evitar eso, los sentimientos tienen que ser canalizados para que se manifiesten en línea con el espíritu. Por eso tenemos que anteponerles la adoración, el agradecimiento, el contentamiento y la oración, para que cuando se manifiesten, lo hagan para adorar, agradecer, contentar y entrar en comunión con Dios.

Cuando David y Job adoraron lo hicieron en medio del dolor. Su dolor fué dirigido a Dios. Muchos de nosotros nos quejamos ante cualquier situación de dolor, pero ésa queja nos lleva a negar la fe y a negar la promesa de Dios. La queja alimenta la incredulidad, pero el dar gloria a Dios fortalece la fe. Num. 14, Heb. 3:19 y Rom. 4:20-22.                                                                                                        
Elías tuvo miedo, pero llevó su miedo en oración a Dios. 1 Rey. 19. La Palabra nos dice “echando toda nuestra ansiedad sobre El”, 1 Ped. 5:7. “Airaos, pero no pequéis”, Ef.4:26. En Ef. 4:30-32, vemos que las emociones carnales nos desconectan de Dios. Entristecen al ES. El ES es la fuente del dominio propio. 2 Tim. 1:7. 


De ésta manera la emoción carnal queda en control.

Las emociones se manifiestan sin permiso. Su disfraz, “me provocaron”, “si me buscan me encuentran”, “ése es mi la’íto débil”, “hasta aquí aguanto yo” etc. Anteriormente dije que los sentimientos le cogen prestado a la mente. ¿Qué le cogen prestado? Justificación. Los sentimientos solo tienen justificación si van abundar en los frutos del Espíritu. Gal. 5:22-23

Observa los sentimientos a la luz de la Palabra y no a la luz de los hechos.


La mente carnal va a resistir la Palabra con éstas tres cosas.







 Arma carnal            Efecto           Remedio

Estos cuadros arriba, muestran el mecanismo de la mente carnal, el efecto que producen y la herramienta a utilizarse.

Abajo los argumentos de los sentimientos carnales y la herramienta a usar.

Derecho a sufrir                                Adoración
Derecho a quejarse                          Agradecimiento
Inconformidad                                  Contentamiento
Incredulidad producto de
“racionalización” prestada
por la mente                                       Oración

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