domingo, 18 de septiembre de 2016

El Desierto - Parte V

En la sección anterior escribí por qué Dios se la pone difícil al que no quiere saber de Él. Ampliando sobre eso digo que quien muestra desinterés sobre algo tan valioso, Dios no le va a premiar su desinterés. De ahí los textos tan poco promocionales como “no tirar las perlas a los cerdos” y “sacudir el polvo de nuestros pies”. También tenemos "¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?" "Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios," ROMANOS 2: 5

Así que Dios no premia el desinterés o menosprecio de su oferta de salvación y por otro lado tampoco va a acomodar o a hacer más apetecible, cómodo o conveniente su oferta para que más personas se interesen. Dios pone su ofrecimiento difícil o simple o poco glamoroso para dejar claro que si uno se interesa en aceptar la oferta como Dios la presenta en Cristo, no hay excusa para aquel que no se interesa. Aunque se la pongan fácil no se va a interesar. "Mas ¿a qué compararé esta generación? Es semejante a los muchachos que se sientan en las plazas, y dan voces a sus compañeros, diciendo: Os tocamos flauta, y no bailasteis; os endechamos, y no lamentasteis. Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: Demonio tiene. Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: He aquí un hombre comilón, y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores. Pero la sabiduría es justificada por sus hijos” MATEO 11 :16-19 Si alguien puede responder es porque todos pueden responder. "Si yo no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendrían pecado; pero ahora no tienen excusa por su pecado." JUAN 15: 22 

Volviendo a la lección anterior y sobre por qué Dios te pone en situaciones de “desierto”, puede ser para que alguien en necesidad se acerque para saber cómo es que tú estás contento o conforme en una situación así. Son personas que están pasando por una situación igual a la tuya y quieren saber qué te sostiene. A lo mejor ellos te ven en un desierto que tú no ves. Y eso es precisamente lo que Dios usa para alcanzarlos. Ellos ven una respuesta en ti que a ellos se les escapó.

Por otro lado, Dios te pone en un desierto que solo para ti lo es cuando Dios lo quiere es tocar gente que ni siquiera saben que están en un desierto. Un ejemplo de Dios llevándote al desierto para alcanzar a alguien interesado lo tenemos en Hechos 8:26 "Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto." 

Un ejemplo de Dios llevándote a un desierto para alcanzar a alguien que ni sabe que está perdido lo tenemos en Hechos 16:23, El carcelero de Filipos.

Entrando en el tema de ésta sección al cual título El Desierto Como Escuela.  El tema: Dios te lleva para enseñarte.

Primero, Dios te lleva para enseñarte su ley.

"Los saqué de la tierra de Egipto, y los traje al desierto, y les di mis estatutos, y les hice conocer mis decretos, por los cuales el hombre que los cumpliere vivirá." EZEQUIEL 20: 10 El pueblo de Israel estuvo 430 años en Egipto. Primero “en las papas” y luego en la esclavitud. En ése periodo quedaron intoxicados de Egipto. Egipto era todo lo que conocían y tenían. No había tal cosa como una tierra prometida en sus mentes. No había tal cosa como una nación más poderosa que Egipto que los rescatara. Bueno o malo Egipto era pasado, presente y futuro. La situación llegó al punto descrito en Ex. 2:25. "Y miró Dios a los hijos de Israel, y los reconoció Dios.” Dios los reconoció cuando clamaron a El. Antes de clamar a Jehová no había Dios a quién clamar. No tenían a Dios en cuenta.

Si Dios los quería para cumplir su propósito en ellos, Dios tenía que sacarlos de lo conocido, de su realidad, de su experiencia. Manifestarse solo a ellos, sin distracciones, sin competencia. Desintoxicarlos, borrarles el programa de Egipto para luego enseñarles su ley, su carácter, su voluntad.

¿Logró Dios su propósito al llevarlos al desierto? NO y veremos por qué. Dios los sacó de Egipto, pero no pudo sacarles a Egipto del corazón.

"entonces les dije: Cada uno éche de sí las abominaciones de delante de sus ojos, y no os contaminéis con los ídolos de Egipto. Yo soy Jehová vuestro Dios. Mas ellos se rebelaron contra mí, y no quisieron obedecerme; no echó de sí cada uno las abominaciones de delante de sus ojos, ni dejaron los ídolos de Egipto; y dije que derramaría mi ira sobre ellos, para cumplir mi enojo en ellos en medio de la tierra de Egipto. Y no dejó sus fornicaciones de Egipto; porque con ella se echaron en su juventud, y ellos comprimieron sus pechos virginales, y derramaron sobre ella su fornicación. Aun multiplicó sus fornicaciones, trayendo en memoria los días de su juventud, en los cuales había fornicado en la tierra de Egipto. Y se enamoró de sus rufianes, cuya lujuria es como el ardor carnal de los asnos, y cuyo flujo como flujo de caballos. Así trajiste de nuevo a la memoria la lujuria de tu juventud, cuando los egipcios comprimieron tus pechos, los pechos de tu juventud." EZEQUIEL 20:7-8, 23: 8, 19-21 "Este es aquel Moisés que estuvo en la congregación en el desierto con el ángel que le hablaba en el monte Sinaí, y con nuestros padres, y que recibió palabras de vida que darnos; al cual nuestros padres no quisieron obedecer, sino que le desecharon, y en sus corazones se volvieron a Egipto," HECHOS 7: 38-39   Si eso fue sacándolos al desierto y mostrándoles su Gloria, imagínense si hubiera tratado de enseñarles su ley en Egipto.

Esto nos enseña que el desierto provee, propicia, facilita, incluso puede ser el propósito de Dios en llevarte ahí para la enseñanza, pero nada de eso garantiza el aprendizaje.

Tu puedes llevar el caballo al río a beber, pero no puedes obligarlo a beber. El desierto establece las condiciones para que ése corazón con déficit de atención hacia Dios, preste atención, pero no obliga al corazón a prestar atención. Tú tienes que obligarlo a que preste atención. "Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones, Como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto," HEBREOS 3: 7

"Circuncidad, pues, el prepucio de vuestro corazón, y no endurezcáis más vuestra cerviz." DEUTERONOMIO 10: 16

Esto nos lleva a lo segundo: Dios te lleva al desierto para exponer lo que hay en tu corazón. El éxito de aprender algo en el desierto va a depender de tu corazón. El objetivo de Dios en enseñarte su ley va a ser tu corazón. "Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos. Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, más de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre. Reconoce asimismo en tu corazón, que como castiga el hombre a su hijo, así Jehová tu Dios te castiga." DEUTERONOMIO 8:2,3, 5

Tercero: Si tu corazón está dispuesto, Dios te lleva para darte revelación.  En Gal. 1 17, Pablo dice que estuvo tres años en Arabia y Damasco (desierto), pero en el 11-12 dice que el evangelio le fue revelado directamente por el Señor. Deducimos que fue en ése periodo de aislamiento.

Cuarto: Dios te lleva a entrenarte para lo que viene. En Mateo 4:1 vemos que Jesús fue llevado al desierto para ser tentado por el Diablo. A veces tu desierto va a ser una batalla contra algo que Dios quiere que superes con su Gracia y Sabiduría.

¿A qué fue Jesús llevado al desierto? A prepararlo para todo el conflicto que enfrentaría en los próximos 3 años. Si Jesús era Dios, ¿no podía conquistar todos los conflictos? ¿No tenía la victoria asegurada? Cristo era todo Dios, pero también era todo hombre. Y como hombre tenía que vencer los mismos tres enemigos que nosotros tenemos que vencer; Al diablo, al mundo y a la carne. Vimos en la serie Como Bregar Con El Pecado, que éstos 3 enemigos están conectados entre sí y el peor es nuestra carne que nos traiciona con su capacidad de engañar y auto engañarnos y abre puertas al diablo y al mundo para que éstos tengan acceso a nuestro hombre interior.

Jesús tenía que ir al desierto a asegurarse que “la soga no partiera por el la’o más finito”; su carne. Pero ¿podía la carne de Jesús pecar? Teóricamente sí. "Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado." HEBREOS 4: 15

Si fue tentado es porque su carne era vulnerable. "sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido." SANTIAGO 1: 14 La carne de Jesús era casi como la de Adán, ambos fueron formados por Dios, pero Jesús tenía más carne que Adán pues heredó 23 cromosomas de María. Adán no tuvo madre. Sin embargo, Adán pecó sin haber conocido pecado. En ése sentido es que podemos teorizar que la carne de Jesús podía pecar. Si no podía pecar entonces fue un “show” y ¿dónde queda la gloria? ¿Dónde está el mérito?

Aparte de la teoría podemos aplicar el mismo análisis que utilizamos con la oración, si no lo necesitaba, lo hacía por amor. Si lo necesitaba, ¿cuánto más nosotros? Aplicamos lo mismo al desierto. Si no necesitaba ir al desierto para ser tentado, lo hizo por amor- ¿por amor al arte’, y si lo necesitaba; ¿cuánto más nosotros?  Como quiera Jesús es nuestro ejemplo. "Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas;" 1 PEDRO 2: 21

No hay comentarios:

Publicar un comentario