martes, 27 de septiembre de 2016

El Desierto - Parte VI

Hemos estado viendo como independientemente de la clase o proceso por el cual Dios te tiene en el desierto, uno de éstos o los tres a la vez, son el ambiente que Dios utiliza para facilitar el propósito suyo en ti. Es el “el caldo en donde Dios te va a guisar”. Contrario a la soledad, está la mucha compañía o responsabilidad con o hacia la gente, que te privan o deterioran tu intimidad con Dios. Entonces Dios te deja sólo para que lo atiendas a Él.                   
Contrario a la incomodidad, está la comodidad, la abundancia, el mucho tener y por lo tanto mantener, que te acaparan todo el tiempo y no te queda tiempo para ocuparte de las cosas del espíritu. Entonces el labrador tiene que “limpiar la vid” para que retoñe y vuelva a dar fruto.
                                                                
Contrario a la muerte, cuando tu vida la vives para ti, para el yo, para la carne; cuando tú mandas y no Dios, cuando son tus prioridades y no las de Dios, cuando son tus planes y no los de Dios, cuando son tus metas y no las de Dios, cuando eres tú pidiendo y no estás dando, cuando eres tú persiguiendo tus gustos sin preocuparte por agradar a Dios, cuando eres tú buscado tu propia justicia, defendiéndote, amontonándote valor propio, comparándote con los demás para quedar siempre bien, dando el máximo para ganar el reconocimiento de los demás y no el de Dios, Cuando diriges la empresa “Saca Pajas De Los Ojos y Algo Más .com”, Cuando vives para criticar, juzgar, “mejorar ”a los demás, porque ya terminaste contigo, cuando tu vida es yo, mío, conmigo, para mí, me gusta, me gustaría, dame, tú no me, to’pacá na’pa ‘llá, etc. etc…. Dios no te lleva al desierto. Convierte tu vida en un desierto y te mata en él. "Corrígete, Jerusalén, para que no se aparte mi alma de ti,para que no te convierta en desierto, en tierra inhabitada." JER. 6: 8 
                     
Hay cuatro formas de ir al desierto; Dios te lleva, alguien te hace huir allí, tú pecas y te ganaste un pasaje, tú decides ir.
                                                                                  
Hemos estado viendo cuando Dios te lleva, para qué te lleva. Para hablar a tu corazón, en la soledad, para usarte en el desierto y para enseñarte. Cuando te lleva para enseñarte vimos como lo hace para desintoxicarte, deprogramarte, y para poner su ley y su propósito en tu vida.  También lo hace para darte victoria sobre el diablo, el mundo y tu carne. Al igual que a Jesús; a prepararte para vencer todo conflicto que vayas a enfrentar más adelante.
                                           
En esta sección voy a tratar de cubrir las razones restantes por las cuales dios te podría llevar al desierto.
                                                                                                        
A. Meramente Dios te deja ahí.  "¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla?" LUCAS 15: 4
            
“Jehová es mi Pastor, nada me faltará, aunque ande en valle de sombra y de muerte no temeré mal alguno.” El Buen Pastor no peca de negligencia. El sabe tomar medidas para que el rebaño no corra peligro. David dejó las ovejas al cuidado de alguien. 1 Sam. 17:20. Cuando algo no se menciona en la Biblia es o porque es obvio o porque no es necesario. En Lucas es obvio que el propósito de la enseñanza no es que las noventa y nueve no importan, sino que la que se perdió es importante. Tan importante como para tomarse la molestia de buscar el mejor lugar para dejar las noventa y nueve, buscar a alguien que las vele e invertir tiempo en buscar la perdida. Al igual que en el Hijo Pródigo que el amor por el hijo que se fue no canceló el amor por el hijo que se quedó, Jesús estaba atacando en ése momento la actitud de los fariseos de “éste a los pecadores recibe y con ellos come”. Los fariseos con su escala de valores, padecían tanto de una actitud crónica para desahuciar gente, que prácticamente solo ellos se salvaban. Jesús quería dejarles claro que el Padre hacía todo lo posible por salvar a los desahuciados por ellos. Por lo menos dejó claro que estaba dispuesto a amarlos, aunque no tanto como a secuestrarlos.
                                                     
Aclaro esto pues alguien oye que el Padre hizo todo lo posible por salvarlos, que  al interpretarlo a la luz del “ay bendito” puertorriqueño, terminan pagándole el vicio al hijo adicto, cuidándole los hijos al hijo o la hija que fornican, no metiendo preso al hombre maltratante o que no paga pensión alimentaria, manteniendo al nene o a la nena de veinte que no trabaja pero que tampoco se decide qué va a hacer, no le ponen controles al hijo adolescente “para que no se rebele”, no le dan fuete al nene “para que no llore” y hasta le dan el bibí al nene de 6 o 7, etc. ,etc…
                               
Volviendo al desierto, Dios nos deja ahí no solo porque es lo conveniente, sino porque nos ama. Tenemos que creerlo. Si te quieres graduar tienes que creer en su amor. Más que en su soberanía, más que en su inteligencia, tienes que descansar en su amor. Recuerden que Dios te lleva al desierto a probarte “para saber lo que había en tu corazón”. Cuando estés ahí, observa qué brota de tu corazón. ¿Duda? ¿Enojo? ¿Tristeza? ¿Por qué? Tiene que salir amor, gozo, paz, etc.
                                               
B. Dios te lleva a descansar. "Él les dijo: Venid vosotros aparte a un lugar desierto, y descansad un poco. Porque eran muchos los que iban y venían, de manera que ni aun tenían tiempo para comer." MARCOS 6: 31
                                                     
Somos experto complicándonos la vida y si no, vivimos rodeados de gente que nos la quieren complicar. A veces las cosas se nos “salen de las manos” y Dios aplica un remedio drástico, te quita todo para que descanses. A veces dios te “saca de carrera” para que delegues el control. Queremos correrlo todo, estar en todo, supervisar todo, nos creemos imprescindibles, y talvez lo seamos. A veces creemos que estamos bregando con un “chorro” de incapacitados que no se les puede delegar nada, y talvez sea cierto. OK, pero te estás quemando. Entonces Dios programa un descanso terapéutico y pedagógico para nosotros. Nos lleva al desierto.
               
C. Dios te lleva para protegerte.  "Y luego que Faraón dejó ir al pueblo, Dios no los llevó por el camino de la tierra de los filisteos, que estaba cerca; porque dijo Dios: Para que no se arrepienta el pueblo cuando vea la guerra, y se vuelva a Egipto. Mas hizo Dios que el pueblo rodease por el camino del desierto del Mar Rojo. " ÉXODO 13: 17-18

Dios puede ver por nosotros a dónde nos llevan nuestras decisiones o lo que el diablo tiene preparado para nosotros que no vamos a poder enfrentar. Si estamos preparados “no problema”. Creceremos.  Si no, perdemos y nos atrasamos o retrocedemos. Y aunque Dios tiene toda la eternidad para lograr sus propósitos, nosotros no.
      
D. Dios te lleva para glorificarse. "Porque Faraón dirá de los hijos de Israel: Encerrados están en la tierra, el desierto los ha encerrado. Y yo endureceré el corazón de Faraón para que los siga; y seré glorificado en Faraón y en todo su ejército, y sabrán los egipcios que yo soy Jehová. Y ellos lo hicieron así." ÉXODO 14: 3-4
                   
Dios nos lleva a situaciones imposibles para que no quede duda de que Él es la solución. Él es la respuesta. Y lo que El hace lo hace de tal manera que lo contaremos de la misma manera siempre. "y tomó seiscientos carros escogidos, y todos los carros de Egipto, y los capitanes sobre ellos." ÉXODO 14: 7 El historiador Josefo dice que además fueron cincuenta mil jinetes y doscientos mil de infantería. Alguien dijo: si tu problema no requiere un milagro no cuentes conque Dios se presente. Si Dios te pone en una situación imposible, tranquilo. Él está a cargo.

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