Voy
a concluir por ahora los comentarios sobre Calvino para analizar brevemente la
teología de Berkhof, una de las teologías sistemáticas más utilizadas. Luego
definiré o expondré los estudios sobre la soberanía, elección y gracia, para
volver a los cinco puntos de Calvino o del calvinismo.
“Luego,
en resumen, la doctrina de Calvino sobre la predestinación se basa -o al menos
pretende basarse- no sobre la especulación acerca de la omnipotencia y la
presciencia de Dios, sino sobre el testimonio de las Escrituras. La
predestinación como conclusión lógica que se deduce de lo que la razón pretende
conocer de la naturaleza de Dios es algo que Calvino rechaza como un caso más
en que el orgullo humano pretende sobrepasar los límites de nuestra naturaleza.
La predestinación escrituraria es doble -es decir, hay predestinación para la elección,
así como para la reprobación- y no depende del conocimiento anterior que Dios
tiene de las acciones humanas futuras. Aunque esto es un gran misterio, tal
doble predestinación no disminuye la justicia y el amor de Dios. En cuanto a la
teología cristiana, la doctrina de la predestinación cumple en ella una función
doble, pues es a la vez una afirmación absoluta de la salvación mediante la
sola gracia de Dios y la base de la eclesiología.” Hemos venido viendo esta expresión
de que la predestinación de Calvino no se desprende de especulaciones sobre la
omnipotencia de Dios o su presciencia, desde el principio y de que se basa en
las Escrituras. Este fue el esfuerzo de Calvino en obviar las contradicciones
que surgen de las conclusiones de los anteriores. Para esto Calvino concibe una
soberanía más absoluta y en vez de una predestinación condicionada solo para
los salvos, concibe una doble; tanto para los salvos como para los réprobos y
una predestinación total para todo lo que acontece. De ahí que el decreto y por
lo tanto la elección preceden a la creación y vienen a ser el origen o la causa
de la salvación. Ante esta inevitable contradicción, hay que ir a la Escritura
a buscar textos que la apoyen pues la mayoría de los textos sobre la salvación,
como ya vimos en secciones anteriores, describen los mecanismos de la salvación
dependiendo de la fe del hombre en el sacrificio y resurrección de Jesucristo.
Por lo tanto, hay que imponer en todos los textos las definiciones que Calvino
establece para poder “ver” la predestinación de Calvino en ésos textos. Por eso
vemos que la mayoría de los creyentes a través de la historia no “ven” la
predestinación al leer la Biblia y solo la “ven” cuando un calvinista se las
hace “ver”. En otras palabras, solo cuando se da por sentado lo que el sistema
define como soberanía, elección, predestinación decreto, futuro, destino etc.,
es que las Escrituras sostienen el calvinismo. O sea, cuando dice “el testimonio de las Escrituras” es el testimonio de las Escrituras interpretadas con
las definiciones dadas por los calvinistas e impuestas sobre los textos, no las
definiciones construidas desde los textos.
La segunda oración dice: “La predestinación como conclusión lógica que se deduce de lo
que la razón pretende conocer de la naturaleza de Dios es algo que Calvino
rechaza como un caso más en que el orgullo humano pretende sobrepasar los
límites de nuestra naturaleza.” Esto
es un juego de premisas. Parte de la premisa que la predestinación es una
conclusión lógica. Es solo una conclusión lógica si aceptas de antemano que el
futuro existe porque aceptas de antemano el destino como explicación de la
realidad o al revés. Si partes de eso y después aceptas que Dios creó todas las
cosas, pues es lógico que Dios creó el destino y por lo tanto el futuro, y es
lógico que si lo hizo así es porque puede y porque quiere pues es soberano
absoluto. El problema con ésa lógica es que tu mente racional genera unos por
qué y para qué que te llevan a cuestionar la sabiduría y el amor de ese
soberano absoluto. Para economizarte el conflicto, es que te añaden que eso es “el orgullo humano que pretende sobrepasar los límites de
nuestra naturaleza.” Se da por sentado que la naturaleza humana tiene
límites por los cuáles le es imposible deducir la naturaleza Dios. Ir mas allá
de los limites es “pretensión”. Lo que no te dicen es que tú no eres capaz
tampoco de conocer cuáles son esos límites. Por lo tanto, solo el sistema
calvinista te ofrece la única forma de saber esos límites, de entender la
naturaleza de Dios y solo ese sistema te puede llevar a entender las Escrituras
correctamente. Solo estudiando las Escrituras como el sistema calvinista dice
con las definiciones construidas por el sistema, es que se puede entender la
predestinación absoluta.
“La predestinación
escrituraria es doble -es decir, hay predestinación para la elección, así como
para la reprobación- y no depende del conocimiento anterior que Dios tiene de
las acciones humanas futuras.”. Según el calvinismo, cuando leas la Biblia,
inevitablemente vas a encontrar la predestinación doble y vas a ver que no
depende del preconocimiento de las acciones de los hombres pues ya te
definieron que eso sería recompensar al hombre o castigarlo de acuerdo a sus
acciones y como ya te definieron que todo suceso tiene que depender de que Dios
lo haya decretado y predestinado totalmente independiente de la creación, por
eso te dicen que no puede depender del preconocimiento como lo utilizaron los
que propusieron la predestinación antes o aparte de Calvino. El problema con
ese postulado expresado en esa oración es que como hemos venido viendo, no solo
no hay texto que hable de predestinación doble, sino que no hay texto que hable
de la predestinación de nadie para que se salve o se pierda.
“Aunque esto es un gran
misterio, tal doble predestinación no disminuye la justicia y el amor de Dios.”
Se aclara que si tú pretendes
sobrepasar los límites que te impiden conocer la naturaleza de Dios y se te
ocurre que la predestinación doble es injusta, acepta que eso no contradice la
justicia y el amor de Dios y eso es un misterio. Cuando algo no te cuadre del sistema calvinista es
importante que aceptes que hay misterios, cosas no reveladas, voluntad oculta
de Dios y cosas inescrutable e incomprensibles de Dios.
“En cuanto a la teología
cristiana, la doctrina de la predestinación cumple en ella una función doble,
pues es a la vez una afirmación absoluta de la salvación mediante la sola
gracia de Dios y la base de la eclesiología.” Ya habíamos visto que Calvino va a utilizar la
doctrina de la predestinación para afirmar que la salvación depende de la gracia
y que la fe en Jesucristo y su expiación son solo accesorios utilizados por
Dios en implementar la salvación.
Vamos a examinar la teología de
Berkhof. Berkhof escribe su teología sistemática en los ‘40s y es muy estudiada
por los calvinistas. Comienza con la Existencia
de Dios, Nuestro conocimiento de Dios, Relación entre el Ser de Dios y los
Atributos de Dios, Los Nombres de Dios y luego Los Atributos de Dios. Aquí vemos que concluye que la mejor manera
de conocer los atributos de Dios es ver en las Escrituras cuáles y como Dios
los revela.
El único camino adecuado para obtener
perfectamente un conocimiento fidedigno de los atributos divinos es el estudio
de la revelación de Dios mismo en la Escritura. Cierto es que podemos adquirir
algún conocimiento de la grandeza y poder, la sabiduría, y bondad de Dios, por
medio del estudio de la naturaleza; pero aun para alcanzar un adecuado concepto
de estos atributos será necesario que volvamos a la Palabra de Dios. En la
teología de la revelación procuramos aprender de la Palabra de Dios cuales son
los atributos del Ser divino. En esto estamos 100% de acuerdo. En lo que no estamos de acuerdo es
cuando se construyen conceptos sin la Palabra y luego los usamos para
interpretar la Palabra.
Luego continúa con las
clasificaciones de los atributos, y en los llamados atributos comunicables
están los atributos intelectuales y es aquí cuando describe la omnisciencia que
vemos la predisposición a introducir conceptos que no salen de la Escritura. “Conoce
todas las cosas tal como están aconteciendo, conoce el pasado, el presente y el
futuro, y las conoce a todas en sus verdaderas relaciones.” Aquí vemos la primera predisposición aceptada y no
fundamentada en la Escritura y es que existe el futuro. Si van a la Parte 1 allí expliqué por qué no tenemos
que aceptar o concebir que hay un futuro posible, sino futuros. Dios no es
capaz de conocer un único futuro que el determinó que ocurriera, Dios es capaz
de conocer a la vez todos los posibles futuros y los imposibles también porque
ésa es precisamente la definición de omnisciencia. Luego pasa a explicar la
presciencia y los problemas que surgen según la definamos o definamos la
libertad del hombre.
“Hay un asunto, sin embargo, que demanda discusión especial. Es el que se
refiere al conocimiento anticipado (presciencia) que Dios tiene de las libres
acciones de los hombres, y por consiguiente de los eventos condicionales.
Podemos entender cómo Dios ejercita su presciencia en donde las cosas acontecen
de necesidad; pero encontramos difícil concebir esa presciencia acerca de las
acciones que el hombre origina libremente. Esta dificultad hace que algunos
nieguen la presciencia de las libres acciones y que otros nieguen la libertad
humana. Es del todo evidente que la Escritura enseña la presencia divina de los
eventos contingentes: 1 Samuel 23: 10 13; II Reyes 13: 19; Salmo 81: 14 y 15;
Isaías 42:9; 48: 18; Jeremías 2:2 y 3; 38; 17 20; Ezequiel 3:6; Mateo 11: 21;
además no nos deja ninguna duda con respecto a la libertad del hombre.
Verdaderamente, no permite negar ninguno de los términos del problema. Aquí
tenemos que hacer frente a un problema que no podemos resolver en forma
completa, aunque sí, es posible aproximamos a una solución.
Aquí
comienza reconociendo que hay un problema entre la presciencia y el libre
albedrío. Dice que no hay conflicto en entender que Dios conozca de antemano
las cosas que acontecen por necesidad, me imagino que habla de las leyes que
rigen el mundo material como expliqué en la parte 1. Dios sabe que una fruta
que se desprende de un árbol va a caer hacia el suelo. Pero dice o reconoce que
vamos a encontrar difícil entender cómo Dios puede preconocer las acciones que
el hombre va a cometer libremente. Pues el conflicto es para los que creen en
un destino y en un futuro. Es conflictivo pues ya definen que las acciones que
llaman libres fueron ordenadas por Dios y los que no necesitamos la
predestinación vamos a decir que, si son ordenadas, decretadas y preordenadas,
no es libertad y Dios es responsable de tales acciones ya sea que las efectúe o
que las permita. O sea, el conflicto lo crea, en este caso,
Berkhof, al comenzar definiendo como libres las acciones de un ser cuyas
acciones ya fueron determinadas desde antes de la creación por Dios. Si Berkhof
comienza diciendo que Dios ordenó las acciones que los hombres iban a cometer y
los creó después para que las hicieran y por lo tanto no son acciones libres
sino robóticas, bingo. No hay dificultad alguna.
Cuando dice que esta dificultad hace
que algunos nieguen la presciencia de las libres acciones y que otros nieguen
la libertad humana, se refiere a las distintas posiciones que presenté en la
parte 2 en donde vimos que entre los judíos hubo quienes negaron la soberanía
de Dios para salvar el libre albedrío y en el otro grupo están todos los
proponentes de la predestinación en donde redefinen la libertad, voluntad,
obediencia, responsabilidad de forma que acomode a sus respectivos sistemas de
predestinación. Berkhof aquí dice que hay libertad en el hombre pero como
veremos hay que redefinirla. Es del todo evidente que
la Escritura enseña la presencia divina de los eventos contingentes: 1 Samuel
23: 10 13; II Reyes 13: 19; Salmo 81: 14 y 15; Isaías 42:9; 48: 18; Jeremías
2:2 y 3; 38; 17 20; Ezequiel 3:6; Mateo 11: 21; además no nos deja ninguna duda
con respecto a la libertad del hombre. Eventos
contingentes son cosas que iban o podían pasar pero que no pasaron. Pero usa la
palabra presencia. Llevándonos a aceptar que Dios está en el acontecimiento, ya
sea ejecutándolo o permitiéndolo. Y da unos ejemplos. Veamos. "Y dijo David: Jehová Dios
de Israel, tu siervo tiene entendido que Saúl trata de venir contra Keila, a
destruir la ciudad por causa mía. ¿Me entregarán los vecinos de Keila en sus
manos? ¿Descenderá Saúl, como ha oído tu siervo? Jehová Dios de Israel, te
ruego que lo declares a tu siervo. Y Jehová dijo: Sí, descenderá. Dijo luego
David: ¿Me entregarán los vecinos de Keila a mí y a mis hombres en manos de
Saúl? Y Jehová respondió: Os entregarán." 1
SAMUEL 23 :10- 12
"Entonces el varón de Dios, enojado contra él, le dijo: Al dar
cinco o seis golpes, hubieras derrotado a Siria hasta no quedar ninguno; pero
ahora sólo tres veces derrotarás a Siria." 2 REYES 13
: 19
"En un momento habría yo derribado a sus enemigos, Y vuelto mi mano
contra sus adversarios. Los que aborrecen a Jehová se le habrían sometido, Y el
tiempo de ellos sería para siempre."
SALMOS 81
:14- 15
"He aquí se cumplieron las cosas primeras, y yo anuncio cosas
nuevas; antes que salgan a luz, yo os las haré notorias."
ISAÍAS 42: 9
"¡Oh, si hubieras atendido a mis mandamientos! Fuera entonces tu
paz como un río, y tu justicia como las ondas del mar."
ISAÍAS 48: 18
"Anda y clama a los oídos de Jerusalén, diciendo: Así dice Jehová:
Me he acordado de ti, de la fidelidad de tu juventud, del amor de tu
desposorio, cuando andabas en pos de mí en el desierto, en tierra no sembrada.
Santo era Israel a Jehová, primicias de sus nuevos frutos. Todos los que le
devoraban eran culpables; mal venía sobre ellos, dice Jehová." JEREMÍAS 2 :2- 3
"No a muchos pueblos de habla profunda ni de lengua difícil, cuyas
palabras no entiendas; y si a ellos te enviara, ellos te oyeran." EZEQUIEL 3: 6
"¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en
Sidón se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en vosotras, tiempo ha
que se hubieran arrepentido en cilicio y en ceniza." MATEO 11: 21
Estos textos los pone como ejemplos
de la presencia divina pero no veo en ninguno, salvo Salmo 81:14-15, en ninguno
veo que diga que Dios estaba presente ejecutando la acción. Demuestran
presciencia de lo que pudo haber pasado pero lo que pudo haber pasado dependía
de algo distinto que tuvo que haber ocurrido, no de que Dios determinó de
antemano ni lo uno ni lo otro. Y en el caso de David, es prueba de que porque
Dios diga que algo va a pasar no significa que va a pasar. Así que ninguno
prueba el decreto por el cual Dios determinó de antemano todo lo que iba a
ocurrir.
Luego al final de los textos añade: “además no nos deja ninguna duda con respecto a la libertad del hombre.” como
haciéndonos creer que sí, que creen en la libertad del hombre cuando más
adelante tiene que redefinir esa libertad pues como he dicho; el libre albedrío
es un estorbo para la soberanía absoluta que ellos presentan. Pero el problema no se resuelve. Verdaderamente, no permite negar ninguno de los términos del problema.
Aquí tenemos que hacer frente a un problema que no podemos resolver en forma
completa, aunque sí, es posible aproximarnos a una solución.
La tensión entre presciencia y las libres acciones de los hombres son un
problema difícil, para ellos. Es un problema por lo que ya expliqué anteriormente;
insisten en hablar de acciones libres cuando de antemano creen que son
decretadas por Dios. Veamos como lo intenta resolver Berkhof.
“Dios
ha decretado todas las cosas, y las ha decretado con sus causas y condiciones,
para que acontezcan en el orden exacto en que tienen que acontecer; y su
presciencia de las cosas futuras, y también de los eventos contingentes,
descansa sobre su decreto. Esto soluciona el problema, hasta donde concierne a
la presciencia de Dios.” Recuerden, el conflicto es, “si Dios sabía lo
que iba a pasar; ¿Por qué no lo impidió o por qué lo permitió?” Esto surge de
la premisa del destino y del futuro como seguros. Si algo es seguro, inevitable
e irreversible y Dios es el creador pues Dios es responsable. Pero eso hace a
Dios responsable del mal y Dios no puede ser responsable del mal. Hay que
absolverlo. Entonces como lo vimos en Calvino y ahora en Berkhof Dios es
soberano absoluto y hace lo que le place con sus criaturas y por eso se concibe
que decretó todo de antemano y como es justo, todo lo que decretó es justo
aunque a nosotros las criaturas caídas nos parezca misterioso, inescrutable,
inexplicable, etc. Y como concluye aquí, la presciencia de Dios descansa sobre
su decreto. Dios preconoce porque decretó. Por lo tanto lo que yo propongo, que
mi Dios no solo es capaz de conocer un solo futuro que el predestinó para que
ocurriera sino que es capaz de conocer todos los posibles futuros sin haber
creado ninguno en particular, mi proposición no resuelve el problema creado por
encajonar a Dios o limitar a Dios para que cuadre con una supuesta realidad
llamada el futuro o el destino. Hasta aquí Berkhof resolvió la presciencia,
para él. Para mí no pues yo no acepto un
Dios que solo puede conocer lo que él ha determinado que va a acontecer. Juey
saca’o. Eso es un Dios bien limitado. En
la siguiente sección veremos otros problemas que surgen y como Berkhof no los
resuelve.