En la sección pasada nos quedamos en el siguiente
párrafo sobre Calvino y le di algunos ejemplos de cómo La Biblia define
elección diferente a como Calvino nos hace el favor de definirla para nosotros.
“Los electos, por otra parte, pueden tener la
seguridad de su salvación. Esto no quiere decir que uno ha de confiar en su
propia fe, y de pretender que esa fe le asegura la salvación. Lo que quiere
decir es que quien tiene verdadera fe dirige su mirada a las Escrituras, y a
Cristo en ellas, y en él encuentra la seguridad de la salvación.”
Es
interesante que se use la frase seguridad de salvación. Una de las luchas más grande contra Roma va a
ser definir la salvación distinta a como la Iglesia Católica la definía. La
Iglesia Católica era la dispensadora de la salvación y se proclamaba como la
única autorizada a absolver pecados. De esa manera controlaban todo. Por lo tanto,
los reformadores tienen que convencer a la población de que la fuente de la
salvación no procede ni descansa en Roma. De entre varias cosas importantes que
logra la Reforma es devolver la autoridad a la Escritura y no a la iglesia ni
al Papa. Pero para mí el error o la deficiencia de la Reforma consistió en que
no comenzaron a construir su teología desde la Escritura sino que producto de
su educación , utilizaron las influencias de los teólogos como Agustín, la
racionalización de Tomás de Aquino, la influencia aristotélica que permeó toda
la filosofía medieval, la creación de una semántica que permitiera interpretar
la Escritura de una forma que acomodara a esa semántica y algunos proponen que
no se tomaron la molestia de depurar su teología de toda influencia gnóstica.
Otra cosa
interesante es que nadie trae a la discusión el hecho de que la Iglesia
Ortodoxa Oriental rechazó el calvinismo en la Confesiones de Dositheous en
1672. La Iglesia Ortodoxa fundamenta su teología en los padres de la iglesia y
en los concilios ecuménicos anteriores a la Reforma los cuales nunca plantearon
el conflicto entre la soberanía de Dios y la voluntad humana, como lo
plantearon Agustín y los reformadores. Varios académicos también atribuyen esta
diferencia a que la Iglesia Ortodoxa siguió utilizando las Escrituras en griego
y como cualquiera que entiende cómo opera la gramática griega, el griego utilizado
por los autores del NT no describe las dinámicas y las acciones de Dios como
nos las definen los que necesitan la predestinación.
Continuando
con el uso de la frase “seguridad de salvación”,
vemos que después de definirnos que depende de la soberana elección de Dios,
nos predisponen a creer que al ir a las Escrituras vamos a encontrar cómo
nuestra fe es irrelevante a nuestra salvación y que Cristo es solo el accesorio
utilizado por Dios para implementar su decreto eterno en sus elegidos. Pero
según ellos, no debes ver que la seguridad de salvación está en el decreto sino
en Cristo.
En la
sección anterior vimos que no hay texto que diga que Dios eligió a nadie para
salvarlo y luego mandó a Cristo a certificarlo. Dios eligió en Cristo a los que
creen para salvarlos. El calvinismo como venimos viendo desde Agustín, crea su
hermenéutica a base de sus conclusiones y luego utilizan esa hermenéutica para
imponer, interpretar e importar en el texto las definiciones del sistema
teológico. Cuando vemos texto por texto en su contexto, vemos que no proveen
para concluir que los escritores tenían la intención de que viéramos la
soberanía, la gracia, la elección, la fe, la salvación, la predestinación,
etc., como nos las define el calvinismo.
Continuamos;
“Es por esto que quienes tratan de penetrar los
consejos divinos sin las Escrituras se pierden en un abismo de desesperación,
mientras que quienes se acercan a ellas con verdadera fe encuentran consuelo y
seguridad en la doctrina de la elección.” A esto le dicen en inglés
“predicting programing”. Te están diciendo correctamente que tienes que ir a la
Escritura, pero no te instan a descubrir los consejos divinos en las
Escrituras. No hace falta pues los consejos divinos ya están definidos en la
teología dada por los reformadores. Cuando dice “se acercan a ella con
verdadera fe” la verdadera fe es la que ya te han definido aceptando de
antemano el eterno decreto de Dios para salvarte. Entonces lo que te dije
anteriormente: la seguridad de salvación no está en Cristo sino en la elección.
Cuando te habla de los “que se pierden en un abismo de desesperación”; ¿quiénes
son? No son los réprobos o elegidos para perdición los que buscan los consejos
divinos, pues ya te definieron que están tan depravados que ni les interesa salvarse.
Tienen que ser los elegidos para salvación que son a quienes Dios les puso el
deseo de salvarse, que si intentan buscar los consejos divinos fuera de la
teología calvinista se van a “perder en un abismo de desesperación”, o sea, tú
y yo si intentamos entender la salvación fuera del modelo calvinista.
La
experiencia de millones de cristianos a través de la historia no ha sido que se
convierten leyendo la Biblia o escuchando el evangelio fuera de la teología
calvinista y por eso “viven en un abismo de desesperación” hasta que alguien
les explica el modelo calvinista. El problema de inseguridad de salvación en un
creyente no se debe a un déficit de calvinismo en su formación cristiana. Se
debe a mal discipulado, a una forma inadecuada de bregar con su carne, a
manipulación de líderes y sectas que buscan controlar y a una relación
defectuosa con su salvador. Pero la mayoría de los cristianos que han tenido
una experiencia de conversión no tienen necesidad de seguridad de salvación
porque su relación es su seguridad. Cristo vino a su vida y el conocerlo y
obedecerle dirige y mantiene su andar con Dios en una relación de amor que los
lleva a entregar sus vidas en el martirio sin nunca haber sido expuestos a la
teología calvinista. No estoy diciendo que los calvinistas no disfrutan de una
relación fructífera con el Señor, lo que estoy diciendo es que el calvinismo es
irrelevante para tener una relación más profunda o fructífera con el Señor, que
es la oferta que te hacen.
Es cierto
que miles de creyentes padecen del miedo a perderse o perder su salvación. Pero
la solución no es la predestinación absoluta de Calvino o las propuestas de
salvo siempre salvo. Ambas presentan el riesgo de tener una hermenéutica
defectuosa y de depositar la seguridad de salvación en lo que no es, aparte de
que la oferta que se le hace al mundo del evangelio es engañosa en el caso del
calvinismo y centrada en el interés del individuo en el caso de SSS. Sobre
tener una hermenéutica defectuosa, es lo que estamos viendo desde el principio
de la serie. Sobre el depositar la seguridad de la salvación en lo que no es,
me refiero en el caso del calvinismo, a que la seguridad se deposita en un
concepto erróneo de la soberanía, la elección, la gracia, la fe, la salvación,
etc., y no en creer en lo que la Biblia nos dice de Cristo como único y
suficiente método de salvarse. SSS va a fundamentar la seguridad de la
salvación en una garantía de no perderse en vez de fundamentarla en la eficacia
e inmutabilidad de lo que Cristo hizo con su muerte y resurrección. SSS propone
una garantía de salvación que ni Adán tuvo. Si Cristo vino a resolver los
efectos de la muerte de Adán, en la relación de Adán con Dios no estaba
incluida la seguridad de salvación o dicho de otra forma, la seguridad de la
permanencia de la relación perfecta que tenía Adán con Dios. En Cristo somos
restituidos a la misma libertad que tuvo Adán antes de caer y esa libertad no
incluía el no desobedecer a Dios. Claro, si aceptamos la teología calvinista
que nos dice que Dios decretó desde la eternidad hacer al hombre libre, pero
decretó hacerlo caer y eso es perfectamente lógico y racional y sobre todo
bíblico, pues mi argumento no procede.
Cuando digo
que se le hace una oferta al mundo engañosa , en el caso del calvinismo, se le
ofrece al mundo la salvación en Cristo sin decirle (ni en letras chiquitas),
“que muchos son los llamados y pocos los escogidos”, texto favorito de los
calvinistas, sin decirle que Cristo no murió por todos, y sin decirle que solo
los elegidos desde antes de la fundación del mundo son los que van a creer y
arrepentirse.
En el caso
de los SSS, la oferta engañosa es que en vez de apelar a querer tener una
relación con Cristo, se apela al interés personal de adquirir algo sin riesgo,
sin responsabilidad y sin mantenimiento, como el que solo acepta que le regalen
un carro si le incluyen el mantenimiento, la gasolina y el marbete de por vida.
(y aquí reconozco que peco de usar argumentos no bíblicos que es lo que hacen
los calvinistas) o para usar un ejemplo “más bíblico, que el hijo pródigo
aceptara quedarse con la condición de que el padre lo encadenara para que no se
volviera a fugar.
Claro,
sabemos que ninguno de los dos sistemas se arriesgan a utilizar sus respectivas
teologías a la hora de evangelizar, pero sí son las que utilizan con los
convertidos a la hora de buscar prosélitos, perdón, a la hora de sacar de su
error a todos esos cristianos que no reconocen que Dios está en control de todo
y por lo tanto le están restando gloria a Dios, o a la hora de ofrecer solución
a su problema de inseguridad, ofrecen su particular forma de interpretar las
Escrituras como si fuera la única forma de interpretar.
Si no estás
seguro de tu salvación, es porque tu relación con el Señor está incorrecta. En
un matrimonio, la pareja no está buscando seguridad en la relación. La relación
es la seguridad. Si es porque hay un pecado en tu vida que nos has podido tomar
el dominio, recuerda que no somos deudores a la carne (Rom.8:12). Tenemos todas
las herramientas en Cristo para crucificar nuestra carne. Si te han enseñado
que si pecas te pierdes, eso no lo enseña la Biblia, la Biblia enseña que si
pecas y no aplicas el remedio, es porque no te interesa tu relación con el
Señor, pues enseña que “el pecado ya no se enseñoreará de vosotros (Rom. 6:14),
enseña que si vives para la carne, no te interesa tener una relación con el
Señor, pues los que viven para la carne no pueden agradar a Dios (Rom. 8:8),
enseña que si no obedeces al Señor es porque no te interesa tener una relación
con el Señor pues el Señor definió la relación con El como “el que me ama
guardará mi palabra” (Jn. 14:23), y todo eso se resuelve si tú valorizas o te
importa tener una relación con el Señor, no cambiando tu teología. Dios ha
provisto para que el pecado no te separe de Él.
Para lo que
Dios no ha provisto es para tú incredulidad. Sin fe es imposible agradar a
Dios. Por eso las advertencias tan severas y contundentes en la carta a los
Hebreos para la incredulidad. Dios solucionó en Cristo lo que el hombre no
podía solucionar que era el pecado. Lo que Dios no le solucionó a nadie fue el
problema de la incredulidad pues eso te toca a tí. El verbo creer aparece 248
veces en el NT y siempre es en voz activa, o sea, el hombre ejerciendo la
acción de creer.
Si te han metido
miedo con que vas a perder tu salvación, como yo lo hice al principio, no se
pierde la salvación. Se sabe dónde está y como obtenerla. Que tú no quieres ir
donde ella o salirte de donde estás, o no quieres someterte a las condiciones
para obtenerla y disfrutarla, eso es tu decisión. Yo enseño que te pierdes tú,
no tu salvación. Tu salvación está segura. Es eterna. Fue completada. Por eso
hay textos que hablan de seguridad de salvación. En esos textos el objeto es la
salvación. Hay textos que hablan de perderse, caer, extraviarse. ¿Cómo es
posible que se hable de perder una salvación segura, eterna y perfecta? Porque
en esos textos se pierde el individuo, no la salvación. Utilizando la
definición que les mostré sobre la gracia, que no necesita ser recibida para
ser gracia; la salvación no depende de que nadie se salve para ser salvación.
Era salvación en la mente de Dios antes de la creación.
La salvación
es como el mar alrededor de Puerto Rico; no importa en qué punto de la isla te
encuentres, si caminas en línea recta vas a llegar al mar. Si te metes o no,
depende de tí. Si te quedas en el mar o te sales, depende de tí no del mar. El
mar siempre ha estado ahí y disponible para tí desde antes que tú nacieras y
seguirá estando ahí y disponible para tí aunque tú no te metas.
La Biblia
enseña que la salvación está en Cristo. Calvino enseña que está en la elección.
Si está en Cristo depende de una relación tuya con El. Si está en la elección,
no depende de tí, depende de la elección. Claro tú decides qué te conviene
creer. Si tener una relación con Cristo no te provee suficiente seguridad y
creer que Dios te eligió para creer en Cristo sí te da seguridad, pues yo no me
puedo meter en eso. Lo respeto. Ahora lo que tú decidas no me obliga a mí a
fundamentar mi fe en textos que no veo sobre que la elección es la que salva
cuando veo todos los textos que me dicen que creer en Cristo es lo que me
salva. Así que para no divagar más sobre la seguridad de salvación. Volvamos al
texto sobre Calvino. “Quienes tienen verdadera fe no
confían en sí mismos, sino en Cristo, y tienen así una seguridad que es al
mismo tiempo humilde. Esto no destruye su pecado. Siguen siendo ovejas
descarriadas. Pero su seguridad les mantiene en esa confianza de Cristo que es
el único camino que lleva a la salvación.” Aquí te venden que la
verdadera fe es no confiar en sí mismo. Estamos de acuerdo. Pero lo que están
sugiriendo es que solo los que aceptan el modelo calvinista tienen verdadera fe
pues ya definieron que cualquier otra forma de concebir la predestinación es
“robarle la gloria a Dios” y “mostrar su propia rebeldía” o “sujetarle a nuestro propio entendimiento” y
sugieren que esos son los humildes.
Cuando dice que esa confianza es el único camino que lleva a la
salvación, es que porque fuiste elegido, Dios te lleva al camino para que te
salves, no es que oíste del camino y decidiste andarlo.
Por último,
vamos a ver como Justo González resume la predestinación de Calvino. “Contra esta doctrina se pueden plantear varias objeciones.
La primera es que, aunque Dios sí escoge a algunos para salvación, Dios no
predestina a otros a la condenación. Calvino piensa que tal idea es pueril. La
elección no tiene sentido si no hay también reprobación. Lo que es más, todos
los decretos divinos son activos, y aunque es cierto que quienes perecen se
condenan por su propio pecado, Dios decide activamente reprobar!os. En segundo
lugar, alguien puede objetar que esta doctrina presenta un Dios injusto que
condena a algunos por pecados que todavía no han cometido. Calvino responde que
la medida última de la justicia es la voluntad de Dios, la cual es su propia
ley, y que por tanto los decretos de Dios son justos, no importa lo que
pensemos de ellos. En tercer lugar, tal parecería que Dios primero predetermina
que hemos de pecar y luego nos castiga por pecar. A tal objeción no hay otra
respuesta que afirmar que la voluntad de Dios es incomprensible y misteriosa,
pero que sí sabemos, gracias a la revelación, que Dios es justo, que hemos
pecado, y que los réprobos serán condenados por sus pecados. Cómo todo esto
pueda ser cierto al mismo tiempo, nos es imposible decirlo.”
Por supuesto que se pueden plantear varias
objeciones. La primera es contra la predestinación doble. Habíamos visto anteriormente que Calvino se
fue al extremo. Dios predestinó todo ¿y que´? Un soberano absoluto lo hace y
nadie debe tener problema con eso. La segunda Calvino establece que por más
injusto que nos pueda parecer un decreto de Dios, es justo porque sí. En la
tercera, como parece que es bien difícil probar que Dios no es el autor del
mal, pues se recurre a la voluntad misteriosa e incomprensible de Dios y como
reconciliar que Dios crea gente para que peque para luego condenarlos,
reconciliarlo con que Dios sea justo, concluye el mismo Justo; “nos es
imposible decirlo”.
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