En la sección anterior nos quedamos en la definición
de Calvino; «Llamamos
predestinación al eterno decreto de Dios, por el que ha determinado lo que
quiere hacer de cada uno de los hombres». Utilizando Efesios 1:3-23, vimos que lo que se
predestina en ese capítulo, lo que se decreta, para nada se
refiere a lo que “Dios quiere hacer de cada uno de los hombres”. Vimos que la
predestinación mencionada no es “el decreto” que Calvino define, y vimos que la
palabra soberanía ni aparece en RV. Les dije que Dios, de la misma manera que
no prueba su existencia en la Biblia, tampoco prueba su soberanía. En la Biblia
sencillamente Dios se muestra por encima de todos los señores y reyes. Vimos
que la palabra soberano se utiliza en el NT solo 4 veces y se traduce de 3 palabras
distintas. La palabra más utilizada para referirse a Jesús es kurios y aparece
766 veces en el NT. De esas 766 se utiliza para Jesús 759. Por lo tanto, no
vemos en el NT la intención de Dios en revelarse como el soberano absoluto que
hace que todo acontezca, ni por su decreto ni por su intervención directa en
cada suceso.
La palabra decreto en el VT se usa para los
mandamientos y juicios decretados por Dios y por los monarcas y nunca para
decretar nada desde antes de la creación.
No es correcto utilizar la definición de predestinación citada de Calvino y
sobreponerla en cada verso que se menciona un decreto o declaración de Dios
para que lo interpretemos como que Dios predestinó cada acontecimiento desde
antes.
También vimos que hay 3 textos que claramente dicen que
Dios no está ejerciendo su soberanía, sobre todo. Cuando veamos la soberanía,
veremos cómo los textos utilizados por los que necesitan la predestinación para
probar que nada acontece fuera de la acción directa de Dios, cuando los veamos
a la luz de sus contextos, se refieren a que es una intervención soberana de
Dios en ese momento específico.
Hemos venido viendo que los que proponen la predestinación,
construyen sus definiciones de unas premisas erróneas para explicar unos
hechos, y luego van a la Biblia a buscar textos que apoyen o prueben esas
definiciones. Lo vimos con la gracia, soberanía, predestinación, libertad,
destino etc., y ahora vamos a ver elección.
La
doctrina de la elección se encuentra en todo el Antiguo Testamento, donde
constantemente se describe a Israel como el pueblo elegido de Dios, elección
que no se basa en una acción o decisión por parte de Israel, sino en el decreto
soberano de Dios. Lo que, es más, no todos los descendientes de Abraham son
electos, sino sólo algunos de entre ellos. Por último, algunos son escogidos
individualmente, como se afirma en numerosos pasajes del Nuevo Testamento, especialmente en
Romanos y Gálatas. De acuerdo con todo (excepto "decreto soberano de Dios que la frase no sale de ningún texto y pudo haber dicho "por voluntad de Dios").
Lo que no se aclara es que la elección de Israel no tiene que ver con la
salvación de nadie.
La elección de Israel es para ser una nación santa,
para dar a conocer la revelación de Dios y para traer al Mesías. De la misma
manera que nadie se salvaba por obedecer la Ley, nadie se salvaba por
pertenecer o hacerse parte de la nación de Israel. El decreto de la elección
no depende de la presciencia divina. La predestinación no es sencillamente la
decisión por parte de Dios de tratar con una persona según lo que ya Dios sabe
que esa persona va a hacer, y recompensando así sus acciones y actitudes
futuras. Al contrario, afirmar que la elección es un decreto soberano implica
que no depende de acción humana alguna, pasada, presente o futura. Es una
decisión independiente por parte de Dios. De acuerdo con todo. Dios elige para lo que la da gana
cuando le da la gana. Lo que no aclara es que Dios no elige para salvación o
perdición a nadie. No hay tal pasaje en la Biblia.
Lo
mismo es cierto de los réprobos. Dios decide de manera activa no darles el oír
la Palabra, o hacerles oírla de tal modo que sus corazones se endurezcan. De
manera misteriosa que nadie puede penetrar, los réprobos son justamente
condenados, y en esa condenación se exalta y sirve la gloria de Dios. Aquí de momento introduce a los
réprobos, dando por sentado que Dios los eligió para perderse, aunque en el
párrafo anterior no especifica que la elección es para salvación. Pero así
hacen con todo pasaje que menciona o contiene la palabra elección. No importa
que Dios haya elegido para una cosa o propósito específico que no tenga que ver
con la salvación, todos “prueban” que Dios eligió a unos para salvarse y otros
para perderse. Lo curioso de este párrafo es que los réprobos que según Calvino
están tan depravados que ni tan siquiera se quieren salvar, Dios tiene que
“ayudarlos” negándoles la palabra o endureciéndolos para que ninguno “se le
vaya a colar”. La misma ridiculez que vimos en el argumento de por qué la
gracia tiene que ser irresistible, aunque la Biblia no habla de tal disparate.
Lo otro curioso de este párrafo es que si alguien racionalmente cuestiona como
Dios puede ser justo eligiendo a alguien para perderse, y que al condenarlos
eso glorifica y exalta a Dios, eso es “algo misterioso que nadie puede
penetrar”. En otras palabras; si no te cuadra el esquema calvinista, es porque
tú no entiendes que esos son misterios de Dios.
Los
electos, por otra parte, pueden tener la seguridad de su salvación. Esto no
quiere decir que uno ha de confiar en su propia fe, y de pretender que esa fe
le asegura la salvación. Aquí se promueve la noción
calvinista de que no es la fe la que salva sino
el decreto de Dios manifestado en la elección. No
importa cuantos textos relacionan la fe con la salvación y la justificación y
ninguno relacionando elección con salvación, tienes que dar por sentado que la
salvación depende de la elección y no de la fe. Lo que
quiere decir es que quien tiene verdadera fe dirige su mirada a las Escrituras,
y a Cristo en ellas, y en él encuentra la seguridad de la salvación. Aquí
te predisponen a que cuando vayas a las Escrituras “encuentres” que la
salvación depende única y exclusivamente de la elección sin importar cuantos
pasajes hablen de la salvación y justificación junto con la fe y ninguno sobre
la elección.
La palabra
elección aparece 4 veces en el NT. Rom. 9:11 y 11:28, 1 Tes. 1:4 y 2 Ped. 1:10.
"(pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún
ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección
permaneciese, no por las obras sino por el que llama)," 9:11
"Así que
en cuanto al evangelio, son enemigos por causa de vosotros; pero en cuanto a la
elección, son amados por causa de los padres." 11: 28
"Porque conocemos,
hermanos amados de Dios, vuestra elección;" 1 TES. 1: 4
"Por lo
cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección;
porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás." 2 PEDRO 1: 10
En Rom. La elección de Israel no tiene que ver nada
con nuestra salvación y todo con la elección de Israel como nación. Si lees los
3 capítulos del 9-11, verás que su perdición no depende de haber sido elegidos
sino de su incredulidad que es la razón de su presente estado. Toda la carta habla
de la justificación por la fe y la elección de Israel no les da ninguna
ventaja. O creen o se pierden. No importa cuán firme e irrevocable es la
elección serán injertados en el olivo cuando no permanezcan en incredulidad
(11:22-23). Ninguno de los ejemplos utilizados en el pasaje para ilustrar la
elección son ejemplos de salvación. Son ejemplos de como Dios interviene
soberanamente en la vida de los individuos para mostrar su gloria y cumplir su
propósito.
En 1 Tes. 1:4, la elección es confirmada por ser
“amados de Dios” y “por la obra de vuestra fe, del trabajo de vuestro amor y de
vuestra constancia en la esperanza de nuestro Señor Jesucristo”, que concuerda
con Ef. 2:10 que son las “buenas obras para las cuales fuimos creados y que
Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”. Como expliqué en la
sección anterior, Ef. 1 nos demuestra que Dios no predestinó a nadie para salvarse,
sino que predestinó a los salvos para ser y participar de ciertas cosas que
fueron predestinadas. De la misma manera en este pasaje, la elección mencionada
no es para que se salvaran, sino la elección para manifestar las cosas que los
tesalonicenses estaban mostrando. Por eso “conocemos de vuestra elección”.
En 2 Ped. 2:10 la elección mencionada no aparece sola
sino junto con vocación. Esa vocación es el llamado. En la Parte 13 hice la
exégesis del cap. 8 de Rom. Y expliqué que el llamado es para ser respondido y
llamó después de predestinar porque no predestinó individuos sino condiciones y
luego llama a los que quieran participar de esas condiciones. De la misma
manera, aquí la elección es sobre condiciones para salvarse y no sobre
individuos para salvarse. Aquí vemos que aunque Pedro da por sentado la
seguridad del llamado y la elección de parte de Dios, exhorta a hacerla firme
(el verbo es continuo) para asegurar el resultado final. Lo mismo que les
mostré en la parte 1 cuando analicé Fil. 2:13; Dios pone el querer y el hacer
por su buena voluntad, no significa que nos obligó a creer, sino que toda la
carta va dirigida a salvos y qué cosas tienen que hacer para lograr el
resultado final.
Cuando digo que Pedro da por sentado la elección es
porque lo dice en 1 Ped. 1:2, elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del
Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y
paz os sean multiplicadas.".
Este pasaje según los que necesitan la predestinación
dice que a los que Dios sabía de antemano que iban a aceptar el evangelio Dios
los escogió según Agustín o Dios eligió quienes iban a ser santificados en el
Espíritu y eligió a quienes iban a obedecer y eligió
a los que iban a ser rociados con la sangre de Jesucristo según Calvino. Si el
texto hubiera dicho “elegidos según la presciencia de Dios para obedecer y ser
rociados” pues yo no podría refutarlo. Pero al poner primero la condición “en
santificación del Espíritu”, tengo que buscar en la Biblia como ocurre esa
santificación. Encuentro que la santificación viene por la obediencia y la
obediencia es respuesta del hombre.
"En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de
Jesucristo hecha una vez para siempre." Heb. 10: 10 ¿Cuál voluntad?
"y diciendo luego: He
aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para
establecer esto último." 10: 9 En
otras palabras; obedezco y soy santificado. Sin obediencia no obtienes nada. "porque os es necesaria la
paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la
promesa." 10: 36 "Y nosotros somos testigos
suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los
que le obedecen." HECHOS 5:
32 Veamos otros textos sobre santificación.
"Hablo
como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad
presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad,
así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la
justicia." ROMANOS 6: 19
"Mas ahora
que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por
vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna." ROMANOS 6 : 22 El 19 dice que para ser santificados,
tenemos que presentar nuestros miembros para servir a la justicia. Se me parece
a obediencia. El 22 dice que el fruto de haber sidos libertados del pecado es
la santificación. ¿Y cómo somos
libertados del pecado? "Pero gracias a Dios, que
aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido (voz activa)de corazón a
aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados;""y
libertados (voz pasiva)del pecado, vinisteis a ser siervos de la
justicia." 6 :17-18
Obedecemos (nosotros) y Dios nos liberta del pecado y luego somos santificados.
"y por
quien recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas
las naciones por amor de su nombre;" ROMANOS 1: 5
"pero ira
y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen
a la injusticia;" ROMANOS 2: 8
"Mas no
todos obedecieron al evangelio; pues Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a
nuestro anuncio?" ROMANOS 10: 16
"Y aunque
era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia;"
"y
habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos
los que le obedecen;" HEBREOS 5: 8-9
Según veo en estos pasajes, la obediencia es causa y
requisito para obtener la salvación, el Espíritu Santo y la santificación.
¿Cómo más obtenemos santificación?
"Santifícalos
en tu verdad; tu palabra es verdad.""Y por ellos yo me santifico a mí
mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad." JUAN 17 : 17 y 19"para santificarla, habiéndola purificado en
el lavamiento del agua por la palabra," EFESIOS 5 : 26 La palabra santifica.
"Por lo
cual también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre,
padeció fuera de la puerta." HEBREOS 13 : 12
La sangre también santifica.
"Y el
mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu,
alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor
Jesucristo." 1 TESALONICENSES 5: 23
Así que volviendo a 1 Ped. 1:2 y y su otro pasaje
“gemelo”
"elegidos según la presciencia de Dios Padre en
santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de
Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas." "Pero nosotros debemos dar siempre
gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios
os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación
por el Espíritu y la fe en la verdad," 2 TES. 2 : 13, el ser elegidos desde antes no
significa haber sido elegidos para ser salvos sino que fuimos elegidos para que
habiendo obedecido al evangelio, fuésemos rociados con la sangre y entonces
fuésemos santificados por el Espíritu.
Cuando dice “según la presciencia de Dios” y “desde el principio para
salvación” no es “el decreto de Dios para determinar lo
que va a hacer de cada uno de los hombres”. Significa que Dios eligió,
escogió y decretó salvar a los que le van a amar que son a los que conoció,
(vean el análisis de Rom. 8:28-32 en la Parte 13), eligió, escogió y decretó
santificar a los que van a obedecer el evangelio. Dios no eligió individuos,
eligió condiciones. Fíjense que todo esto se le dice a los salvos. Nunca a
incrédulos. A los incrédulos se les ofrece la oportunidad de obedecer el
evangelio. No se les elige para salvación.
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