Se
conoce como destino
la fuerza sobrenatural
que actúa sobre los seres humanos y los sucesos que éstos enfrentan a lo largo
de su vida. El destino sería una sucesión
inevitable de acontecimientos de la que ninguna persona puede escapar.
La
existencia del destino supone que nada ocurre por azar, sino que todo tiene una
causa ya predestinada,
es decir, los acontecimientos no surgen de la nada sino de esta fuerza
desconocida.
La
corriente filosófica del determinismo
señala que todos los pensamientos y acciones humanas se encuentran causalmente
determinados por una cadena de causa y consecuencia. Para el determinismo fuerte, no
existe ningún suceso que sea azaroso, mientras que el determinismo débil
sostiene que existe una correlación entre el presente y el futuro sometida la
influencia de sucesos aleatorios. Para
muchas religiones, el destino es un plan creado por Dios que no puede ser alterado por los seres
humanos. El cristianismo, (no calvinista), en cambio, no cree que exista una predestinación
absoluta y sostiene que Dios ha dotado al hombre del libre albedrío (el poder
para tomar sus propias decisiones).
Las
personas que creen en la existencia de un destino predeterminado suelen
consultar a especialistas en el campo de las ciencias ocultas para que les digan qué es lo que les espera en el futuro. En tal caso, suele realizarse la
lectura de la línea de la mano, donde éste se plasma, según lo afirman quienes
creen en esas cuestiones.
En otro
sentido, menos filosófico y simbólico,
el destino es un punto de llegada o una meta. Suele utilizarse para referirse
al lugar adonde se viajará en un determinado momento. En las carteleras de
estaciones de autobuses, por ejemplo, puede leerse bajo el título de “destino”
los distintos puntos a los que viajan los autobuses. “Mañana salimos de viaje con destino a las playas del Caribe”,
“Necesito un boleto con destino a Mar del Plata”.
La predestinación y la voluntad
de los individuos
Se
conoce como predestinación una doctrina religiosa que analiza y discute la
relación que existe entre el principio y el destino de las cosas y sucesos.
Se
diferencia de otras teorías, como el determinismo, e incluso el
libre albedrío, en que asegura que los acontecimientos del origen de la
creación y la posterior evolución están vinculados estrictamente con la
decisión de Dios, lo que determinaría que lo que nos sucede también ha sido
contemplado por este ser superior.
Este
concepto se encuentra íntimamente relacionado con la idea de la omnisciencia de
Dios (que todo lo sabe). Se cree que Dios conoce el destino del Universo desde
antes de que este existiera; en este sentido el destino estaría sujeto a la voluntad de esta deidad.
Esto es
una definición corta y simple del destino. La pregunta que nos tenemos que
hacer es si existe el destino o no. Pero antes de abordar esa pregunta tenemos
que considerar las consecuencias del destino. Si existe, toda discusión sobre
el mismo es irrelevante pues ya estamos destinados para discutirlo. Si existe, yo estoy predestinado a cuestionármelo
pues no se me ocurre aceptarlo como se plantea y como lo plantea el calvinismo.
Es un concepto que nos entrampa en su definición pues está más allá de una
corroboración empírica. Pero si nos vamos por otro lado y consideramos otros
aspectos que actúan con relación al destino, vemos que surgen posibilidades de
que no exista. Una de las preguntas que
me ayuda a salir de la “encerrona” que ya describí, es analizar una de las
consecuencias del destino y es el llamado, futuro. Si existe el destino, existe el futuro. Uno
de los problemas de que exista el futuro, que sería tema para otro estudio, es
que no podemos condenar a los que predicen el futuro pues si existe, es probable
que existan medios para conocerlo y no podríamos descartar a los adivinos,
espiritistas y otros que predicen el futuro. Dejando eso aparte, ¿existe el
futuro? Lo primero que me cuestiono es por qué nos referimos al futuro en
singular y no hablamos de “los futuros”. Estamos de acuerdo que el pasado es
uno y por lo tanto es singular. El presente es uno y también es singular. Por
silogismo aristotélico, si A es igual B y B es igual a C, entonces A es igual a
C. Si el pasado es singular y el presente es singular y son todos descripciones
de cosas en el tiempo, entonces el futuro tiene que ser singular. Es la forma
en que estamos condicionados a concebir el futuro. Pero qué si el futuro no
existe. Si no existe, no sabemos o no podemos o no estamos obligados a
concebirlo o describirlo en singular.
Vamos a
definir el tiempo. Sin entrar en las diferencias entre
tiempo físico y metafísico, absoluto y subjetivo, tiempo es el medio en el cual
las cosas existen y/o acontecen. Es
evidente en sí mismo y lo aceptamos inevitablemente para poder definir o
describir la realidad ya sea física o no. El
tiempo es una continuidad que la partimos en periodos y los cristianos
entendemos que Dios al crear los cielos y la tierra creó el tiempo y por eso lo
revela como el principio en Génesis 1:1 y lo termina en Apocalipsis 10:6.
La eternidad está fuera del tiempo y no tiene principio ni fin y es un atributo de
la naturaleza de Dios. Por lo tanto, todos los atributos revelados de Dios son
eternos. Como veremos en la definición de soberanía, Dios puede intervenir,
alterar y cancelar el tiempo dentro de su sabiduría y de acuerdo con su carácter
y propósito.
Lo inmortal tiene origen, pero no tiene final. Puede tener origen en el tiempo,
pero puede continuar más allá del tiempo. El tiempo es necesario para definir realidad y existencia. Ambas tienen que ver con ser. Algo es,
pero si es en el tiempo, existe. Si no es en el tiempo no existe. Pero esto solo
aplica a lo creado. Dios existe fuera del tiempo y es real sin el tiempo. En la
creación está la materia, (el mundo físico), las ideas y lo no material (el mundo inmaterial) y los seres
creados que comparten características
en ambas dimensiones.
El materialismo propone que todo es materia y el espíritu o las ideas son consecuencias
de la materia. El idealismo se va al lado opuesto y propone que
todo son ideas y a algunas les llamamos materia. El naturalismo propone que todo es naturaleza y descarta lo sobrenatural.
Volviendo
al mundo creado, el mundo creado tiene dos cosas. Realidad y existencia. Dije que la
existencia depende del tiempo mientras que la realidad no. (Dios está fuera de
lo creado). La materia está en el tiempo.
Una roca es materia pues tiene peso y ocupa espacio. Es real y existe pues está
en el tiempo. No solo ocupa espacio, tiene tiempo. Si desapareciera ya no
existe y no está en el tiempo.
Solo queda el recuerdo si es que algo o alguien produjo información sobre ella.
Para
propósito de este estudio vamos a definir existencia y realidad. (dic. RAE):
EXISTENCIA. Acto de existir. Vida del hombre. Por
oposición a esencia realidad concreta de un ente cualquiera. EXISTENTE. Que
existe en un determinado momento.
REALIDAD. Existencia real y efectiva de algo. Lo
que es efectivo o tiene valor práctico, en contraposición con lo fantástico e
ilusorio. REAL. Que tiene existencia verdadera y efectiva.
Aquí en existencia dice “concreta” y “determinado momento”. Para mí en términos simples es
que puedo contar con eso o ella. En la palabra realidad descarta lo “fantástico e
ilusorio” y “que tiene existencia
verdadera y efectiva”. Si es así pues no
hay diferencia entre existencia y
realidad. Pero para mí toda información es real, aunque esté fuera del tiempo y
aunque sea fantástica e ilusoria. Una
mentira es real independientemente de su efecto en la existencia. Me explico; 2
+ 2 = 4. Eso es verdad, es real y existe cuando aplica en el tiempo. 2+2 = 5 no
es verdad, pero es real, aunque es mentira y existe una mentira llamada 2+2 =5
cuando la usamos para desinformar o para validar que 2+2 =4. Por lo tanto, las
cosas creadas inmateriales que son información ya sean ciertas o falsas,
posibles e imposibles, las imaginables pero imposibles, son reales, aunque
nunca existan. Son reales pues su información es real y existe su información
cuando aparece en el tiempo como en este momento en que estamos hablando de
ellas. Cuando hablamos de cosas posibles, existen cuando se “posibilitan”;
cuando aparecen en el tiempo, y las imposibles, nunca existirán porque
precisamente son imposibles. Como los números imaginarios y los números
irracionales, son reales, los podemos representar en un papel, pero no existen.
Como vemos
en estas dos definiciones, en el diccionario y en el concepto general, como que
no hay diferencia entre lo real y lo que existe. Pero al yo darle otra definición,
establezco una diferencia Lo que existe aparece en el tiempo y lo real no
necesariamente aparece en el tiempo o depende del tiempo.
Recuerden
que estoy averiguando si el futuro existe.
Ya les dije que Dios existe fuera del tiempo pues es eterno. Y asumimos
que cuando crea los cielos y la tierra crea el tiempo. Y nos reveló que ése es
el principio. Por lo tanto, de ahí en adelante todo lo creado existe y ocurre
en el tiempo. Por lo tanto, existencia ocurre en el tiempo. Depende del tiempo.
Desde el punto de vista de Dios que es real y existe fuera del tiempo y no
depende del tiempo, todas las cosas comenzaron a existir cuando aparecen en el tiempo.
Pero no todo lo que Dios creó apareció a la vez sino sucesivamente. El hombre
(un ser) aparece en el tiempo después de la luz y después de los animales.
Ahora yo puedo decir que la información del hombre estaba en la mente de Dios
desde antes que el hombre apareciera en el tiempo. “Hagamos al hombre conforme”
ocurre antes de que el hombre existiera. Por lo tanto,
me da la gana de concluir que la información sobre el hombre estaba antes de
que existiera el hombre y por lo tanto ya era real (la información), y como
estaba en la mente de Dios ya era eterna y por lo tanto esta fuera del tiempo.
Esto me
lleva a definir realidad como lo que es fuera del tiempo y existencia como aquello que ocurre y aparece en el tiempo. Exceptuando a Dios que
es fuera del tiempo, todo lo creado es real en la mente de Dios y está fuera
del tiempo. Existe cuando aparece en el
tiempo y desde nuestro punto de vista, que está condicionado por el tiempo,
decimos que las cosas y los entes existen cuando aparecen u ocurren en el
tiempo. Cuando deja de existir es porque
ya no ocurre o aparece en el tiempo. Lo que queda es la información sobre el
mismo y ésa es real y queda fuera del tiempo.
Anteriormente
les dije que Dios creó tres cosas: el mundo material, el mundo inmaterial y los
seres. Lo material es lo físico. Tiene peso y ocupa
espacio y responde o le aplican las leyes de la física. Lo podemos palpar,
medir, experimentar y cuando no se puede hacer o repetir alguna de esas cosas
por las cuales los percibimos, decimos que dejó de existir. Queda la
información sobre el mismo. Lo inmaterial son las cosas que no participan de las propiedades de la materia, pero
las concebimos, las percibimos, las aceptamos o las negamos, pero por
asociación y consenso, las llamamos realidad, aunque discutimos si son ciertas
o falsas. De ahí un principio que yo inventé; “las doctrinas existen no porque
sean ciertas o falsas sino porque alguien las cree o las estudia.” (como el
calvinismo, la predestinación y el futuro). Aquí entra todo lo que es idea. Lo metafísico, lo filosófico, lo
verdadero, lo falso, y todo lo que es idea. A esto yo le llamo información. Cuando tiene una aplicación y/o efecto
en el tiempo, entonces según mi definición; existe. Ejemplo: Una tarjeta de
memoria, un SD card, tiene capacidad para 16 Gb. Vamos a suponer que pesa 1
onza cuando está vacía. Tiene billones de átomos de silicón en un arreglo para
obtener una carga de voltaje o no (positivo o negativo) que van a ser los 1s y
los 0s del lenguaje binario. Esa tarjeta existe y es real. La cargamos con 16
Gb de información. ¿Cuánto pesa? Una onza. Decimos que la tarjeta existe y es
real y la información que contiene existe y es real pues está disponible en el
tiempo. La tarjeta es material y la información no. Sabemos que está ahí. Pero si la tarjeta se
destruye, deja de existir. La información se puede perder con la tarjeta y
decimos que dejó de existir también. Pero si está en el “cloud” o en otra
parte, o si tú la tienes memorizada en tu mente sigue existiendo pues tiene una
potencial aplicación en esta vida. Pero suponiendo que no tenemos forma de
recuperarla, ya no existe, pero el recuerdo de que existió sigue siendo real y
¿qué si está en la mente de Dios? Sigue siendo real, aunque ya no existe para
nosotros, que es lo que pasa con nuestras acciones y pensamientos.
"Entonces los que temían a Jehová hablaron
cada uno a su compañero; y Jehová escuchó y oyó, y fue escrito libro de memoria
delante de él para los que temen a Jehová, y para los que piensan en su
nombre." MALAQUÍAS 3: 16
"Y vi a los muertos, grandes y pequeños,
de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el
cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que
estaban escritas en los libros, según sus obras."
APOCALIPSIS 20: 12
Ahora
consideremos a los seres. Primero, los seres espirituales.
Asumimos que los seres son distintos de la información y lo material pues
pueden actuar en ambas dimensiones sin estar limitados por las leyes de ninguna
en particular. Fueron creados en el
principio y antes del hombre. Deben tener voluntad pues si algunos fueron
capaces de rebelarse es porque tienen voluntad. (La Biblia no dice que fueron creados
para rebelarse ni tampoco dice que tienen voluntad. La evidencia de la que
partimos es que se rebelaron. De ahí partimos a deducir qué o por qué se
rebelaron.) De otra manera no tiene sentido que se llame rebelión a su
actuación pues si fueron creados para rebelarse su actuación es perfecta e
ineludible obediencia. Y aquí entra una de las situaciones de deshonestidad
intelectual en los que proponen la predestinación. Si fueron creados para
rebelarse y no tienen voluntad, ¿quién es responsable por su rebelión? Dios. Si fueron creados para rebelarse y tienen
voluntad, de nada les sirvió su voluntad y
por lo tanto fueron obligados, y sería absurdo por no decir ridículo, llamar
obediencia a su actuación como también hacerlos responsables de su actuación. Y
si los hacemos responsables por su decisión (asumiendo que tienen voluntad), y
Dios no les proveyó la oportunidad de obedecer, entonces es coerción y como
quiera la responsabilidad recae en Dios. Claro, para los que necesitan creer la
predestinación, yo soy una mera vasija pidiéndole cuentas al alfarero o un
atrevido cuestionándome los designios de Dios o tratando de entender los
misterios que Él no me concede entender.
Yo no me
cuestionaría en base al texto si tienen voluntad o no. Pero cuando un
calvinista impone o agrega al hecho lo que él deduce como la causa de la rebelión, “que Dios decretó la rebelión", pues yo como vasija predestinada para
cuestionarme la predestinación y que me preocupa el tema sobre el origen del
mal, concluyo que, si Dios decretó que se rebelaran habiéndoles dado voluntad
para escoger, Dios es el autor de la rebelión. Si Dios no decretó que se rebelaran
y se rebelaron, es porque tienen voluntad para escoger y Dios no es el autor de
la rebelión. Si Dios les dio voluntad para escoger y no les proveyó la
oportunidad de no rebelarse, Dios es el autor de la rebelión. Si Dios no les dio
voluntad para escoger, no puede acusarlos de rebelión. Ellos hicieron la
voluntad de Dios, y Dios sigue siendo responsable por el origen del mal. Claro,
si queremos librar a Dios de toda responsabilidad; o decreto no significa
decreto, voluntad no significa voluntad, escoger no significa escoger,
rebelarse no significa rebelarse, responsabilidad no significa responsabilidad;
o, Dios los creó con voluntad para escoger, creó ambas posibilidades (obedecer
o rebelarse), vio de antemano ambas contingencias (los dos futuros), y entonces
podemos decir que la responsabilidad recae en los seres y no en Dios. Yo que
estoy predestinado para cuestionarme la predestinación escojo darle el
significado a las palabras usadas el significado práctico que les damos en
castellano y concluyo que Dios nos es el autor del mal. Es solo el creador de
seres libres para decidir o construir el destino individual para sí mismos. Mas
adelante veremos la necesidad o la racionalidad de por qué Dios los creó libres
al definir otros aspectos de la predestinación.
Así que
los seres tienen voluntad, existen y son reales. Existen pues aparecen en el
tiempo y seguirán existiendo más allá del tiempo cuando el tiempo no será más;
en la eternidad con Dios o en la eternidad en el lago de fuego. En el caso del hombre, comenzó
a existir cuando Dios lo creó y cuando su cuerpo se deshace, sigue existiendo
en el mundo inmaterial para siempre, claro, cuando resucita, tienen un cuerpo
distinto para operar en el cielo (antes del milenio), en la tierra (durante el
milenio), y en la eternidad cuando habite en la Nueva Jerusalén. Los perdidos,
siguen existiendo en el aburrimiento, y cuando resuciten, siguen con un cuerpo
de “asbesto” en el aburrimiento final. Los
seres, distinto a la información, existen porque actúan y operan en el tiempo
e incluso pueden operar y actuar en el mundo material. La información, desde
nuestro punto de vista temporal, no existe, aunque sigue siendo real en el
mundo inmaterial. La
información existe cuando
Dios, los demonios o los ángeles o nosotros la aplicamos en el tiempo. Mientras
tanto, está, pero no existe.
Como ven
estoy utilizando el termino existir con relación al tiempo. Si no están ocurriendo en el tiempo, son reales,
pero no existen.
Ahora acompáñeme en algo un poquito más complicado. Ser y actuar son distintos. Los seres son reales, existen porque aparecen o afectan
el tiempo, pero sus acciones ocurren en el tiempo, no a la vez. Por
eso todo es real, todo está (no en el sentido que se origina o se empieza a
ver, pues todo es eterno en la mente de Dios), pero Dios no hace todo a la vez
cuando interviene en su creación, sino que Dios interviene en el tiempo. El
primer día crea la luz y el segundo crea la expansión. Los seres, aunque sean
inmortales, sus acciones ocurren en el tiempo también, no a la vez. Sus
acciones pasadas ocurrieron, pero no existen. Existe la información sobre ellas,
pero las acciones ya no existen. Sus acciones presentes están ocurriendo y su
información se está creando según ocurren las acciones. Sus acciones futuras no
han ocurrido, no existen, como no existen ya las acciones pasadas pero las
informaciones futuras posibles y concebibles para nosotros y las posibles e inconcebibles
en la mente de Dios, existen en la medida que las concebimos y las que no
podemos concebir ya existen en la mente de Dios. Pero las acciones no han ocurrido, por lo tanto, no existen como no
existen ya las acciones pasadas.
Por lo tanto,
si el pasado existió por las acciones hechas, pero ya no existe porque las
acciones ya ocurrieron, el futuro no
existe pues las acciones que lo
convertirán en pasado no se han efectuado. No confundamos acciones con información. La información del pasado apareció para
nosotros cuando fue creada por las acciones, aunque esa información ya era en
la mente de Dios. De la misma manera el que podamos concebir informaciones
futuras eso no las hace existentes pues las acciones no han ocurrido pues ya
vimos que la información es real y no depende
del tiempo pero las acciones sí dependen del tiempo. Nuestro pasado es pasado por que
ocurrieron unas acciones o unos eventos en el tiempo. Si no, no es pasado. Yo
nací el 3 de marzo de 1954. Es un evento intrínsecamente ligado a mi persona en
el tiempo. Es pasado y es único porque no se volverá a repetir. Y era futuro en el momento en que el
espermatozoide de Don Polo y el óvulo de Doña Susana iniciaron mi concepción.
Yo no existía hasta ese instante, iba a nacer o no iba a nacer el 3 de
marzo. Si el futuro existe, era
inevitable que naciera el 3 de marzo. Pero si no existe el futuro, solo había
información de que podía nacer el 3 de marzo. Ahora, en la mente de Dios, Dios
me estaba viendo nacer el 1, 2, 4, etc., de marzo y también estaba viéndome sin
nacer, todo a la vez y desde la
eternidad, porque Dios es omnisciente y ve toda la información a la vez, no
porque la creó sino antes de crearla, toda, posible e imposible (para
nosotros), probable e improbable (para nosotros), y en todos los posibles órdenes o desórdenes en que los eventos de su creación podían ocurrir, porque todas las cosas son posibles para
Dios. Dios no tenía que crearlas para conocerlas ni en un orden particular para
que ocurrieran. El que Dios, al crear el
tiempo, dispuso que el pasado dependiera de lo porvenir para existir, no obliga
que cada único evento que iba a constituir el pasado iba a ser causado por un
único evento en el futuro. En otras palabras, Dios no dependía de construir el futuro para hacer el pasado. El futuro se construiría de los eventos
del pasado. Y por extensión todos los posibles futuros podían ser construidos
de todos los posibles eventos pasados dentro de las leyes del universo. Claro,
si Dios en su soberanía creó que todo objeto en el aire cayera hacia abajo, y
que cada ser se reprodujera según su especie, pues eso no es futuro creado, eso
es causa y efecto. El mundo material fue creado con sus leyes de causa y
efecto para ser y existir en el tiempo. Causa y efecto. Pero eso lleva a muchos
a concebir (incorrectamente), que el mundo inmaterial y los seres fueron
creados con las mismas leyes y aunque esa deducción sea posible, concebible y lógica,
la evidencia escritural nos lleva a concluir que las leyes o decretos que dirigen
el mundo material no siempre dirigen el mundo espiritual y a los seres. Si
existe el futuro, pues esos son los ejemplos mas cercanos de destino. Por eso la causalidad de
las cosas lleva a muchos a concebir que el futuro existe. Pero si como yo lo
defino, que la existencia depende de las acciones en el tiempo, y pasado,
presente y futuros dependen de las acciones, entonces no existe el futuro. Solo
existe la información de los posibles futuros.
¿Cuáles
son las consecuencias de esto? Si el futuro no existe, el destino no existe y
lo podemos decidir o cambiar. Si el
futuro existe, existe el destino y no lo podemos cambiar. Si lo podemos cambiar
entonces podemos escoger hacer x acciones que resultarán en x futuros.
No tenemos que hablar del futuro, sino que podemos hablar de futuros. (Aquí un
calvinista proselitista, militante y rabioso te presenta Fil 2.13, Porque Dios
es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena
voluntad, para probarte que tus decisiones son dictadas por Dios. Para no hacer
aquí toda la exegesis de Filipenses, vayan a 1:6 en donde dice que es “la buena
obra” y no “la salvación” y luego en el 9 pide en oración el que “vuestro amor
abunde más y más en ciencia y todo conocimiento, para que aprobéis lo mejor a
fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo.”. Está
hablando no de la salvación sino del proceso en donde Dios y ustedes actúan
para completar lo que Dios quiere en uds. para el día de Cristo. En el 27 da
una lista de tareas; “comportéis, estáis firmes, combatiendo” y esto es indicio
de salvación, no la causa de la salvación, y al decir que esto es de Dios, no
es la salvación sino el que por uds. estar haciendo, enfrenten oposición. En el
29 cuando dice “es concedido, no solo que creáis en él”, no es que Dios te hace
creer. Dios proveyó a Cristo que es el autor de la fe, la causa de que creáis,
pero no solo es la causa de que creáis, sino que también es la causa de que padezcáis
por él. En el cap. 2 del 1-4 hay otra lista de deberes y luego pasa a describir
que de la misma manera que Cristo se humilló y obedeció hasta alcanzar el propósito,
de la misma manera uds. perseveren hasta que logren el resultado. En el 12
reafirma “como han obedecido aun en mi ausencia, ocupaos en las listas para
completar el proceso “con temor y temblor”; no de perder la salvación, que no
es tema en la carta, sino en el proceso. Entonces viene el 13, “Dios produce el
querer como el hacer”; no el arrepentirse y creer para salvarse como los
calvinistas quieren usar este texto, Dios produce en los salvos el querer y
hacer todo eso en lo que se tienen que ocupar para completar el proceso para el
día de Cristo. Y en el 14 sigue la lista. En el 15 nos da la meta. “ser
irreprensibles y sencillos, sin mancha". La meta no es salvarnos. Ya eso se logró
en Cristo. Si se salvan o se pierden no
es el tema de la carta. Es si van a lograr en Cristo todo lo que él ha
propuesto para los salvos. El 13 no tiene nada que ver con que si Dios pone o
no pone el deseo de salvarse en los perdidos o elegidos o en el que sea.)
Por lo tanto,
la pregunta de “si Dios sabe lo que va a pasar”, es irrelevante e inconsecuente
pues ésa pregunta parte de la premisa de que el destino y el futuro existen.
Pero si aceptamos que el futuro y por lo tanto el destino no existen, solo
queda la información de todos los posibles futuros concebibles e inconcebibles
en la mente de Dios. Un dios que solo
puede conocer una sola acción que el creó para que ocurriera, es un dios que no
es omnisciente y no es muy diferente de los dioses mitológicos. Mi Dios está
viendo todos los posibles futuros desde la eternidad no porque existían, no
porque los creó, sino porque la información no depende del tiempo para ser real
ni Dios dependía de crear los eventos para conocerlos.
Nos han dado unas definiciones de la presciencia, la soberanía, y la elección que, sin querer, presentan a un dios limitado, parecido a las deidades paganas e injusto e irresponsable con su creación. Más adelante cuando veamos toda la evidencia para sustentar como describir cada uno de esos atributos de Dios, entenderán por qué me cuestiono la predestinación. Claro si el destino existe yo estaba destinado a escribir esto en este momento y tú a leerlo o escucharlo. Tu acuerdo o desacuerdo ya estaba programado.
Nos han dado unas definiciones de la presciencia, la soberanía, y la elección que, sin querer, presentan a un dios limitado, parecido a las deidades paganas e injusto e irresponsable con su creación. Más adelante cuando veamos toda la evidencia para sustentar como describir cada uno de esos atributos de Dios, entenderán por qué me cuestiono la predestinación. Claro si el destino existe yo estaba destinado a escribir esto en este momento y tú a leerlo o escucharlo. Tu acuerdo o desacuerdo ya estaba programado.
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